Huila es el mayor productor de café de Colombia, con 86.000 cultivadores del grano, de los cuales más de 27.000 son mujeres, que se destacan en toda la cadena porque son meticulosas y les gusta la calidad superior.
En el décimo concurso ‘Colombia tierra de diversidad’, que se realizó a comienzos de abril en Santa Marta, se presentaron más de 1.000 lotes de café de alta calidad, de los cuales solo 22 fueron los elegidos para ser subastados ante compradores del mundo en forma presencial y virtual.
De los 22 lotes seleccionados, 6 fueron producidos por mujeres caficultoras del país y una de ellas, Cecilia Beatriz Almonacid, de Palestina, Huila, alcanzó un precio récord de US $ 105 la libra vendido a compradores asiáticos.
Almonacid, quien participó en la subasta por primera vez con la variedad ‘Geisha’, se llevó varios reconocimientos: primer puesto en acidez, segundo puesto en balance y tercer puesto en exótico, lo que le dió la oportunidad de alcanzar el sello dorado “Craft Selection”, que le da un mayor reconocimiento y posicionamiento en los mercados.
“Incursionamos en el mundo del café especiales gracias a que mis hijos identificaron una oportunidad de negocio en la producción y junto a ellos, sobrinos y mi cuñada nos enamoramos del tema”, dice Almonacid que cuenta con una finca de 7 hectáreas, aunque para el concurso registró un lote de 1,8 hectáreas, en las cuales produce 1 tonelada de café al año.
Situado a 1.700 metros sobre el nivel del mar, Palestina hace parte del corredor agroturístico del sur del Huila, aprovechando su ubicación en el Macizo Colombiano entre dos cordilleras, es decir, que tiene ladera andina a lado y lado
“Es una cosecha selectiva, somos muy estrictos en eso, solo se recoge el grano maduro. Y logramos una fermentación controlada para tener resultados de notas florales y afrutadas con un secado lento y uniforme ya que el control de temperatura es muy importante”, agrega Almonacid.

El caso de éxito del Huila
El Huila, con más de 148.000 hectáreas sembradas, 102.000 fincas y 86.000 productores del grano, es un ejemplo de la transformación de un sector que, para adaptarse a los nuevos tiempos, apuesta por la calidad y la sostenibilidad, y en el que las mujeres están jugando un papel cada vez más importante.
Esteban Ordoñez Simmonds, vicepresidente comercial de la Federación Nacional de Cafeteros, FNC, dice que las mujeres se destacan en toda la cadena del café, porque son meticulosas y les gusta la calidad superior.
“Por eso tenemos hoy grandes representantes de varias partes del país en cafés de especialidad, lo que hace a la mujer cafetera colombiana un referente para el mundo”, agrega.
Almonacid, quien vende parte de su producción en el país y en mercados asiáticos, atribuye las claves de su éxito a que han respetado la tradición del cultivo, así como a la búsqueda de asesoría para desarrollar las mejores estrategias.
En cuanto a la variedad Geisha, una de las más valoradas en el mundo en la actualidad, la caficultora explica que hay tres factores clave para producir cafés especiales: la semilla, un proceso y luego el perfil.
“En semilla escogimos la variedad Geisha, pero somos rigurosos en el proceso, ‘honey’, que es lo que se hace para resaltar las características especiales del café, que es honey. Así, hemos logrado características, que el mercado valora con un sabor floral, aromático, o similar al té”, explica a Forbes.
Ordoñez, de la FNC, explica que aunque en este concurso ganó la variedad Geish con el proceso honey (semi lavado), en otros concursos ganan otras variedades y procesos.
“Geisha es una variedad que se ha posicionado en el mundo, por sus notas florales y elegantes que le generan un apetito en el mercado”, explica y aclara que en Colombia hay variedades que tienen un valor apetecido, como el caturro chiroso o bourbon rosado.
“Variedades como Castillo con procesos están siendo también muy valoradas, no solo por su productividad sino por la taza que está dando en procesos”, explicó el directivo.

En este tipo de subastas, que se realizan como una forma de promocionar los cafés de alta calidad, pueden participar los productores con sus lotes de acuerdo con unos términos predefinidos en cada cosecha.
“Pueden participar todas las variedades y procesos sin restricción. Los lotes tienen un mínimo de kilogramos establecido, el cual es entregado por los participantes”, explica Ordoñez.
Posteriormente, se hacen cataciones a ciegas, asignando un código a cada uno de los lotes, para elegir los mejores a nivel nacional, que pasan a una segunda ronda, donde de compilan y se vuelven a catar por profesionales y se definen un número de lotes que tengan alta calificación y características para pasar a una ronda internacional.
Los compradores provienen de diversos países. A Colombia, en la última subasta, llegaron unos 30 que calificaron los lotes finales y definieron cuántos de esos finalistas van a subasta. Pero además, se envían muestras a nivel global para ser catadas de manera simultánea y ofertar en una subasta híbrida (presencial en Colombia y online alrededor del mundo).
En cuanto a sus planes a futuro, Almonacid dice que planea ampliar el área cultivada, seguir aprendiendo y capacitándose para tener un café de más alta calidad y seguir aportando al buen nombre de Colombia en el mundo.
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