La ONU estima que, a 2030, 84 millones de niños y jóvenes no irán al colegio, y unos 300 millones no tendrán habilidades básicas como leer, escribir, sumar y restar para avanzar en sus trayectorias educativas y tener éxito en la vida. Cinco líderes empresariales hablan sobre la importancia de invertir en educación y, sobre todo, cómo lo están haciendo.
Escuchamos mucho la frase: ‘los niños son el futuro’ y de tanto repetirse pareciera perder sustancia: para devolverle su valor, se necesitan acciones tangibles en favor de la niñez desde hoy. Las políticas públicas e iniciativas privadas en pro de la salud, la nutrición y la educación, entre otros derechos fundamentales de la infancia, son los pilares presentes de ese futuro.
La educación tiene un papel determinante, no en vano es el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU, que busca garantizar una educación inclusiva, equitativa, de calidad y promover oportunidades de aprendizaje para todos a lo largo de la vida. La educación es el derecho más importante de cara al presente, y teniendo en cuenta que también permite que los niños y niñas accedan a otros derechos, tales como la nutrición, el agua limpia y la protección en la escuela, no es menor afirmar que es también el camino para garantizar un futuro más próspero. Sin una apuesta decidida para que cada niña y niño acceda a educación de calidad no se podrán alcanzar las metas y compromisos a 2030 y 2050.
Latinoamérica es una de las regiones que más preocupa en términos de acceso y calidad de la educación. UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, reveló en su informe ‘La Educación No Puede Esperar’ que solo seis de cada 10 niños y niñas entre 3 y 4 años reciben educación en la primera infancia. Para ponerlo en perspectiva, el reporte ‘La primera infancia importa para cada niño’ de UNICEF muestra que quienes sí la reciben tienen dos veces más probabilidad de un adecuado desarrollo. Aunque las cifras en cobertura educativa han mejorado en la región, aún hay más de 12 millones de niños, niñas y adolescentes de entre 7 y 18 años que no acceden al sistema educativo: el 3,8 % se encuentra fuera de la primaria, el 7,2 % fuera de la básica secundaria y el 23 % fuera de la secundaria media. Además, el 30 % de niños y niñas con discapacidad no asisten a ningún nivel escolar.
Más que retos, un momento de oportunidades
UNICEF explicó que más de 1.000 millones de niños y niñas perdieron un año de escolaridad en todo el mundo por cuenta de la pandemia, entre otras causas. Unos 84 millones de niños, niñas y jóvenes seguirán sin asistir a la escuela para 2030. De no hacerse la inversión adecuada, esta generación perdería un monto total combinado de 21 billones de dólares en ingresos a lo largo de la vida al no acceder a la formación suficiente que los conecte con el mercado laboral.
El Banco Mundial recalca que la situación en los países de bajos y medianos ingresos es aún más preocupante, ya que desmejoró a raíz de la crisis generada por el COVID-19, por lo que este es el mejor momento para invertir en la educación y recuperar los índices positivos que se traían.
Las cifras muestran que la urgencia por la inversión no parece dar espera en ningún país, y el panorama en Colombia no es muy distinto. Solo hace falta ver los datos de la prueba muestral del ICFES en 2023, donde se reveló que seis de cada 10 estudiantes no pueden leer y/o comprender un texto adecuado para su edad en tercero de primaria. O los reportes de las pruebas PISA 2022, hechas a estudiantes de 15 años y con una muestra representativa del país, donde subrayan que el 51 % de los evaluados no logra niveles mínimos en lenguaje, y el 71 % no lo hace en matemáticas.
