Un experto croata de la programación terminó enamorado de Colombia y apasionado por la democratización de sus finanzas. Después de alcanzar los 25 millones de transacciones mensuales a través de Minka, que le provee tecnología a Transfiya, llevará su banca abierta a otros mercados con fricción de pagos en América Latina y África.

Domagoj Rozic se ve tranquilo caminando por las instalaciones del WeWork de la calle 100 de Bogotá después de tomar su taza de café matutino. Lleva unos jeans, una camiseta y unos tenis blancos, un estilo relajado que alguna vez le costó la entrada al Banco de la República, cuya etiqueta es formal.

Aunque Dom, como le dicen sus colegas, es un peso pesado del sector financiero definitivamente no luce como un banquero, y es que poco se relaciona con ese mundo. El croata, nacido en Zagreb en medio de la explosión tecnológica de ese país, programa desde los 6 años, lo ha hecho toda su vida: como trabajo en algún momento y ahora como hobbie. Creció junto a varias figuras de la industria, como los fundadores de Infobip, el unicornio croata con operaciones en Colombia, y Mate Rimac, CEO y fundador de Automobili, conocido por marcas como Bugatti.

En 2001, Dom estaba en Estados Unidos haciendo consultorías con estudiantes de intercambio, se regresaba el 12 de septiembre a su país de origen, pero el fatídico atentado del 11 canceló sus planes y le permitió quedarse más tiempo. Allí conoció una colombiana, se enamoró y aprendió español y, aunque aquella relación no funcionó, le ayudó más tarde cuando su empresa en Croacia quería abrir mercado en la región y Dom era el único conocedor del idioma. Así terminó viviendo en Bogotá, a la que califica como la mejor capital de América Latina después de vivir en Lima, Buenos Aires y CDMX.

Todo eran códigos, prompts y tecnología hasta que un día el guardia del edificio donde vivía le prestó $10.000 -no es el tipo de persona que carga efectivo- y cuando devolvió el dinero la transacción le costó más de la mitad del préstamo y tardó 48 horas. Ese día una idea se metió en su cabeza: “el dinero tiene que fluir”, hasta hoy es la idea que rige su empresa.

Con esto en mente fundó Minka, primero como una ONG con ambiciosas ideas para democratizar las finanzas digitales, pero a lo largo del tiempo, después de varios rechazos en el Banco de la República por “ideas muy adelantadas para la época” y algunos tropiezos regulatorios, terminó con una empresa 100% privada, aquella “que nadie conoce pero todo el mundo usa”.

Minka le proporcionó el riel de pago a ACH Colombia para lanzar Transfiya, por la autopista digital pasan 25 millones transacciones cada mes, hay más de 15 millones de celulares inscritos y un crecimiento mes a mes de 10%. Minka reportó un patrimonio neto en 2023 de $5.770 millones y en 2022 cerró una ronda de inversión por US$24 millones liderada por Kaszek y FinTech Collective, “los mejores VCs de fintech a nivel mundial”, asegura Dom y añade que parte de ese dinero aún sigue en la cuenta. El ejecutivo también afirma que su crecimiento ha sido más que todo por voz a voz y que pronto podrían llegar a un punto de inflexión. Transfiya compite con EntreCuentas y Visionamos, pero es la más popular de las tres.

Para Dom, Minka, y todos los que alguna vez soñaron con pagos interoperables este es un momento interesante, el Banco de la República está ad portas de lanzar Bre-B, la plataforma que promete hacer de los pagos instantáneos y entre cualquier entidad financiera una realidad. Aunque Dom tiene sus reparos -como que la plataforma no sea obligatoriamente gratuita para los usuarios- celebra el empuje regulatorio que se está dando.

Samara Rodrigues de Lima, Digital Product Manager de Cobis Topaz, empresa que participó en la construcción de Pix, afirmó que en países como Brasil, India, Australia y el Reino Unido, con sistemas avanzados, hay cuatro factores principales para la expansión de los pagos inmediatos: experiencia de usuario, interoperabilidad, alta disponibilidad y costo. “El costo es un factor altamente sensible cuando se trata de economías emergentes, donde los pagos inmediatos también son un potencial mecanismo de inclusión financiera”.

Aún con este hito en la puerta del horno, este no es ni siquiera el inicio de la revolución financiera con la que sueña Dom. El visionario explicó, en entrevista con Forbes, que por más utópico que sea se imagina un futuro financiero totalmente descentralizado, donde existan múltiples medios de pago, monedas y productos financieros, todos interoperables entre sí. Y aunque la regulación no avanza tan rápido como su ingenio, sigue dando la pelea. Incluso asegura que el código de Minka será abierto en el futuro y que cualquier persona podrá usar su tecnología para enviar dinero.

Este colombo-croata sabe que sus ideas ponen en la cuerda floja algunos de los principales negocios de los bancos -que ahora son sus aliados para masificar su tecnología- pero también está seguro que las cosas tienen que cambiar

“El sector financiero hace las cosas de la misma manera desde hace 50 años”, reprocha que la “nueva tecnología” es en realidad una nueva delgada capa sobre la tecnología anterior, pero no hay innovación. Dom sabe que tiene en su cabeza códigos que podrían cambiar las finanzas como las conocemos, pero también ha aprendido a ser paciente y esperar su momento de actuar.

“Dom es uno de esos grandes talentos extranjeros que hemos podido traer y retener en el país. No sé si todos los Croatas son así, pero esa mezcla de geek tecnológico, “wannabe” hipster y soñador empedernido lo hace una persona muy especial. Él entiende como muy pocos el concepto del dinero y como este ha migrado desde el trueque hasta la descentralización de las monedas con su amado Bitcoin”, dijo Hernando Rubio, CEO Movii, empresa que también usa la tecnología de Minka.

La startup con sede en Bogotá ya está en otros países de la región como Perú y República Dominicana, tratando de replicar el exitoso modelo colombiano que hasta la fecha ha funcionado desde lo privado, pero Dom va por más, países de África ya están dentro de sus planes, su objetivo son los lugares con bastante fricción en los pagos -como Colombia antes de él-. Este soñador está revolucionando el mundo un pago instantáneo a la vez.

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Minka – CEO Domagoj Rozic foto Diana Rey Melo