Las minigranjas solares se perfilan como una solución eficaz para diversificar la matriz energética de Colombia, garantizando un suministro estable en zonas rurales y urbanas. Proyectos como los de Unergy y Solenium impulsan la transición hacia un sistema energético más sostenible y accesible.
En general, el parque generador de energía en Colombia es altamente sostenible, en buena medida porque las hidroeléctricas representan un el 63,7 % de la torta energética del país. Además, las Fuentes No Convencionales de Energía Renovable siguen en aumento y ya representan más del 9 % de la capacidad total, y la energía solar representa el 6,1 %. La apuesta robusta por proyectos solares la logrado que ese renglón crezca más del 70 % de capacidad comparada con años anteriores.
Sin embargo, hay factores críticos que presionan al sector energético del país, como el fenómeno de El Niño, que pone al límite a las hidroeléctricas y prende alarmas sobre la necesidad de que las termoeléctricas, mucho más contaminantes, deban suplir la demanda. Allí los proyectos alternativos cobran más importancia, el gran reto es que aun la interconexión de estas fuentes es un desafío, y llevar energía desde grandes granjas solares a lugares remotos es retador en términos de eficiencia.
Por eso, las minigranjas solares se posicionan cada vez más como una solución para diversificar la matriz energética de Colombia y una alternativa para impactar positivamente a comunidades de áreas poco conectadas.
El poder de los ‘pequeños’
A diferencia de los grandes parques solares y los sistemas domésticos de autoconsumo, las minigranjas solares ofrecen un enfoque intermedio altamente eficiente. Estas instalaciones generan hasta 1 MW de energía y evitan las limitaciones de las redes de transmisión, garantizando un suministro estable en zonas rurales y urbanas. Además, esta tecnología puede implementarse rápidamente, representando una respuesta efectiva frente a las necesidades energéticas urgentes.
Detrás de este tipo de proyectos hay empresas que se han comprometido no solo con el desarrollo tecnológico y de negocio, sino con trabajar en pro de las necesidades y el desarrollo sostenible de las comunidades. Uno de los proyectos más destacados del país se encuentra en el departamento del Cesar. Allí, las compañías Unergy y Solenium llevan años trabajando en la democratización del acceso a la energía renovable.
Su enfoque está en ofrecer soluciones que no solo sean tecnológicamente avanzadas, sino que también tengan un impacto social positivo. Con el apoyo de aliados estratégicos como Huawei y otras organizaciones líderes, estas empresas han logrado posicionarse como referentes en la transformación energética del país.
“Las minigranjas solares están transformando la manera en que producimos y consumimos energía en Colombia. Son una solución innovadora y sostenible que no solo diversifica el suministro energético, sino que también promueve la autosuficiencia de comunidades remotas y urbanas”, comenta Eduardo Ospina, CEO y cofundador de Unergy y Solenium.
La importancia de las alianzas
Estas iniciativas demuestran que el camino correcto para lograr cambios transformadores solo es posible cuando se crean sinergias en lo operativo, la gobernanza y la tecnología. No en vano, Diego Tang, director de Digital Power de Huawei Colombia dice que desde esta compañía, que tiene más de 207.000 empleados, opera en más de 170 países y que tiene presencia en Colombia desde hace 25 años, su apoyo con proyectos de este tipo es muestra de su compromiso con la transición hacia un futuro más limpio y sostenible.
“Las minigranjas solares representan una oportunidad única para democratizar el acceso a la energía en Colombia. Por ejemplo, nuestra tecnología FusionSolar maximiza la eficiencia energética y asegura un monitoreo continuo, contribuyendo a la transformación del sector fotovoltaico en el país”.
Estas instalaciones, potenciadas por tecnología de última generación, no solo potencian la generación de energía, incluso en condiciones climáticas adversas, sino que también integran inteligencia artificial para el monitoreo continuo y la prevención de fallos, garantizando un rendimiento óptimo.
Adicional a las minigranjas, Unergy y Solenium, en alianza con Huawei, LONGi y Solaire, han construido el primer laboratorio solar abierto de Colombia en la Paz, Cesar. Este proyecto tiene por objetivo lograr incentivar la investigación en energías renovables de los jóvenes y profesores de la región de instituciones como la Universidad Nacional o la Universidad del Cesar.
Con más de 19 de estas granjas solares en operación, tres en construcción y la meta de alcanzar 200 en los próximos años, este modelo se perfila como el futuro de la energía fotovoltaica en Colombia, haciendo que la transición hacia un sistema energético más limpio, accesible y sostenible sea una realidad.