La defensa se suma así a la descarbonización y la digitalización como catalizadores del impulso que los Veintisiete aspiran a dar a la industria europea y a su economía para poder competir con China y Estados Unidos.

Los líderes de la Unión Europea (UE) vincularon este jueves el impulso a la competitividad del bloque al aumento de la inversión en defensa, que prevén multiplicar en los próximos años a través de un plan de rearme que priorizará las compras de equipamiento europeo.

“La necesidad de invertir en nuestra defensa y nuestra competitividad están estrechamente ligados”, dicen las conclusiones aprobadas durante la cumbre de los Veintisiete, que ponen el foco en la urgencia de mejorar los mercados de capitales para movilizar financiación privada y de rebajar los precios de la energía.

Este vínculo entre una economía y una defensa “fuertes” fue enfatizado por “varios líderes” durante la sesión vespertina dedicada al ámbito económico en la que también participaron la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, según describen fuentes comunitarias.

La defensa se suma así a la descarbonización y la digitalización como catalizador del impulso que los Veintisiete aspiran a dar a la industria europea y, en general, a su economía para poder competir con potencias como China o Estados Unidos en un contexto global de creciente rivalidad geopolítica.

“Hay que hablar de defensa y seguridad, no solo sobre cuánto vamos a gastar, sino de que es una oportunidad para invertir en industria militar para que crezca nuestra economía”, resumió la primera ministra letona, Evika Silina, quien subrayó que no bastará con los presupuesto nacionales para este fin y habrá que movilizar financiación privada vía mercado de capitales.

Esta idea es la que ha esgrimido también la Comisión Europea a la hora de presentar su plan “Rearmar Europa” por el que prevé movilizar hasta 800.000 millones de euros para la defensa y seguridad del continente, en su mayor parte (650.000 millones en cuatro años) a través de los presupuestos nacionales gracias a la flexibilidad que dará a los Gobiernos para que este gasto no contabilice en las reglas de déficit.

Pero la iniciativa, respaldada hoy de nuevo por los Veintisiete, incorpora además un fondo de 150.000 millones de euros en préstamos europeos a los Estados miembros para acometer compras conjuntas de equipamiento militar condicionadas a que al menos un 65 % de los componentes sean fabricados en Europa.

El plan limita además los países que podrán proveer estos bienes, con lo que debería dar un empujón a la industria europea de defensa y reducir las compras a otros países, después de que un 80 % de las adquisiciones militares de la UE desde el inicio de la guerra de Ucrania se hayan efectuado fuera del bloque.

Mercados de capitales y simplificación

Más allá de este nuevo ángulo, los líderes pusieron el foco en tres áreas cruciales para el refuerzo de la competitividad europea: la integración de los mercados financieros para movilizar más financiación privada, la reducción de los precios de la energía y la simplificación de la regulación comunitaria.

Apoyaron la estrategia para una Unión de Ahorro e Inversión presentada ayer por la Comisión Europa para facilitar que el ahorro de los europeos, que tienen 10 billones de euros en depósitos bancarios, se canalice hacia inversiones productivas, e instaron para ello a ofrecer más productos de ahorro e inversión para minoristas y a mejorar los planes de pensiones paneuropeos.

Lagarde, quien trasladó a los líderes que Europa tiene “las herramientas y los medios para superar” el escenario actual “plagado de incertidumbre”, subrayó precisamente en la sala la “importancia” de acelerar los esfuerzos para construir una “verdadera” unión de los mercados de capitales y de poner en marcha el euro digital, según fuentes familiares con las conversaciones.

Además, los líderes pidieron a Bruselas presentar propuestas para mejorar las opciones de financiación en capital riesgo para las empresas, así como trabajar para conseguir una supervisión más “homogénea” de los mercados financieros en los distintos países de la UE, en particular para permitir que las agencias supervisoras europeas vigilen a las firmas “transfronterizas más relevantes y sistémicas”.

En particular, subrayaron la importancia de movilizar financiación privada para defensa y pidieron explorar el uso de instrumentos del presupuesto comunitario como InvestEU, que utiliza fondos europeos para atraer inversiones privadas hacia proyectos que de otro modo no las recibirían o no en la misma medida.

Los líderes apoyaron además las iniciativas de la Comisión para simplificar las normas de sostenibilidad corporativa europea y le pidieron presentar propuestas para hacer lo propio en los ámbitos de defensa y descarbonización industrial con el fin de reducir un 25 % los costes para las empresas.

En el capítulo energético, reiteraron la necesidad de electrificar utilizando energías con bajas emisiones así como de invertir en redes, almacenamiento e interconexiones energéticas.

Con información de EFE