Aunque el concepto no es vinculante, sí representa un obstáculo clave en el camino hacia una eventual autorización por parte de la Superintendencia Financiera.
La Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia (SIC) advirtió sobre los riesgos de competencia derivados de la posible fusión por absorción entre las empresas de pagos Redeban S.A., ACH Colombia S.A. y Credibanco S.A., en un concepto emitido a la Superintendencia Financiera y revelado por Blu Radio.
Según el documento, la operación —que contempla la absorción de Credibanco y ACH por parte de Redeban— podría generar “efectos horizontales y verticales” adversos en los mercados de sistemas de bajo valor (SPBV) y servicios de pago en Colombia. La SIC señala que la concentración reduciría la competencia al eliminar opciones de infraestructura de pagos y limitar alternativas para comercios y consumidores.
Credibanco y Redeban son las dos principales redes adquirentes del país, responsables de procesar pagos con tarjetas débito y crédito en comercios físicos y digitales, actuando como intermediarios entre bancos, franquicias como Visa o Mastercard y establecimientos. Por su parte, ACH Colombia es la entidad que opera el sistema de transferencias electrónicas interbancarias, facilitando pagos, débitos automáticos y servicios como PSE y Transfiya, que permiten transacciones entre cuentas de diferentes bancos.
Las tres compañías son piezas clave en la infraestructura de pagos del país y, hasta ahora, han operado bajo esquemas de competencia independiente.
Entre las principales preocupaciones del regulador se incluyen el aumento de barreras de entrada, una menor interoperabilidad entre plataformas, reducción en incentivos para la innovación y posibles afectaciones al ecosistema fintech.
“La operación proyectada podría perjudicar los avances de la industria fintech en Colombia, al limitar su capacidad de competir y de proveer soluciones de pago eficientes”, señala el concepto.
La SIC también alertó sobre el impacto negativo que tendría la concentración en la calidad de los servicios, la inclusión financiera y la generación de nuevos esquemas tecnológicos.
Aunque el concepto no es vinculante, sí representa un obstáculo clave en el camino hacia una eventual autorización por parte de la Superintendencia Financiera, que es la entidad encargada de aprobar la integración.
La consolidación de los tres actores —que juntos manejan una porción significativa del sistema de pagos colombiano— marcaría la reconfiguración del sector financiero digital del país.
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