Aunque ahora pasa sus días entre compromisos laborales por Colombia y otros países del mundo, dice que lo único que ha cambiado desde que alcanzó la fama es lo que hace, pero no cómo la hace. Esta es su historia.

“Lo que ha cambiado desde que soy artista es lo que hago, pero no cómo lo hago. Me sigo levantando temprano, con el mismo compromiso, con las mismas ganas de trabajar igual de duro por mis sueños que cuando trabajaba en una plaza de mercado cargando bultos”, dice el cantante de música popular Luis Alfonso en conversación con Forbes.

El cantante fue recientemente fue reconocido por Billboard como artista latino en ascenso. La publicación destacó su trabajo y crecimiento exponencial en la música con un premio fue entregado en Miami después de la gala de los premios Billboard, tras haber dado el show de apertura por primera vez en su género.

Su personalidad destaca. “A veces me regañan porque yo soy muy charro, muy ordinario, y en esta carrera también hay que saber cambiar”, dice entre risas en un hotel de Bogotá en el que se hospeda mientras cumple con sus compromisos con medios de comunicación. Pero justamente ese estilo es el que lo ha convertido en uno de los cantantes de música popular más sonados de Colombia y la región. Muestra de eso es que el pasado 26 de octubre realizó su ‘Festival más contentoso’, el show más grande de su carrera, con 15.000 asistentes, que fue sold out en el Coliseo MedPlus de Bogotá.

Su historia se remonta al coro de la iglesia de Popayán, su ciudad de origen, cuando era un niño. Luis Alfonso Rendón Vargas, conocido en la industria musical solo como Luis Alfonso, siempre supo que lo suyo era la música, pero en el camino a ese sueño desempeñó diversos trabajos para mantenerse, pues viene de una familia de origen humilde.

Hoy, a sus 30 años, por fin está recogiendo los frutos de ese esfuerzo. “Yo hice de todo. Fui cotero, vendí helados, frutas, verduras, leche. Fui embolador de zapatos, trabajé limpiando pesebreras, pero trabajaba entre semana y los fines de semana me iba a tocar con unos pelao’s del barrio con los que teníamos una orquestica que se llamaba ‘Caña verde’. Mejor dicho, la música siempre estuvo ahí”, recuerda.

La vida le cambió cuando llegó al concurso musical ‘A otro nivel’ del Canal Caracol en 2020. Aunque quedó fuera de competencia porque decidió renunciar, el show le dio visibilidad y empezó a abrirle puertas en la industria. De hecho, fue una de esas oportunidades la que lo obligó a salir de la competencia.

“Mi infancia fue muy humilde, siempre traté de ayudarle a mi mamá y gracias a Dios hoy puedo depender de mi música, que es lo que amo realmente”.

En 2023 dio su primera gira mundial, que lo llevó incluso a países como Australia, con conciertos en la ciudad de Sídney. Ahora, con la presentación de su último disco ‘Contentoso’, no descarta una nueva gira en Colombia y la región.

Para él, la clave de su éxito ha sido la disciplina haciendo lo que ama y las ganas de salir adelante. “No pueden faltar la humildad, el respeto hacia tus compañeros, la voluntad de querer hacer lo mejor todos los días y finalmente no centrarse en competir contra nadie, sino contra uno mismo”, dice.

Sueña con construir un camino como empresario y en el futuro dedicarse a cuidar a sus hijos y nietos mientras hace música pero asegurando su estabilidad económica a través de inversiones y negocios propios. Actualmente ya tiene algunas inversiones en negocios de los que no habla mucho.

El músico además destaca que la autenticidad es la que lo ha ayudado a conectar con su audiencia y aconseja a quienes sueñan con hacer una carrera en la música que no pierdan su esencia. “Muchas veces a mí me toca controlarme porque he pasado muchas penas, y he hecho pasar muchas penas a mi familia, porque yo soy muy palabroso, muy montañero, pero para mí eso es muy natural, es parte de lo que soy. Gracias a Dios esa esencia ha hecho que la gente se identifique con lo que hacemos”.

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