La aerolínea Sky se ha transformado y busca convertirse en referente del modelo low cost en Latinoamérica. Su programa de lealtad, lanzado en abril, ya tiene 500 mil miembros.
La pandemia significó un shock que golpeó duramente la industria aerocomercial global. Los vuelos internacionales y domésticos fueron restringidos por varios meses en muchos países y, en consecuencia, el transporte de pasajeros se desplomó (solo en 2020, la demanda internacional de pasajeros cayó 75,6%, según la IATA).
En Latinoamérica, las principales aerolíneas sufrieron complicaciones financieras y otras, incluso, desaparecieron. Sin embargo, uno de los modelos de negocio en el rubro que más resiliencia mostró fue el low cost. En la región, la compañía que logró consolidar su liderazgo en ese segmento, pese a la turbulencia del mercado, fue Sky Airline.
Un personaje clave en el posicionamiento que tiene actualmente la compañía es Holger Paulmann, presidente ejecutivo de Sky Airline e hijo del fundador de la empresa Jürgen Paulmann. Holger, ingeniero comercial de la Universidad Gabriela Mistral de Chile, ingresó a la empresa en 2007 como director y consejero; luego, en 2013, se hizo cargo de la Dirección de Operaciones de la compañía; y en 2014 se convirtió en CEO, cargo que tuvo hasta 2020 y que hoy ocupa José Ignacio Dougnac. Hoy, el presidente ejecutivo de Sky Airline, aerolínea que tiene 59 rutas en operación, no solo es uno de los más importantes impulsores del modelo de aerolíneas low cost en Latinoamérica, sino también un referente público del empresariado chileno. De hecho, el año pasado, la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) le entregó el premio Andrés Concha Rodríguez, el cual es otorgado a los ejecutivos que inspiran excelencia profesional en su campo, vocación de servicio público, capacidad para escuchar y generar diálogos constructivos entre el mundo empresarial y otros sectores.
Un 2024 renovado
El presente año ha sido muy relevante para la compañía, destaca Paulmann, en entrevista con Forbes. De acuerdo con el ejecutivo, 2024 está marcado por proyectos que serán vitales para el futuro de la organización. Uno de ellos es Sky Plus, el programa de beneficios y fidelidad de la aerolínea. “Lo lanzamos en abril y, hasta ahora, ya llevamos más de 500.000 suscriptores. De aquí a fin de año esperamos llegar a aproximadamente 800.000”, dice el empresario chileno.
Otro proyecto relevante de la empresa es la llegada de nuevos aviones para potenciar su flota. “[En los próximos años] nuestras inversiones estarán principalmente enfocadas en la incorporación de nuestra nueva flota de la familia Airbus A321XLR, que nos permitirán [hacer] vuelos de largo alcance. Esperamos recibir 10 aviones de este tipo a partir de 2025”, señala Paulmann. Aunque evita especificar qué nuevas rutas operarán con estas aeronaves, el empresario señala que estas permitirán acceder a destinos que estén a una distancia de hasta nueve horas desde sus dos bases en la región (Santiago de Chile y Lima). Incluso, señala que los nuevos aviones podrían permitirle a la empresa acceder a nuevos destinos desde otras regiones de Perú y Chile.
“Estamos contentos de tener una nueva capacidad que nos va a permitir operar con un costo por asiento mucho más bajo”, agrega. El presidente ejecutivo de la compañía explica que la ventaja de los A321XLR es que usan los mismos pilotos, tripulantes de cabina, mecánicos y repuestos con los que la empresa ya trabaja. “No nos agrega complejidad operacional”, enfatiza. Además, explica que SKY Airline ha ido desarrollando una mayor capacidad de venta indirecta para atender la demanda vinculada a los aviones de mayor alcance. Este atributo se complementa con el programa de lealtad antes mencionado. “Estos son habilitadores para mejorar el negocio [de largo alcance]”, sostiene Paulmann.
