Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz, encontró en La historia de las Haenyeo una suma de valores que resuena con su activismo social. Y así, inspirada por ellas, decidió crear el primer largometraje de su compañía productora.
Desde el 8 de marzo de 2021, cuando Malala Yousafzai anunció el lanzamiento de su compañía productora, dejó en claro que quería llevar su punto de vista a la industria del entretenimiento, además de apoyar talentos internacionales en su camino por retratar el mundo tal cual lo perciben. Porque, si algo sabe ella, es que hay historias que tienen el poder de crear movimientos.
A los 11 años, comenzó a escribir un blog anónimo para la BBC, describiendo su vida bajo el régimen autoritario del valle de Swat, en Pakistán. Este acto de resistencia marcó el inicio de su incansable lucha por el derecho a la educación, hasta convertirse en una voz potente a escala mundial en la defensa de los derechos humanos.
“Realmente conecté con las haenyeo, con su notable resistencia y, especialmente, con su mensaje de solidaridad, cooperación y amistad”
Con la apertura de Extracurricular, su casa productora, la activista se adentra en la creación de contenido original, en asociación con Apple TV+. Al hacerlo, confirmó algo que ya sabía: eran muchas las personas con historias y perspectivas únicas a cuestas con las que quería colaborar. Pero cuando habló con la cineasta Sue Kim sobre las “mujeres del mar” (haenyeo, en coreano) tuvo la certeza de haber encontrado un proyecto cercano a su activismo y capaz de transmitir lecciones valiosas de vida.
“[El proyecto] abre un espacio sobre las comunidades donde las mujeres han definido cómo quieren sentirse empoderadas y saber que están a cargo, que están estableciendo las normas para sí mismas y defendiendo su entorno. Así que me inspiró mucho la historia.
Realmente conecté con las haenyeo, con su notable resistencia y, especialmente, con su mensaje de solidaridad, cooperación y amistad”, cuenta Malala.
Y lo hizo a tal grado que convirtió a The Last of the Sea Women en el primer largometraje documental de Extracurricular.
“No importa la edad que tengas; si crees que es necesario que ocurra un cambio, y si crees que algo necesita atención urgente, debes hablar”
VALORES QUE ALIENTAN
La cultura de las haenyeo es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2016. Estas mujeres buceadoras se sumergen hasta 10 metros de profundidad, sin tanques de oxígeno, para cosechar mariscos y pescado, que son la base de la alimentación de su comunidad, ubicada principalmente en la isla de Jeju, al sur de Corea.
Existen referencias de su labor desde siglo XVII, así como distintas teorías sobre aquello que las motivó a desarrollar estas habilidades, a revertir los roles de género y, con ello, a convertir a las mujeres en el auténtico motor de la economía familiar.
Sin embargo, esta tradición corre el riesgo de desaparecer. Según datos de la producción, hoy en día quedan menos de 4,000 mujeres buceadoras, la gran mayoría de 60, 70, 80 e incluso 90 años, quienes son testigos de cómo el mundo marino, que conocen como pocos, sufre pérdidas catastróficas a causa del cambio climático, la contaminación y la sobrepesca industrial.
Lejos de centrarse en la catástrofe, la producción revela a un grupo de mujeres mayores decididas a compartir con una nueva generación lo que han aprendido como matriarcas orgullosas: el franco cuidado del hábitat, la importancia de la alegría, de envejecer vibrantemente y, sobre todo, de mantener un espíritu comunitario inquebrantable como ancla. Su energía se hace sentir en todo momento a través de la pantalla.
Malala destaca que “Sue ha creado una mirada emocionante de una generación más joven [de buceadoras] que se inspira en mujeres increíbles de 70 y 80 años. Las mujeres mayores no sólo transmiten su sabiduría: les están enviando un mensaje de que no lucharán solas”.
La cineasta, nominada a los premios Critics Choice y Peabody por The Speed Cubers, asegura que la asociación con Malala y Extracurricular ayudó de muchas maneras a crear un retrato cálido, enérgico y esencial que captura esa vibra haenyeo inimitable, mientras enfrentan el cambio en el siglo XXI.
“Fue la combinación perfecta con alguien que realmente entendía el valor de contar la historia de esta increíble comunidad matriarcal. Malala es respetada en el mundo y [es] un ser humano muy querido. Su respaldo nos dio acceso a lugares, personas y eventos a los que probablemente no nos habrían dado acceso antes, como las oficinas de la ONU en Ginebra”, relata, sentada junto a la Nobel de la Paz, en un escenario dispuesto para una reunión virtual con medios de comunicación, incluido Forbes Life.
Para Malala Yousafzai, graduada con honores en la Universidad de Oxford, Las últimas mujeres del mar recuerda lo vital que puede ser una fuerza comunitaria, “aunada a resiliencia, coraje y compromiso para lograr que nuestra voz se escuche”.
Y agrega: “No importa la edad que tengas; si crees que es necesario que ocurra un cambio, y si crees que algo necesita atención urgente, debes hablar. Eso es algo que también hago y con lo que me identifico”.
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