La Central Hidroeléctrica URRÁ, en Tierralta, Córdoba, genera energía limpia y promueve la sostenibilidad en la región a través de proyectos ambientales, turísticos y productivos. Con iniciativas de conservación y el uso de tecnologías limpias, contribuye al bienestar de las comunidades locales, aquí algunas de ellas.

La Central Hidroeléctrica URRÁ, ubicada en el sur del municipio de Tierralta, Córdoba, es una de las principales fuentes de generación de energía en Colombia. Desde su puesta en operación, en el año 2000, ha sido un pilar en la matriz energética a nivel nacional. No solo se ha destacado por su capacidad de producción, sino también por su compromiso con la sostenibilidad ambiental y social de la región. Aquí, algunas de las acciones que URRÁ lleva a cabo para promover el cuidado del medio ambiente y el bienestar de las comunidades donde tienen presencia e incidencia.

Desde su inicio, URRÁ ha demostrado un fuerte compromiso con la protección del medio ambiente a través de un enfoque integral que abarca tanto los componentes abióticos, es decir aquellos que no tienen vida, pero son esenciales para esta, y los componentes bióticos del entorno, así como el socioeconómico.

En este sentido, el Ministerio del Medio Ambiente le otorgó la licencia ambiental necesaria para llevar a cabo la operación de la hidroeléctrica, lo que le ha permitido implementar un conjunto de medidas para minimizar los impactos sobre los recursos naturales y las especies de la región dentro de tres componentes principales: abiótico, biótico y socioeconómico.

El componente abiótico se ha encaminado a priorizar el monitoreo constante a la calidad del agua en el embalse y a lo largo del río Sinú, la estabilidad de los taludes en la franja perimetral del embalse y seguimiento a los procesos morfodinámicos del río Sinú. 

El componente biótico consta de acciones de restauración ecológica participativa en el entorno del embalse, ordenamiento pesquero, controla la proliferación de macrófitas acuáticas, conservación de tortuga de río e hicotea, repoblamiento de peces, y el desarrollo de programas de educación ambiental participativa con las organizaciones comunitarias.

El componente socioeconómico está enfocado en las acciones de transporte de navegabilidad y conectividad terrestre, y gestión comunitaria participativa incluyendo a las comunidades indígenas Emberá-Katío del Alto Sinú.

Acciones en pro de la comunidad

Más allá de las medidas ambientales, URRÁ ha asumido un rol activo en el desarrollo social de la región mediante acciones voluntarias que promueven la participación de las comunidades en proyectos productivos, turísticos y educativos.

URRÁ ha sido una de las principales promotoras del turismo en la región, desarrollando el Parque Ecoturístico del Alto Sinú, que incluye dos estaciones turísticas: Ecolagos y Las Guartinajas. Estas estaciones permiten a los visitantes disfrutar de la biodiversidad, de actividades recreativas como deportes náuticos y senderismo, y aprender sobre la conservación del medio ambiente. La empresa también apoya la creación de emprendimientos turísticos en la zona, fomentando la actividad económica local y contribuyendo al bienestar de las comunidades cercanas.

Proyectos productivos para el desarrollo sostenible

URRÁ ha cofinanciado diversos proyectos productivos en la región, con el fin de fortalecer la economía local y promover prácticas agrícolas y productivas sostenibles. Entre los proyectos más destacados se encuentra el impulso a la industrialización del cacao, mediante el apoyo a la organización Activa G10 del Alto Sinú, y el fomento a la apicultura sostenible a través del proyecto Asoagromiel. Estos proyectos no solo están contribuyendo al desarrollo económico de las familias locales, también promueven la conservación del medio ambiente.

La importancia de la inclusión de tecnologías limpias

Como parte de su compromiso con la sostenibilidad, URRÁ ha incorporado tecnologías limpias en su operación. Un ejemplo de ello es el proyecto solar flotante AQUASOL, inaugurado en 2023, que combina la generación de energía solar con la operación de la hidroeléctrica. Este proyecto ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y en paralelo está siendo objeto de investigación para futuras implementaciones de energía solar flotante.

Esta innovadora planta solar flotante tiene como objetivo generar energía limpia para abastecer las necesidades de la propia hidroeléctrica y servir como una plataforma para la investigación de sistemas de energía solar en cuerpos de agua.

Con una capacidad instalada de 1.53 MWp, la planta AQUASOL, desde su puesta en marcha, ha generado más de 1.900 megavatios hora, energía que equivale al consumo de 10 mil viviendas estrato tres de la Región Caribe en un mes. Este proyecto es un claro ejemplo de cómo la innovación en energías renovables puede ser integrada a la operación sostenible de la hidroeléctrica Urrá.