A estas mejoras, se suman las alianzas interlineales que ha implementado SKY Airline con otras empresas del rubro, señala el empresario chileno. El primer acuerdo que hizo la compañía fue con Aerolíneas Argentinas, el cual permite, comprando un solo pasaje, viajar por todas las rutas que operan ambas aerolíneas y combinar tramos. Según informó la compañía, este convenio, que dará acceso a los viajeros a 61 destinos domésticos en Argentina, Chile y Perú, se implementará de forma gradual durante el segundo semestre de 2024. Posteriormente, la empresa suscribió un acuerdo con Air France y KLM por el cual los pasajeros de las compañías europeas podrán conectar a más de 30 destinos de SKY en Chile, Perú y otros países de América comprando un solo ticket que incluya todos los trayectos requeridos. Paulmann señala que ya se ha suscrito un tercer acuerdo con otra aerolínea, pero que todavía no pueden anunciarlo.
“Estas alianzas mejoran las alternativas que tienen los clientes para llegar a ciudades fuera de la capital [de un país]. [También] permite que haya más competencia en las rutas”, destaca el empresario chileno.
Con estas novedades, la relevancia de SKY Airline en el mercado sudamericano será mayor. De hecho, Paulmann estima que, este año, la empresa habrá transportado alrededor de 9,5 millones de pasajeros (en 2023 transportó a 8,7 millones de pasajeros, un 50% más que el año previo) y para 2025 esa cifra crecerá en 18%. Destaca que, hace diez años, la tarifa promedio de sus vuelos, que operaban principalmente dentro de Chile, era de 99 dólares. Pese a la inflación, hoy la tarifa media en Chile es de 50 dólares. “Todos los ahorros que hemos conseguido, con el uso de mejor tecnología y mejoras en la productividad, se los hemos traspasado a los clientes”, enfatiza.
En términos de participación de mercado en pasajeros internacionales, a agosto de este año la compañía se situaba como la segunda en Chile, con un 13,5%, frente al 51% de LATAM y el 11,7% de JetSmart, según la Junta Aeronáutica Civil.
Inteligencia artificial y sostenibilidad
Aunque hoy la inteligencia artificial (IA) está en boca de todos, no es una tecnología nueva para SKY Airline. De hecho, Paulmann señala que la empresa lleva varios años trabajando con ella, especialmente en el manejo de los datos operacionales. De hecho, explica que sus aviones A320 Neo y A321 Neo tienen más de 35.000 sensores. “Cuando tienes diversidad de flota, se dificulta hacer análisis de data y gestión operacional de la data. Parte de las ventajas del modelo low cost es que nuestros aviones son iguales y prácticamente usan la misma tecnología. Por ende, tienen la misma cantidad de sensores. Tenemos más datos que el resto de los operadores. El año pasado, Airbus nos reconoció como una de las tres aerolíneas del mundo que mejor usa la gestión de data para mejorar las operaciones”, menciona el empresario chileno.
En ese sentido, el ejecutivo explica que su gestión de datos usando IA ha priorizado proyectos vinculados con seguridad, especialmente en la etapa de aproximación de los vuelos, y en segundo lugar, se han logrado eficiencias. Detalla que, por ejemplo, la gestión de datos que realiza la compañía les facilita hacer planes de vuelo más precisos que otras empresas del mercado. “Tener los mejores estándares desde el punto de vista de la seguridad es una ventaja competitiva”, enfatiza.
En cuanto a eficiencia, a través de herramientas de software especializado, la empresa ha mejorado el perfil de ascenso del avión, con lo cual ha ahorrado alrededor de 60 kilos de combustible por cada despegue.
Sin embargo, Paulmann señala que, en cuanto a inteligencia artificial generativa, las iniciativas que hay en la industria aerocomercial, en general, son todavía tímidas. “Estamos pasando por una fase de aprendizaje más que por una de implementación. La cantidad de business cases que han demostrado el impacto de la IA generativa todavía son muy escasos. Una de las industrias donde es altamente probable que esta tecnología tenga un impacto relevante es la de contact center”, pronostica el presidente ejecutivo de SKY Airline.