Si bien la crisis educativa es generalizada, organizaciones como UNICEF alertan que los resultados de estas pruebas indican, además, que las desigualdades se han exacerbado, con puntajes inferiores en zonas rurales dispersas y urbanas marginadas. Es por esto que, junto a esta entidad, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y USAID se han unido en Colombia para hacer un llamado a que el sector público y privado se sumen a la iniciativa “Colombia se escribe leyendo” y aumenten la inversión para que a las escuelas colombianas lleguen programas basados en evidencia que permitan que las niñas y los niños aprendan a leer a tiempo, hacer frente a la crisis de aprendizaje, al deterioro de la salud mental y la disminución en la movilidad social.
Según Tanya Chapuisat, Representante de UNICEF en Colombia, desde esta organización se viene trabajando para incrementar la atención integral de calidad a la primera infancia y acelerar la recuperación de aprendizajes básicos -lenguaje y matemáticas-. A la vez, UNICEF impulsa que las acciones de enseñanza de la lectura y la escritura se logren en los primeros años escolares usando los métodos probados por evidencia científica. Para los adolescentes, esta organización también apoya la nivelación de competencias básicas trabajando en modelos flexibles que posibiliten el tránsito a la posmedia (educación superior) y/o al mundo laboral.
UNICEF dice que la inversión no es solo clave para el desarrollo de la primera infancia o la trayectoria educativa, sino que a mediano plazo se traduce en habilidades para la vida que les permitan acceder y mantener empleos formales y bien remunerados, algo que pasa por una sumatoria de habilidades ‘técnicas’ y ‘blandas’ para adaptarse a una economía en constante evolución. De cara a los empresarios, se traduce en recurso humano más y mejor capacitado. Es decir, invertir hoy en la educación se verá reflejado en más rentabilidad y compromiso con la sostenibilidad ambiental, social y gobernanza.
“Para asegurar el aprendizaje, UNICEF Colombia ha desarrollado el curso ’Educar para construir una Colombia en Paz desde las Aulas’, en donde ha adaptado un paquete mínimo de Salud Mental y Apoyo Psicosocial, con materiales para primaria y secundaria que buscan el bienestar de cada estudiante, así como garantizar su continuidad educativa en contextos como interrupción por conflicto armado o cambio climático”, indica Tanya Chapuisat.
El poder de liderar con el ejemplo
Firmas consultoras internacionales, como Michael Page y Bain & Company, coinciden en que el liderazgo con el ejemplo es fundamental para promover cambios reales en las organizaciones. Cuando ‘se predica y se aplica’ hay un porcentaje mucho mayor de posibilidades de que los cambios se mantengan en el tiempo.
Catalina Fajardo, socia de Bain & Company en Colombia, recalca que cuando los líderes, las juntas directivas o los tomadores de decisión son los primeros en mostrar acciones tangibles en pro de causas de amplio valor social, se motiva a que los colaboradores mantengan mejores conductas fuera del trabajo, lo adapten como parte de su vida y fomenten cambios en sus familias y comunidades. Incluso, el ejemplo conjunto de una organización puede terminar motivando a otras empresas y líderes, a adoptar cambios y a invertir en acciones de impacto.
La educación no es ajena, y los líderes empresariales con la capacidad de plantear rutas de acción y estrategias claras están siendo cada vez más necesarios para la productividad y la competitividad. Esto, sumado a que cuando las personas ven representación positiva de los líderes sobre sus necesidades o ‘dolores’ son mucho más propensas a tener a ese negocio o empresa en su ‘top of mind’ y será su primera opción si requieren de sus productos o servicios.
Para conocer a quienes están apostándole a la educación desde sus organizaciones, junto con UNICEF buscamos a cuatro líderes empresariales de Mercado Libre, Banco de Occidente, Jerónimo Martín, Banco de Bogotá, y a la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar, Asocajas, para conocer cómo lo hacen y la importancia de invertir en este ámbito.
La mirada de cinco líderes por la educación

