La dualidad del vestuario como necesidad básica y medio de expresión ha definido la propuesta del diseñador colombiano Agustín Nicolás Rivero, fundador de la marca A New Cross. Ahora celebra su reconocimiento en el mercado nacional.

El murmullo urbano, común de las grandes ciudades, se silencia al cruzar las puertas de Casa Aainjaa. En este refugio para la creatividad, ubicado en Quinta Camacho en Bogotá, está el taller de A New Cross, la marca creada por el diseñador Agustín Nicolás Rivero.

Él deshila sus memorias y se enorgullece al ver cómo la marca que ha construido durante 15 años hoy tiene un lugar en Colombia. Desde los creyentes que se animaron a usar sus prendas desde el primer momento hasta aquellos que en la actualidad las aprecian en los escenarios más importantes de la moda a nivel nacional e internacional.

¿Hay más espacio ahora para propuestas como la de A New Cross en el país? “Absolutamente. Colombia ha cambiado mucho, y nos hemos ganado el cariño de muchas personas aquí. Es hermoso ver cómo hemos construido una comunidad auténtica y cercana”, celebra el diseñador bogotano.

En Europa, este reconocimiento ya lo había construido a pulso, instalándose en la icónica ciudad de la moda, cuna de la alta costura y hogar de las más reconocidas boutiques de lujo. “Fue hace cerca de 17 años cuando me di cuenta de que mi visión no encajaba en el mercado colombiano ni en el latinoamericano; que decidí buscar oportunidades en Europa y logré entrar a un showroom en París”, recuerda Rivero y añade: “Era un momento clave para la marca, porque se destacaba como la única propuesta latinoamericana entre otras de Japón, China y Europa, y en ese entorno empezó a ser llamativa, disruptiva y diferente”.

Para llegar ahí tuvo que estudiar las marcas y tiendas donde su diseño experimental tuviera lugar, para luego hablar con los compradores y presentarles sus prendas. Estuvo en una constante exploración hasta encontrar el showroom ideal y así su marca inició una espiral de crecimiento que la trajo de vuelta a casa.

Las memorias tejidas de más de una década se expusieron en la pasarela inaugural de Colombiamoda el año pasado, con la colección ‘Proceso’. El contraste de la instalación de luces espabilantes en la sobriedad de la antigua fábrica de Coltabaco y el sonido envolvente ambientaron las 30 salidas de modelos, con piezas en homenaje a lo artesanal.

Con esa misma colección regresó a la Semana de la Moda de París, de la que se había alejado por una decisión consciente de la marca, y presentó sus diseños en el CUBE Showroom.

El 2025 empezó para Rivero con un regreso a las calles parisinas para una cita más con la gran fiesta de la moda, entre el 22 y 28 de enero, esta vez con su colección ‘Silencio’’. Una línea que “explora la nitidez de las siluetas minimalistas y la funcionalidad sin costuras incrustada en la arquitectura de cada diseño” (describe en una publicación en Instagram).

Para mí, todo es una extensión de la misma energía creativa”

Agustín Nicolás Rivero

Esa mística en sus colecciones ha estado presente desde las primeras puntadas. “Todo comenzó durante mi época universitaria. Estudié Publicidad y en ese momento me interesaba mucho la música y los códigos de vestuario que veía a mi alrededor; notaba cómo las personas con gustos similares, ya sea por marcas, colores o estilos, conectaban sin siquiera conocerse”, cuenta Rivero.

La curiosidad y el desencanto con la publicidad lo arrojaron a los brazos de las máquinas de coser, explorando esa cualidad de las prendas de ser un territorio habitable más allá de su función de vestir.

“A New Cross, que traduce un nuevo cruce de caminos, es un taller de experimentación textil, en el que trabajamos con fibras naturales como el lino, la seda cruda y la fibra de plátano. También mezclamos fibras de diferentes geografías, como Perú y Colombia, para generar diálogos entre ellas. No usamos materiales naturales por sostenibilidad, sino porque nos apasionan”, dice el diseñador.

Ese enfoque experimental integraba sus vertientes artísticas, su fascinación por la arquitectura y el dibujo, con el textil. “Siempre he tenido una fascinación por la interdisciplinariedad. Me pregunto cómo sería A New Cross si fuera un edificio, un cóctel o una escultura. Para mí, todo es una extensión de la misma energía creativa”, explica.

Declara que seguirá firme a su convicción de no seguir tendencias y ofrecer una propuesta única que siga enamorando a las personas, demostrando que Colombia es también la cuna de una moda relevante y disruptiva ante el mundo.

Siga a Forbes Colombia desde Google News