El dato supone un rebote frente al 0,6% de 2023 y está en línea con la principales proyecciones del mercado que anticipaban una expansión entre 1,7% y 1,9%.

El Dane reveló que la economía creció 2,3% entre octubre y diciembre de 2024 y que registró una expansión del 1,7% en todo el año, tres veces más que en 2023.

La actividad económica que más contribuyó al crecimiento anual del valor agregado del 2024 fue agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (8,1%) con un aporte de 0,8 puntos porcentuales (pp) a la variación anual del valor agregado.

En la agricultura, se destacó el crecimiento de las exportaciones de café en el último trimestre, aunque el sector también fue impulsado por la producción de arroz, plátano y frutas cítricas. En ganadería, sobresalió la producción de leche y el ganado bovino.

Por su parte, Administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria; Educación; Actividades de atención de la salud humana y de servicios sociales creció 4,2% y contribuyó con 0,7 puntos porcentuales a la variación anual.

Le siguió Actividades artísticas, de entretenimiento y recreación y otras actividades de servicios; Actividades de los hogares individuales en calidad de empleadores; actividades no diferenciadas de los hogares individuales como productores de bienes y servicios para uso propio crece 8,1% (contribuye 0,3 puntos porcentuales a la variación anual).

“Actividades artísticas, de entretenimiento y actividades de los hogares crecieron al 5,5% con un aporte de 0,02 puntos porcentuales, y ya no solo hay un crecimiento de los juegos de azar en línea, que se han moderado frente a la pandemia, sino también actividades culturales como conciertos”, dijo la directora del Dane, Piedad Urdinola.

En diciembre de 2024, el ISE registró un crecimiento de 2,9%. Los sectores de mal desempeño fueron Minas (-5,2%); Industria (-2,1%); TIC (-0,8%).

En la misma rueda de prensa, Urdinola reveló que la entidad revisó a a la baja la cifra de 2022 (de 7,5% a 7,3%) y ligeramente al alza la de 2023 (de 0,6% a 0,7%).

Desde el enfoque del gasto, el crecimiento del 1,7% se explicó por los siguientes comportamientos de este componente:

  • Gasto en consumo final crece 1,2%.
  • Formación bruta de capital crece 7,6%.
  • Exportaciones crecen 2,0%.
  • Importaciones crecen 4,2%.

El dato anual, según un análisis de Corficolombiana, confirma la recuperación económica y deja atrás los temores de recesión, aunque un 1,7% sigue siendo un crecimiento muy bajo para un país emergente, especialmente porque sectores clave siguen en rojo (industria, vivienda, hidrocarburos).

La cifra revelada por el Dane está en línea con los resultados de la Encuesta de OpiniónFinanciera de Fedesarrollo que arrojó un pronóstico de crecimiento para 2024 en un rango entre 1,8% y 1,9%, con 1,8% como respuesta mediana.

Para 2025, el mercado prevé un crecimiento del 2,6% (permaneciendo estable frente a la expectativa de diciembre), ubicándose en un rango entre 2,5% y 2,8%.

Las expectativas de crecimiento del cuarto trimestre de 2024 se ubicaron en un rango entre 2,0% y 2,5%, con 2,4% como respuesta mediana, aumentando frente al 2,2% de la edición de diciembre.

Según Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, la cifra del 1,7% confirma un cambio de tendencia de los sectores que tradicionalmente eran el motor de la economía (agricultura, comercio, construcción y manufactura) y la fortaleza del sector servicios.

El análisis destaca que, pese a una moderación en su ritmo de crecimiento, la agricultura siguió impulsando la economía, con la producción de café en máximos, a pesar de que la de alimentos perecederos redujo su ritmo de expansión. 

En tanto, la mayor demanda de bienes por parte de los hogares favoreció la actividad del comercio y la manufactura, mientras que la construcción, en especial de infraestructura, ha observado una mejora por cuenta del avance en las obras en Bogotá y Medellín.

En cuanto a los servicios, además de la mayor demanda de los hogares, el auge del turismo ha permitido que la actividad se mantenga resiliente. En este frente, los servicios de alojamiento, comida y recreación han ganado relevancia, compensando el bajo dinamismo de comunicación y servicios públicos.