Paola Andrea Vanegas Acosta, Public Relations & Communication Manager Andina en Mercado Libre
“La educación de calidad es la base para el desarrollo sostenible, el crecimiento económico, para reducir la desigualdad y cerrar brechas socioeconómicas. Al contribuir estamos formando profesionales innovadores y líderes que impulsarán las empresas y el país. Una fuerza laboral preparada es más productiva, competitiva y capaz de adaptarse. Desde mi rol he promovido y respaldado proyectos de inversión colectiva, la creación de programas de capacitación y desarrollo de habilidades que requiere el mercado. Busco concientizar a los actores que juegan un papel crucial sobre la importancia de invertir en la educación. Desde nuestra plataforma empresarial buscamos contribuir positivamente en diversos proyectos, y al unir esfuerzos y recursos creamos un impacto significativo y duradero en la región, asegurando un futuro próspero y equitativo para todos”.
Julián Sinisterra Reyes, vicepresidente Comercial Personas del Banco de Occidente

“Invertir en la educación significa un mejor país, por eso apoyamos programas de WASH (Agua Saneamiento e Higiene por sus siglas en Inglés) que buscan garantizar que niños niñas y adolescentes tengan acceso a instalaciones con estándares de higiene. Tenemos un compromiso invaluable con la niñez en La Guajira, una de las zonas más vulnerables. Por ello junto con UNICEF creamos la Tarjeta Credencial UNICEF, con la que hemos aportado $2.166 millones de pesos en nombre de los cerca de 20.000 tarjetahabientes, para contribuir a que escuelas tengan baterías de baños y agua potable, garantizando un entorno saludable y adecuado para el aprendizaje. Nuestra meta es seguir impulsando productos con un fin social, que aportan crecimiento social y de país”.
Nuno Sereno, Director general Jerónimo Martins Colombia

“La educación es una de las herramientas más poderosas para romper el círculo de la pobreza, y si a ella le sumamos esfuerzos por reducir el hambre, la malnutrición y desnutrición, tendremos condiciones habilitantes para la transformación. En conjunto con UNICEF, adelantamos un proyecto de atención integral en la primera infancia y de transición al sistema escolar que busca impactar a 400 niños de manera directa y aproximadamente 1.200 de manera indirecta en Tumaco, Nariño. Estos temas los entendemos como una inversión cuando tenemos una visión de largo plazo”.
Sergio Sandoval Cadena, vicepresidente Financiero y de Estrategia del Banco de Bogotá

“La educación sigue siendo un sueño lejano para muchos niños y niñas en nuestro país, especialmente en las zonas rurales y en comunidades afectadas por la violencia y la pobreza. Invertir en la educación en Colombia es esencial para construir un futuro más próspero y equitativo. Al ofrecer oportunidades para una educación de calidad, estamos empoderando a las nuevas generaciones para que sean agentes de cambio y puedan transformar sus vidas y las de sus comunidades. En el Banco de Bogotá, hemos desarrollado diversas iniciativas junto a UNICEF para potenciar la educación en Colombia. En 2020, lanzamos la primera tarjeta débito UNICEF, con la cual nuestros clientes donan el 1 % de sus compras para apoyar los programas de UNICEF en Colombia, y el Banco de Bogotá aporta el mismo valor. Esos recursos han sido destinados a la educación en 245 escuelas en 26 municipios, garantizando la permanencia de más de 98,000 niños y jóvenes en los centros educativos”.
Adriana Guillén Arango, presidente Ejecutiva de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar, Asocajas

“Para el 2023, las Cajas destinamos más de $247.251 millones a educación formal y más de $291.425 millones a la capacitación de trabajadores activos, cesantes, sus beneficiarios; y alcanzamos 74.730 matrículas en primaria, básica y media. Este ecosistema promueve el acceso y contribuye al mejoramiento de la calidad, gracias a invertir en infraestructura y modelos pedagógicos integrales desde la primera infancia hasta la formación para el trabajo. Algo que se logra con una red de 403 Jardines Infantiles, 6.457 Colegios, 170 Centros de Formación y Capacitación, 47 Institutos técnicos profesionales y escuelas tecnólogas y 29 universidades. Una infraestructura acompañada con altos estándares en la calidad que se evidencia en los resultados de las pruebas Saber 11, donde los colegios de las Cajas presentan un desempeño promedio superior de otros colegios”.
Estas son algunas de las voces de líderes que han tomado acción para transformar la educación de Colombia. Sin importar dónde se encuentren, demuestran que es posible sumarse de la mano de quienes como organización canalizan los esfuerzos e inversión para lograr cambios significativos en niños, niñas y adolescentes de comunidades vulnerables e históricamente invisibilizadas para escribir junto a ellos y ellas un nuevo capítulo donde puedan alcanzar todo su potencial.
“El panorama es retador, y el camino para un mejor futuro es mayor inversión y esfuerzos para solucionar los principales ‘dolores’ de la región y el país. De cerrar las brechas para el acceso a una educación de calidad que les permita movilidad social, romper cadenas, y un futuro más próspero. Queda mucho por hacer, y UNICEF se consolida como el aliado donde las compañías y los líderes empresariales canalizan sus esfuerzos para invertir en la educación de la infancia y la adolescencia”, finaliza Tanya Chapuisat, representante de UNICEF en Colombia.Conozca cómo sumarse y ser uno de los líderes que reescriben el futuro de la educación en: https://donaciones.unicef.org.co/lideres-por-la-educacion