Carolina Montes, CEO de la firma Russell Bedford, tomó como bandera patrocinar un equipo femenino de fútbol que está cambiando la vida de 25 niñas estudiantes del colegio público más grande de Cali.
En el sur oriente de Cali, un grupo de niñas en condición de vulnerabilidad, estudiantes del Instituto Nuevo Latir, el colegio público más grande de Cali, en el distrito de Aguablanca, entrena cada día con el sueño de convertirse en la próxima Linda Caicedo, la joven vallecaucana que desde Candelaria conquistó el fútbol mundial y hoy juega en el Real Madrid.
Para ellas, Linda es más que una futbolista; es un referente de lo que significa creer en uno mismo y derribar barreras.
Y aunque el fútbol femenino está despegando en Colombia, vincularse a un equipo como el América o el Cali está lejos de ser sencillo para niñas que carecen de los recursos económicos para cosas tan básicas como desplazarse hasta sus instalaciones, comprar guayos o un uniforme.

La concreción de su sueño ha sido posible gracias a la creación de un equipo femenino de futbol patrocinado por Carolina Montes, CEO de la firma de auditoría Russell Bedford, y la filial caleña del Club Argentinos Juniors, históricamente un equipo masculino, en el que se formó el fallecido astro Diego Armando Maradona.
“Decidimos invertir en sus sueños, brindándoles a 25 niñas entre los 13 y los 16 años no solo formación deportiva, sino un acompañamiento integral para que puedan centrarse en lo que realmente importa: jugar, aprender y crecer”, explica Montes, una futbolista frustrada ya que en sus épocas de estudiante en la Universidad Javeriana no existía una liga femenina y este deporte no era tan popular entre las mujeres.
“Las niñas, con sus sonrisas y sus uniformes representan el futuro del fútbol femenino y llevan en su pecho el sueño de que, algún día, ellas también podrán inspirar a muchas más como Linda”, explica Montes.
Y es que el fútbol, además de brindarles una oportunidad de salir adelante como deportistas, se ha convertido en una actividad para transformar sus vidas y escapar a los riesgos de un entorno adverso y carente de posibilidades.
“No solo patrocinamos un equipo de fútbol, sino la esperanza de un futuro donde las niñas puedan ser todo lo que quieran ser”, señala la directiva al recordar el escepticismo del dueño de Argentinos Juniors.
Hoy, las 25 niñas escogidas entrenan en sus instalaciones y cumplen con la condición de estar escolarizadas en cualquier institución educativa, bajo la dirección de una entrenadora que se forma en la Escuela Nacional del Deporte.
“Es un proyecto bellísimo, porque hemos logrado que, además de practicar el fútbol, puedan acceder a comedores comunitarios’, dice Montes cuyo mayor logro es haber conseguido que las escogidas tengan un acceso garantizado a la educación superior.
“Hoy todas tendrán la oportunidad de educarse en la Escuela Nacional del Deporte, la Universidad Libre y el Cecep”, concluye Montes. “Hemos impactado, además, en sus hogares y son reconocidas como líderes en sus comunidades”.