Si bien el concepto de la CRC no es vinculante, su peso técnico es determinante para la decisión que tomará la SIC.

En un concepto técnico enviado a la Superintendencia de Industria y Comercio, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) de Colombia dio un visto bueno condicionado a la fusión entre Movistar (Colombia Telecomunicaciones) y Tigo (Colombia Móvil), una operación que podría transformar el panorama de las telecomunicaciones en el país.

Si bien la entidad no encontró riesgos sistémicos graves para la competencia, sí advirtió sobre impactos locales significativos en mercados de servicios fijos como el internet residencial.

“La operación no genera riesgos significativos en los mercados en los que tendría impacto, a pesar de los cambios llamativos en los niveles de concentración”, concluyó la CRC en su análisis entregado a la SIC.

La fusión, que busca unir a dos de los principales actores del ecosistema telecomunicaciones colombiano, ha sido evaluada en detalle bajo el marco del artículo 8 de la Ley 1340 de 2009. En el documento, la CRC sugiere que los efectos de la integración deben evaluarse “más allá de los cambios en los niveles estándar de concentración de los mercados con índices estructurales como el IHH”, debido a las condiciones particulares del sector.

El mayor foco de atención de la CRC recae sobre el internet fijo, especialmente en mercados municipales. Según el concepto, “se podrían generar impactos importantes en materia de concentración”, y por ello la comisión llevó a cabo simulaciones en las principales ciudades del país. El hallazgo fue que las mejoras tecnológicas y la eficiencia operativa de la fusión podrían beneficiar al consumidor final. “Las mejoras en las tecnologías por medio de las cuales se presten estos servicios pueden redundar en el bienestar que los usuarios percibirían de la integración”, indicó la CRC.

En el terreno de los servicios móviles, la CRC identificó dos posibles escenarios postfusión: uno competitivo y otro coordinado. En el primero, “las potenciales eficiencias estáticas provenientes de la integración podrían redundar en una reducción en los precios de mercado”. En el segundo, más preocupante, “los precios serían más altos que los niveles observados”, aunque el impacto podría atenuarse si las eficiencias derivadas de la operación son significativas. Este tipo de análisis técnico refleja una realidad del mercado colombiano: la infraestructura compartida y los acuerdos como el Roaming Automático Nacional (RAN) y los Operadores Móviles Virtuales (OMV) ya permiten cierto grado de flexibilidad entre actores.

El informe también alerta sobre efectos indirectos de la fusión en el uso de infraestructura pasiva: postes, ductos, torres y mástiles. La concentración de estos activos puede afectar la competencia si no se garantiza un acceso abierto a otros operadores. En cuanto a cobertura de red, la fusión podría cambiar el equilibrio de poder. Actualmente, según cifras de la CRC, Comcel (Claro) controla el 49,55% de los elementos radiantes en el país, seguido de Movistar con el 19,88% (7.580 sitios) y Tigo con el 16,98% (6.990 sitios).

La CRC hizo énfasis en que la cadena de valor del sector de telecomunicaciones es compleja y cada vez más convergente. Desde fabricantes de equipos (OEM) hasta proveedores OTT como plataformas de streaming, los operadores como Tigo y Movistar deben integrar redes móviles, fijas, infraestructura de transporte y servicios de valor agregado. El análisis identificó 11 mercados minoristas y 6 mayoristas donde la operación podría tener impactos. Estos incluyen voz saliente móvil, televisión multicanal, Internet móvil y paquetes Triple Play, entre otros. En todos ellos, el regulador advierte que podrían surgir barreras de entrada si no se garantiza una dinámica saludable de competencia.

La recomendación de la entidad es considerar no solo las métricas de concentración, sino también las dinámicas de competencia, las eficiencias proyectadas y los efectos sobre la innovación y la infraestructura.

“Las relaciones verticales y las condiciones regulatorias de los mercados permiten mitigar los efectos usualmente esperados de la concentración”, concluyó el regulador. “La integración entre Tigo y Movistar puede constituirse en una oportunidad para mejorar la eficiencia del sector, siempre que se adopten medidas oportunas y articuladas entre las entidades administrativas competentes que garanticen condiciones de competencia sostenibles y transparentes en todos los mercados involucrados que garanticen la pluralidad de agentes para propender por entornos eficientes”.

Entre tanto, será la SIC quien defina si esta unión entre dos gigantes de las telecomunicaciones fortalece el ecosistema digital del país o lo vuelve más vulnerable a la concentración de poder.