Con trazos enérgicos y una paleta de colores audaz, “Águila” representa el estilo inconfundible de Obregón, uno de los renovadores del arte moderno en Colombia.
Durante décadas, estuvo oculto del ojo público, colgado silenciosamente en la antigua Cervecería Aguila de Barranquilla.
Pero el miércoles, el mural “Águila”, del legendario pintor colombo-español Alejandro Obregón (1920-1992), fue develado ante la comunidad académica y artística colombiana en su nuevo hogar: la Universidad del Norte en Puerto Colombia (Atlántico).
La obra, creada en 1963 y entregada originalmente a la cervecería por el propio artista en 1964, fue trasladada por Bavaria y la Fundación Santo Domingo al campus universitario, donde ahora ocupa un lugar en el restaurante Bocas de Ceniza.
La pieza se integrará a la Ruta Obregón del Banco de la República, un circuito curatorial que recorre parte del legado del pintor en Barranquilla.
“Es un verdadero honor compartir con ustedes este momento desde la Universidad del Norte, una institución que representa la excelencia en el Caribe Colombiano”, dijo Sergio Rincón, presidente de Bavaria, durante la ceremonia de entrega. “Hoy venimos a entregar una obra profundamente simbólica: el mural ‘Águila’ del maestro colombiano Alejandro Obregón”.

Con trazos enérgicos y una paleta de colores audaz, “Águila” representa el estilo inconfundible de Obregón, uno de los renovadores del arte moderno en Colombia. Su obra, a menudo asociada con la fuerza del Caribe, mezcla simbolismo, expresionismo y un fuerte compromiso con el entorno cultural y natural del país.
La decisión de trasladar el mural fue tomada conjuntamente con la Fundación Santo Domingo, con la intención de “conectar a estudiantes, docentes y visitantes con una parte esencial de la identidad cultural colombiana”, dijo Rincón.
“Esta donación representa un homenaje a nuestra historia y una apuesta por el futuro, con los jóvenes como protagonistas”, agregó.
Durante el acto de presentación, el rector de la Universidad del Norte, Adolfo Meisel Roca, resaltó la importancia del mural en el contexto cultural de la ciudad. Indicó que esta incorporación busca fortalecer la presencia del arte en el entorno universitario y contribuir a la difusión de figuras clave en la historia artística del país. También hizo referencia a la trayectoria de Obregón y su conexión con la vida cultural del Caribe colombiano.
“Esta Águila estaba en una planta sin acceso al público, como estaba en ese sitio, no estaba abierta al público, no era conocida ni hay ningún libro de arte donde estuviera esta obra registrada. Por este luga donde estará ahora pasan 5.000 personas mensualmente”, expresó Meisel. “El traslado fue una labor muy sofisticada de restauración, es una obra compleja que consistió en cortar una pared, llevarlo a un marco metálico, trasladarlo y subirlo por escaleras, duraron seis horas para subirla e instalarla”.
El evento no solo marcó un hito cultural, sino también un gesto empresarial cargado de simbolismo. Bavaria, fundada en 1889, tiene profundas raíces en la región Caribe, donde no solo nació su icónica Cerveza Águila, sino donde también opera su más reciente inversión: una planta cervecera de última tecnología en Palmar de Varela, Atlántico, que con una inversión de US$500 millones ha generado más de 2.000 empleos durante su construcción.
“Bavaria representa el 1% del PIB de Colombia”, recordó Rincón. “Ese aporte inicia con las semillas de cebada sembradas por agricultores y finaliza en las manos de millones de colombianos que acompañan sus mejores momentos con nuestro portafolio de marcas”.
La ceremonia cerró con un brindis, no con cualquier cerveza, sino con el regreso temporal de Águila Imperial, una edición especial nacida en Barranquilla en 1985, pensada como homenaje a los grandes momentos.
“El arte de Obregón y el sabor de Águila Imperial comparten el mismo espíritu: son tesoros que nacieron en el Caribe para quedarse en el corazón de quienes los disfrutan”, dijo Rincón. “Esta obra se queda para siempre en la Universidad del Norte y esta cerveza regresa por un instante para que esta ocasión especial tenga el sabor premium que merece”.
Así, un pedazo olvidado de la historia del arte colombiano vuelve a respirar, esta vez en un campus que forma a las nuevas generaciones del Caribe, bajo la sombra de un águila que vuela, una vez más, desde los muros de Obregón.