Protección de la biodiversidad: la conservación de la tortuga de río y la hicotea

Una de las iniciativas más relevantes de URRÁ en cuanto a la conservación de la biodiversidad es el trabajo que realiza para la protección de la tortuga de río (Podocnemis lewyana) y la hicotea (Trachemys callirostris), dos especies que habitan en el río Sinú y que están amenazadas por la actividad humana y la pérdida de hábitat.

La empresa ha organizado diversos encuentros con las comunidades, del bajo Sinú, para intercambiar conocimientos y estrategias de conservación. Gracias a este trabajo, se han podido liberar 23.000 neonatos y rescatar 29.023 huevos de tortuga de río. Este esfuerzo ha sido fundamental para la preservación de estas especies en la región, y ha involucrado activamente a las comunidades locales en la protección de la biodiversidad.

Espacios como estos que promueve Urrá facilitan el intercambio de conocimientos, retos y soluciones entre la misma comunidad que cada vez más, se compromete con la protección de estas especies en la cuenca del río Sinú.

El programa de repoblamiento pesquero

URRÁ también ha demostrado su compromiso con la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos a través de su programa de repoblamiento pesquero en el embalse. Desde el año 2001 y hasta el 2023, la empresa ha liberado cerca de 80 millones de alevinos, con el fin de garantizar la seguridad alimentaria de las comunidades vecinas y fomentar la pesca artesanal sostenible.

En el marco del Plan de Ordenamiento Pesquero del Embalse (POPE), han venido ejecutando proyectos que involucran el ordenamiento de la explotación del recurso pesquero y el desarrollo de la pesca artesanal en el embalse y el Alto Sinú.  A la fecha están apoyando a siete organizaciones.

Este programa se articula mediante la implementación de tres estrategias: el rescate de peces del medio natural, el uso de estanques nodrizas instalados en las comunidades y la compra de los alevinos que se producen en los estanques, para luego ser repoblados en el embalse.

El monitoreo da cuenta que la producción pesquera fue de 98.4 toneladas, reafirmando que el repoblamiento contribuye, en primer término, a la seguridad alimentaria de las comunidades de pescadores campesinos e indígenas.

Del total de toneladas obtenidas, se comercializaron en Puerto Frasquillo, Tierralta, 4.8 toneladas de excedente con un valor comercial de 62 millones de pesos, con lo que se ha beneficiado a 70 unidades familiares de pesca del contorno del embalse, a quienes se les dota con una canoa y artes de pesca. Se espera que a 2024 se liberen unos seis millones de especies como el bocachico, la dorada, liseta, rubio y el bagre blanco.

El poder de las estaciones ecológicas “Las Guartinajas” y Ecolagos

Además de estas iniciativas, URRÁ ha creado y mantiene espacios educativos y de investigación en la región, como la Estación Ecológica “Las Guartinajas” y la Estación Ecolagos. Estos proyectos ofrecen a los estudiantes, investigadores y turistas la oportunidad de conocer de cerca los ecosistemas locales, participar en programas de conservación y aprender sobre la flora y fauna del Alto Sinú.

La estación “Las Guartinajas”, en particular, se ha convertido en un centro de investigación sobre murciélagos, peces, serpientes y especies de flora nativa. Estos espacios se han abierto a la colaboración con instituciones académicas y de investigación, lo que ha permitido fortalecer los esfuerzos de conservación en la región.

Isla Sonora: un refugio natural en medio del embalse

En esa misma línea de protección ambiental se encuentra la Isla Sonora, un santuario natural en el embalse que alberga una gran diversidad de especies de flora y fauna. La isla es promovida como un destino turístico, donde los visitantes pueden disfrutar de avistamiento de aves y primates, senderismo y tener contacto con la biodiversidad local.

Este proyecto no solo fomenta el turismo en la región, sino que también sensibiliza a las comunidades sobre la importancia de la conservación de los ecosistemas acuáticos y terrestres. La Isla Sonora se ha convertido en un modelo de conservación y un espacio para la investigación y el disfrute de la naturaleza.

En definitiva, la Central Hidroeléctrica URRÁ es un ejemplo claro de cómo una empresa de servicios públicos puede contribuir al desarrollo sostenible de una región mientras mantiene sus negocios. A través de sus diversas iniciativas, que incluyen la generación de energía limpia, la conservación de la biodiversidad, el impulso a proyectos productivos y el fomento del turismo sostenible, que ha logrado un equilibrio entre sus operaciones industriales y su responsabilidad social y ambiental.

Gracias a su enfoque integral y a su compromiso con la comunidad, URRÁ sigue demostrando que es posible generar energía de manera sostenible, sin descuidar el bienestar de las personas y el medio ambiente.