De acuerdo con el Dane, las mujeres siguen asumiendo el 57 % de las labores domésticas, mientras los hombres asumen apenas 20 %

El Dane calculó que entre 2016 y 2017, la mitad de los hogares colombianos eran pobres en tiempo. Es decir, las horas del día no les alcanzan para cumplir con las labores domésticas.

Según explicó la entidad, mientras que al evaluar el déficit de tiempo de los colombianos para cumplir las tareas domésticas o su cuidado personal por individuo el promedio es de 18,5 %, la proporción medida por hogares en su conjunto asciende a 50,9 % pues se suman las faltas de tiempo de todos los adultos del grupo.

Es decir, que la mitad de los hogares en Colombia no tienen realmente el nivel de ingresos con el que son calificados, ya que la falta de tiempo para cumplir con las tareas de cuidado, domésticas o cuidados personales se traduce en una menor satisfacción de necesidades.

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La razón, explica el Dane, es que cada hogar requiere de tiempo para convertir algunos de sus bienes comprados en una necesidad satisfecha. Por ejemplo, cualquier persona requiere de tiempo para preparar los alimentos que compró y poder satisfacer su hambre.

En el caso de los hogares por debajo de la línea de pobreza, el déficit de tiempo significa que son incluso más pobres, pues su déficit de recursos es inferior al de los ingresos reportados.

Según los cálculos del Dane, el tiempo promedio semanal dedicado a cuidados personales, ocio y producción doméstica no sustituible, para los hombres y mujeres es similar. Los primeros invierten con 0,3 horas semanales más y el promedio nacional alcanza 97,4 %.

Diferencias entre rural y urbano

Los cálculos del Dane también revelan que la zona rural del país, el promedio semanal de horas destinadas a producción doméstica, cuidados personales y ocio es de 103,2, cerca de 8 horas superior a las áreas urbanas.

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Sin embargo, la brecha de dedicación a las labores domésticas es inferior. En la zona rural la participación es en promedio 0,42 %, mientras en las ciudades alcanza 0,38 %.

Allí, la brecha está entre hombres y mujeres pues mientras los primeros participan en 20 % con estas tareas, las mujeres participan en 57 %.

Pobres y sin tiempo

Hay otro grupo evaluado por el Dane y es el de aquellos hogares que están por debajo de la línea de pobreza y que además tienen un mayor déficit de tiempo disponible para satisfacer sus necesidades.

Mientras en las zonas rurales se calcula que 51,3 % de los colombianos están debajo de la línea de pobreza de tiempo e ingreso, en la zona urbana es de 29,9 %.

La entidad explicó que “los requerimientos de producción doméstica son más altos que en las cabeceras, especialmente por actividades que difieren por lo general de las prácticas en las zonas urbanas, como la producción de bienes de autoconsumo”.

Otras actividades que difieren entre ambos grupos son la utilización de electrodomésticos para la preparación de alimentos, y el lavado de la ropa.

Sin embargo, el mayor impacto está en el déficit de tiempo de los hombres, que alcanza el 22,3 % pues destinan más tiempo a los trabajos remunerados y este no es compensado con las labores del hogar.