Valentina Valencia y Felipe Sánchez compartieron en el Foro Forbes Valle del Cauca cómo están construyendo Vaas y Wekall desde Cali, enfrentando retos globales con soluciones locales. Ambos destacaron el papel de las startups en el desarrollo económico de Colombia.

En Cali (Valle del Cauca) hay dos startups que han ganado terreno universo digital, atrayendo millones de dólares en inversiones y proponiendo nuevas soluciones a sus industrias.

En el Foro Forbes de Economía y Negocios Valle del Cauca 2025, realizado en el Hotel Spirito by Spiwak de Cali, Valentina Valencia, fundadora y CEO de Vaas, y Felipe Sánchez, cofundador y CEO de Wekall, compartieron con el editor general de Forbes Colombia, José Caparroso, cómo han convertido sus compañías en referentes nacionales, sorteando obstáculos estructurales y culturales desde el suroccidente colombiano.

Valentina Valencia, fundadora de Vaas, una startup enfocada en estructuración de deuda respaldada por activos, relató su experiencia construyendo la empresa desde una idea gestada en Silicon Valley hasta levantar capital desde Colombia. Felipe Sánchez, CEO de Wekall, especializada en soluciones de atención al cliente con inteligencia artificial, compartió las dificultades de escalar una compañía desde la región frente a un sistema de financiamiento global concentrado.

Valentina Valencia, CEO de Vaas. Foto: Forbes Colombia.

“Yo nací en Estados Unidos, pero crecí toda mi vida en Cali. Después estuve siete años en San Francisco y trabajé en PayJoy, donde vi cómo prestaban celulares a personas sin acceso al crédito. Esa fue mi escuela en fintech”, dijo Valencia. “Aprendí que muchos activos pueden servir como colateral, incluso un celular. Eso es lo que hoy hacemos en Vaas: ayudar a empresas a financiarse con los activos que ya generan”.

Para Sánchez, el camino fue distinto. “Estudié aquí en Cali y luego me fui a Barcelona. Entré al mundo tech implementando Salesforce en 2008, cuando nadie sabía qué era la nube”, explicó. “Con mi hermano fundamos una empresa que casi se quiebra por un contrato enorme con el Comando General. Eso nos enseñó que todo tiene que ser ágil y replicable. Así nació Wekall”.

Felipe Sánchez, CEO de Wekall. Foto. Forbes Colombia.

Ambos coincidieron en que el mayor desafío en Colombia sigue siendo conseguir el primer “sí”. “Durante el primer año nos dijeron que no en todas partes”, dijo Valencia. “Ya nos habíamos gastado como US$2 millones. El segundo año por fin uno dijo que sí, y hoy tenemos más de treinta clientes”.

Sánchez detalló tres barreras frecuentes: encontrar y retener talento frente a competidores globales, largos ciclos de venta en negocios B2B, y la dificultad de acceder a capital de riesgo. “Solo el 0,2% del venture capital global llega a Colombia. Eso nos pone en desventaja frente a fundadores en Estados Unidos, donde pueden fallar varias veces y aún así recibir fondeo”, señaló.

Sobre el sistema financiero colombiano, Valencia destacó avances tecnológicos, pero criticó los límites regulatorios. “Colombia es el lugar más ‘chimba’ para emprender. Con Bancolombia hicimos el primer fideicomiso digital. Pero la tasa de usura es un problema. No hay margen para absorber pérdidas cuando te fondeas al límite legal”, explicó.

Consultados sobre cómo logran atraer inversión desde Cali, ambos hablaron de la importancia de redes de confianza. “Yo levanté capital para el seed cuando vivía en San Francisco, pero ahora estoy levantando la Serie A desde Cali”, dijo Valencia. “En San Francisco no era tan feliz como lo soy acá”.

Sánchez añadió que la ubicación no debería ser un obstáculo. “Una startup transforma industrias desde lo digital. Tener tu oficina en Cali no impide que tengas clientes en México o Miami. Pero necesitamos más startups aquí para fortalecer el ecosistema”.

En sus reflexiones finales, Sánchez afirmó: “Mi sueño es vender Wekall y demostrar que desde Cali se pueden hacer empresas gigantes. Como Simón Borrero hizo que todos conocieran Colombia, yo quiero que todos conozcan el Valle del Cauca”.

Valencia concluyó: “Yo tuve muchos role models mujeres. Si alguien se inspira con la historia de Vaas, con la de mi mamá o con mujeres que han trabajado conmigo, se genera un ‘ripple effect’-una onda en el río- y eso ya es un impacto”.