El arrepentimiento de comprador es una sensación desagradable, especialmente cuando se trata de una compra impulsiva. Pero pocas cosas son peores que adquirir un automóvil defectuoso. No solo implica una pérdida económica considerable, sino que, para muchas personas, un vehículo es una necesidad.
Invertir los ahorros en un automóvil con fallas mecánicas puede incluso poner en riesgo el empleo de una persona si no hay acceso a transporte público para llegar a su lugar de trabajo. En otras palabras, el impacto puede ser devastador.
Afortunadamente, en California existe la Ley de Garantía del Consumidor Song-Beverly, conocida como la Lemon Law, que protege a los compradores de vehículos defectuosos. Si los fabricantes no logran reparar el automóvil tras un número razonable de intentos, los consumidores pueden exigir un reembolso o un reemplazo conforme a la legislación estatal.
Para hacer valer sus derechos, los compradores deben actuar y recurrir a abogados especializados en la Lemon Law en California, como Quill and Arrow Law.
¿Cómo calificar para una reclamación bajo la Lemon Law?
Si un vehículo presenta defectos importantes que afectan su uso, seguridad o valor y el fabricante no ha podido solucionarlos tras varios intentos, el comprador puede recurrir a la vía legal.
El automóvil debe estar cubierto por la garantía del fabricante para ser elegible. No obstante, si cumple con los requisitos anteriores y ha sido reparado en múltiples ocasiones en un concesionario autorizado, el caso podría proceder. Para poder acogerse de forma correcta, la recomendación de los abogados es clara: es fundamental acudir a un taller autorizado, ya que llevar el vehículo a otro establecimiento podría afectar la garantía y debilitar la reclamación.
¿Cuándo es necesario contratar a un abogado?
Muchos consumidores desconocen los detalles de la Lemon Law y pueden enfrentar obstáculos al presentar una reclamación. El proceso puede ser complejo y abrumador, pero ahí es donde los abogados especializados en Lemon Law marcan la diferencia. No solo aumentan las probabilidades de éxito, sino que también evalúan la viabilidad del caso, gestionan la documentación necesaria y negocian con los fabricantes para obtener una compensación justa.
Algunos compradores aceptan acuerdos iniciales por montos bajos sin darse cuenta de que podrían obtener una compensación mayor. Justamente allí los abogados pueden evitar que los consumidores sean engañados, nuevamente, y tengan las herramientas para luchar por pagos justos para sus clientes. Si las negociaciones no prosperan, también pueden presentar una demanda para defender los derechos del comprador.
¿Qué compensación pueden recibir los compradores?
Como todos los procesos legales, cada caso bajo la Lemon Law es diferente, por lo que el proceso, el tiempo requerido y el resultado final varían. No obstante, el mejor escenario es obtener un reembolso total del precio de compra, incluidos impuestos y tarifas. Esto permite al consumidor reconsiderar su decisión y adquirir un nuevo vehículo para minimizar los efectos en su vida diaria, como ir al trabajo, llevar a los hijos al colegio, ir de compras, etc.
Otra alternativa es recibir un vehículo de reemplazo de valor similar. Aunque esta opción no es tan favorable como un reembolso total, permite al comprador deshacerse del automóvil defectuoso.
En algunos casos, los consumidores pueden recuperar gastos adicionales, como costos de reparación, remolque y alquiler de vehículos. Además, los fabricantes pueden ser obligados a cubrir los honorarios legales del cliente. Dependiendo del caso, el resultado puede incluir una combinación de estos beneficios. Para lograr un resultado favorable, la recomendación es que es necesario contar con un abogado, ya que esto aumenta significativamente las posibilidades de obtener la mejor resolución posible.
No espere para tomar acción
Cuanto antes un comprador busque asesoría legal y haga valer sus derechos, más rápido podrá obtener una solución. Aunque puede resultar tentador esperar a que el fabricante repare el problema, iniciar el proceso lo antes posible evita el estrés y la incertidumbre. La clave es exigir a los fabricantes que cumplan con sus garantías, y para ello, contar con un abogado es la mejor estrategia.