En entrevista con Forbes, Lina Carrera, presidenta de la Cámara de Comercio de Huila, expuso los retos, pero también las apuestas de las empresas en la región.

El departamento del Huila enfrenta una encrucijada económica. Mientras otras regiones del país intentan avanzar hacia la diversificación y la sofisticación productiva, el Huila muestra señales preocupantes de estancamiento. 

Así lo advierte Lina Marcela Carrera, presidenta de la Cámara de Comercio del Huila, al señalar que “el Huila tiene una combinación de factores que hace que sea un reto para esta región”.

El tejido empresarial huilense sufrió una contracción en 2024. De acuerdo con datos de la Cámara, el número de empresas activas cayó a 39.070, lo que representa un decrecimiento del 2%.

“Se están constituyendo menos empresas y hay un aumento de las cancelaciones, y un leve decrecimiento en las renovaciones”, afirmó Carrera, en entrevista con Forbes. E

sta tendencia, que refleja también la situación de otras regiones con características similares, se acentúa más en el Huila: “Nuestro decrecimiento fue más profundo que el del país”.

Los problemas de seguridad han sido determinantes. “La inseguridad hace que sea riesgoso invertir en la región”, advierte Carrera, quien también apunta a un entorno tributario desafiante. 

“La carga impositiva también la tienen que soportar nuestros empresarios”, explica.

 A esto se suma una presión institucional asimétrica: “La mirada de la Dian es más fuerte en nuestra región. Acá las empresas tienen que dedicar una persona en función de la Dian”.

Este entorno ha generado un efecto dominó: menos creación de empresas, más cancelaciones y desincentivo a la formalización. “Nos lleva a repensar qué está pasando en la región”, sostiene Carrera.

Mientras tanto, el Huila sigue dependiendo de una economía basada principalmente en comercio y servicios, que representan el 62% del tejido empresarial, y en menor medida, la industria (8%). “El PIB para el caso del Huila tuvo su principal crecimiento en agro y en administración pública”, añade Carrera.

Pero el talón de Aquiles está en su canasta exportadora: “Cerca del 94% de nuestra canasta exportadora es café y piscicultura”, detalla la dirigente gremial. Aunque se ha registrado un aumento en las exportaciones, la alta concentración en dos productos y dos destinos —principalmente Estados Unidos— representa una vulnerabilidad. “Tenemos un reto de diversificación de destino de exportación y de producto”, admite.

Una infraestructura digital limitada también frena el avance. “El ancho de banda en nuestra región tiene un rezago y puede incidir en nuestra productividad”, advierte Carrera. Además, “tenemos un reto en el índice departamental de competitividad en formación y capital humano. Ahí tenemos el reto de lograr conectar de manera importante la educación con el empleo”.

No obstante, hay avances en ciencia, tecnología e innovación (CTeI). Entre 2020 y 2024, el departamento presentó 681 proyectos por $1,4 billones, con una inversión de $131.000 millones en CTeI, lo que representa el 9,4% de su inversión regional, superando el promedio nacional.

En 2024, el Huila representó el 5,14% de las solicitudes de patentes en Colombia, con 11 registradas. “Nos enorgullece que de esas 11 solicitudes, cerca del 72% fueron acompañadas por la Cámara de Comercio”, dice Carrera.

 Entre los casos destacados que han surgido en el departamento está Metalcofres, que fabrica estufas ecoeficientes con batería incorporada para comunidades sin energía eléctrica, a partir de combustión de leña, que ha instalado más de 21.000 unidades en comunidades rurales en todo el país.  

También se destacan compañías como Vexah SAS, que diseñó un dispositivo para mejorar la lubricación de herramientas en pozos petroleros; Tronical SAS, que desarrolló dispositivos médicos patentados para intubación y ha iniciado su expansión internacional; y Ceps Engineering SAS, con tres patentes activas en el mercado de hidrocarburos en más de ocho países. 

Incluso en contextos rurales, la innovación florece: el campesino huilense Alirio Papamija creó la Ecozaranda, una herramienta ergonómica y de bajo consumo energético para zarandear café, mientras que Ancízar Sánchez, caficultor del municipio de Garzón, diseñó un método para combatir la roya en cultivos usando materiales reciclables.

“Las brechas nos hacen tener diferencias importantes, pero desde esta región se crean innovaciones que son el camino para el valor”, reflexiona Carrera. “Hay que pasar del emprendimiento de subsistencia a empresas con cultura de innovación”.

Esa transformación, sin embargo, necesita más que buenas ideas: requiere articulación institucional, fondos de capital de riesgo, acompañamiento técnico, e incluso cambios culturales. 

“La innovación es la forma de generar valor”, concluye Carrera.

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