Además de la tecnología y la seguridad, Paulmann ve a la sostenibilidad como otro gran eslabón de sus operaciones. Y no es para menos. Se estima que la aviación, a nivel global, es responsable de cerca del 2,5% de las emisiones de CO2, según la Agencia Internacional de Energía. Justamente, el empresario chileno resalta que SKY Airline ha reducido sus emisiones de forma acelerada desde 2013. Un primer paso se dio cuando la organización migró de los aviones Boeing 737-200 a los Airbus A319, lo que logró reducir las emisiones de 180 gramos por pasajero-kilómetro a entre 90 y 95 gramos por pasajero-kilómetro.
Posteriormente, cuando pasó de usar los Airbus A319 a los A320 Neo y el A321 Neo, las emisiones cayeron hasta alrededor de 60 gramos por pasajero-kilómetro. “El gran salto en la reducción de las emisiones ya lo hicimos. No hay aviones más eficientes en el mercado que nos permitan seguir bajándolas. El resto de los operadores todavía tienen mucho que hacer para seguir bajando sus emisiones, ya que siguen operando con aviones de una generación anterior”, sostiene Paulmann.
En paralelo, la empresa cuenta ya con vehículos de apoyo terrestre (como los que suben los equipajes al avión) que tienen motores eléctricos. “La idea es seguir avanzando en la incorporación de mejores prácticas y tecnologías para reducir las emisiones”, resalta.
El futuro del modelo low cost
Para el empresario, el éxito del modelo low cost depende en buena medida de la capacidad de las empresas de diferenciar sus costos y la propuesta de valor hacia el cliente. “Si no logras desarrollar una diferencia de costo relevante y un precio más bajo [para el cliente], no vas a lograr estimular la demanda”.
Explica que, con el paso del tiempo, las aerolíneas tradicionales, especialmente en los vuelos de corto alcance, han tratado de implementar mejoras que les han permitido bajar su CASK (cost of available seat kilometer); es decir, el costo unitario que tiene operar cada asiento por cada kilómetro. Por otro lado, los costos de las low cost han tendido a elevarse un poco. Sin embargo, aunque admite que esa distancia de costos entre las legacy y las low cost se ha reducido, afirma que todavía es bastante sana y que les da a las aerolíneas de bajo costo la oportunidad de seguir creciendo en la región.
No obstante, Paulmann advierte que los vuelos entre ciudades no capitales todavía no están tan desarrollados. Asegura que el motivo principal de esa situación es que se aplican las mismas tasas e impuestos a esos vuelos internacionales que a un vuelo que viene de Europa. “Entonces, no hay conciencia de que la distancia para [algunos] vuelos en Sudamérica es prácticamente [similar a] la distancia de un vuelo nacional”, dice. Asegura que esas tasas e impuestos que se cobran a las aerolíneas no permiten estimular la demanda en las ciudades que no son capital, ya que son un costo fijo. “Esta es una gran oportunidad para mejorar la conectividad [en la región]”, resalta el empresario chileno.
Polémica en Chile
En 2023, en Chile se desató una polémica por presuntamente haberse afectado la libre competencia en la licitación de rutas entre Santiago de Chile y Lima (SKY Airline fue una de las ganadoras de esa licitación). Sobre esa situación, la empresa respondió lo siguiente a Forbes: “Es importante señalar que la Junta de Aeronáutica Civil (JAC) y la Fiscalía Nacional Económica (FNE) concluyeron que las bases de licitación de las frecuencias aéreas de la ruta Santiago-Lima no infringían la libre competencia. La licitación se llevó a cabo respetando la normativa aplicable, asignándose las frecuencias a la mejor oferta económica.
Tanto SKY como el resto de los operadores participaron en el proceso en ‘condiciones de rivalidad’, tal como lo manifestó la FNE en su oportunidad; es decir, en condiciones de competencia. Asimismo, la JAC informó que, desde el 2013, todos los operadores que alguna vez participaron en un proceso licitatorio han resultado adjudicatarios de frecuencias, por lo que los requisitos de postulación no han afectado la competitividad ni las garantías mínimas de rivalidad que deben existir en estos procedimientos”.
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