El llamado a juicio está relacionado con un tráfico de influencias en Fonade, que habría cometido cuando fue senador del Partido de La U entre 2016 y 2017.

La Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia llamó a juicio a Armando Benedetti, el poderoso jefe de Gabinete del presidente Gustavo Petro, que divide al Gobierno y ya ocasiono la renuncia de un ministro y varios funcionarios. 

El llamado a juicio está relacionado con un presunto tráfico de influencias en el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade), que habría cometido cuando fue senador del Partido de La U entre 2016 y 2017.

Según El Tiempo, el expediente de acusación dice que Benedetti pidió a su asesora, Elsy Pinzón Barrera, que direccionara contratos por $1.000 millones a favor de Certicámara S.A. para prestar servicios de bodega y archivo. 

En julio de 2022, Benedetti fue llamado a indagatoria por el caso de Fonade y el caso fue asumido por la magistrada Cristina Lombana, quien recopiló pruebas, entre ellas la declaración de un exasesor de esa entidad en la que advirtió que el político “influyó en el proceso de adjudicación del contrato de Certicámara S.A.”.

Benedetti dijo hoy en un comunicado que acoge la decisión de la Corte pero cuestionó la investigación realizada por la magistrada Lombana, quien de “manera evidente ha vulnerado mis garantías una y otra vez, por la enemistad y aversión que me tiene, reconocida por la misma Sala al separarla del conocimiento de otra investigación en mi contra”.

Sin embargo agregó: “Acojo y respeto la determinación de la Sala de Instrucción anunciando desde ya que no interpondremos recurso alguno ante esta decisión, pues será ante la Sala de Juzgamiento que presentaremos la pruebas irregularmente canceladas por la Magistrada Lombana, con las que demostraremos que este asunto jamás debió a llegar a esa instancia” 

Benedetti es un veterano político que fue crucial en la campaña electoral de 2022 y que en el Gobierno se ha convertido en un funcionario incómodo y cuestionado.

El dedo en la llaga lo puso el martes la vicepresidenta y ministra de la Igualdad, Francia Márquez, quien en un consejo de ministros transmitido al país por televisión y redes sociales criticó la presencia de Benedetti otra vez en el Gobierno por los casos de corrupción con los que se le vincula.

“No me parece, y respeto a Benedetti, pero no comparto su decisión; la respeto porque usted es el jefe de Estado y es el presidente, pero no comparto su decisión de traer a este Gobierno a esas personas que sabemos que tienen gran parte de responsabilidad con lo que está pasando”, expresó Márquez.

Político tradicional

Sin embargo Armando Benedetti dista mucho del papel revolucionario que Petro le quiere atribuir, pues a lo largo de su vida pública se ha caracterizado por estar siempre del lado del poder desde 1994 cuando dejó su carrera como reportero de televisión.

Entró a la política por el Partido Liberal, con el que fue concejal de Bogotá y representante a la Cámara. En 2005 se unió al recién creado Partido de la U, con el que fue elegido senador desde 2006 hasta 2022.

En el Congreso apoyó a los presidentes Álvaro Uribe (2002-2010) y Juan Manuel Santos (2010-2018), hasta que en 2022 se alineó con el petrismo.

Petro recompensó su apoyo electoral en la costa Caribe con su nombramiento como embajador en Venezuela, cargo del que tuvo que renunciar en junio de 2023 por un enfrentamiento con la entonces jefa de gabinete, Laura Sarabia, actual canciller, y también blanco de críticas en la reunión ministerial del martes.

En unos audios revelados en la época por la revista Semana, Benedetti reclamó a Sarabia mejor trato del Gobierno alegando que él gestionó 15.000 millones de pesos (unos 3,4 millones de dólares) para la campaña de Petro y amenazó, con las expresiones vulgares que lo caracterizan, con hundirlos a todos si contaba quiénes la financiaron en la costa Caribe.

Su jefe de la época, el entonces canciller Álvaro Leyva, restó importancia a sus amenazas argumentando que a Benedetti no se le puede creer nada porque “él mismo dice ‘yo soy un drogadicto'”, algo que el propio político confirmó este año cuando abandonó también la embajada ante la FAO en Roma, otro cargo que Petro le dio en 2024.

Segundas oportunidades

Ante las críticas de ayer por nombrar a Benedetti jefe de Despacho Presidencial, Petro respondió que a la gente hay que darle “una segunda oportunidad”.

“Nosotros somos así, no somos igual que otros de la izquierda (…) Si nosotros negamos la segunda oportunidad, terminamos fusilando a nuestros compañeros y compañeras”, dijo el mandatario en respuesta a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, que también criticó, “como feminista y como mujer”, su presencia en la reunión del gabinete.

Benedetti protagonizó un escándalo de violencia machista en julio pasado cuando, siendo embajador ante la FAO, su esposa, Adelina Guerrero, lo denunció por agresiones físicas durante un viaje a Madrid.

El regreso de Benedetti al Gobierno también fue rechazado por los directores del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Alexander López Maya, y del Departamento de Prosperidad Social (DPS), Gustavo Bolívar.

Sin embargo, la defensa incondicional de Petro lo llevó a comparar ayer a Benedetti con Jaime Bateman, fundador de la guerrilla del M-19, en la que militó en su juventud, lo que lejos de aplacar las críticas, provocó más malestar.

“Benedetti tiene un toque de Jaime Bateman que es la magia”, dijo Petro ante lo cual el director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Augusto Rodríguez, que también integró el M-19 le respondió: “No aceptó que se compare al señor Benedetti con Jaime Bateman”, en un tono inusual para dirigirse al presidente.

Con información de EFE