Cómo un monstruo de peluche con dientes afilados y origen en la mitología nórdica ha conquistado TikTok, agotó inventarios y se convirtió en una lección de marketing para marcas de todo el mundo.
¿Qué tienen en común Rihanna, los tiktokers y las estrellas del K-pop? Todos están bajo el hechizo de Labubu, el travieso monstruo de peluche con dientes afilados y una legión de fanáticos virales.
Los Labubus son vendidos por el minorista chino Pop Mart. Suelen costar entre US$20 y US$30 y vienen en “cajas sorpresa”, por lo que el comprador no sabe qué color o diseño tiene la figura hasta que la abre.
Lo que comenzó como un personaje peculiar en un libro ilustrado del artista Kasing Lung, radicado en Hong Kong, se ha transformado en un fenómeno mundial gracias a una mezcla inteligente de estrategia de producto y narrativa digital.
En alianza con el gigante chino de coleccionables Pop Mart, las muñecas Labubu hoy se agotan rápidamente, generan largas filas en tiendas y alcanzan precios astronómicos en reventa en línea, algunas por cientos o incluso miles de dólares.

Pero esto no es solo una moda pasajera. Labubu es un caso de estudio sobre cómo hacer marketing moderno con maestría. Su ascenso ofrece lecciones poderosas para empresas de todos los tamaños. Estas son las tres estrategias simples que impulsaron a Labubu a la fama global, y que tu marca también puede aplicar:
La escasez que alimenta la obsesión
Labubu no está disponible en todas partes ni todo el tiempo—y ese es precisamente el objetivo. Al lanzar ediciones limitadas y ofrecer los juguetes en “cajas sorpresa” (donde el comprador no sabe qué modelo le tocará hasta abrirla), Pop Mart aprovecha un poderoso gatillo psicológico: el FOMO, o miedo a quedarse por fuera.
Esta táctica genera urgencia y aumenta la demanda. Los coleccionistas hacen fila en las tiendas de Pop Mart con la esperanza de conseguir una de las pocas unidades disponibles, y con solo una probabilidad de 1 en 72 de obtener la rara versión “secreta” de Labubu, quienes lo logran se sienten parte de un club exclusivo.
Lección para marcas: No necesitas un peluche viral para generar exclusividad. Lanzamientos limitados, ediciones especiales u ofertas por tiempo definido pueden crear expectativa y hacer que tus clientes se sientan parte de algo único.
Storytelling que crea conexión emocional
Labubu no nació como producto: nació como historia. El personaje apareció por primera vez en 2015 en “The Monsters Trilogy”, un libro ilustrado inspirado en la mitología nórdica. Ese universo narrativo le dio a Labubu un alma—y ofreció a sus fans una conexión más profunda que simplemente un juguete.
Contar historias hace que a la gente le importe. Construye confianza, empatía y lealtad hacia la marca, muchas veces de forma más efectiva que la publicidad tradicional.
Lección para marcas: No vendas solo productos. Vende significado. Toda marca tiene una historia—su origen, misión, valores, trayectoria del cliente. Compártela de forma auténtica y constante para forjar una conexión emocional duradera.
Redes sociales que impulsan la participación
¿Qué convirtió a Labubu en un fenómeno viral? TikTok. Abrir una caja sorpresa de Labubu es un momento de suspenso y sorpresa—y los usuarios de TikTok lo han adoptado con entusiasmo, generando más de un millón de videos mostrando sus descubrimientos, intercambios y colecciones. Incluso celebridades como Rihanna, Dua Lipa y Blackpink se han sumado al furor.
Estos videos generados por los usuarios no solo difunden la marca—son la marca. La comunidad se alimenta a sí misma a través de la participación, creando un ciclo infinito de exposición y engagement.
Lección para marcas: Diseña experiencias que la gente quiera compartir. Ya sea con empaques, procesos de bienvenida o eventos, crea momentos que valga la pena publicar—y facilita que tus clientes se conviertan en tus mejores embajadores.
Labubu no es solo otra tendencia viral. Es un caso de éxito en la construcción de marca moderna, una que combina escasez, narrativa y redes sociales para generar demanda global. Aunque no todas las empresas se vuelven virales de la noche a la mañana, los principios detrás del éxito de Labubu son replicables, escalables y sorprendentemente simples.
En una era donde la atención es la nueva moneda, Labubu demuestra que la emoción, la exclusividad y la participación siguen siendo la fórmula ganadora.