En Torrenegra Accelerator ven como "incorrecto" el mensaje de que solo existen las inversiones multimillonarias y los unicornios, por ello buscan al resto.

Sentado en un salón con unos 20 emprendedores, diciendo que un emprendedor necesita distintos tipos de mentoría en las distintas etapas de su negocio, el empresario colombiano Alexander Torrenegra apareció hace unos días en Bogotá en una nueva faceta que lo tiene motivado, la de mentor en su propia aceleradora.

De su carrera se destaca que junto a su esposa Tania Zapata cofundó Voice123, la principal plataforma de voces en off en el mundo y Bunny Inc, una solución que terceriza escritura, grabaciones de voz y traducciones.

Ambas se hicieron grandes a partir de ‘bootstrapping‘, o financiamiento propio. Desde entonces han invertido en decenas de empresas y han asesorado a cientos de emprendedores. La figura de Alex se popularizó más en Colombia desde 2017, cuando se expuso como uno de los inversionistas de la versión local de Shark Tank, programa de televisión en el que lleva tres temporadas.

Lea también: El colombiano que hace que los empleados se pongan ‘la camisa’

Alex identificó que frecuentemente se le acercaban emprendedores con un pitch en el que le ofrecían participaciones en sus negocios con inversiones relativamente bajas. Al indagar por qué lo hacían, determinó que a pesar de ser negocios que crecían, que merecían mayor valorización, no querían solo el capital, sino socios estratégicos y mentores que les podrían ayudar a llevar su negocio a otro nivel.

“Hay muchas formas de traer ese acompañamiento sin necesidad de ceder la mitad de tu negocio”, le dijo Alex Torrenegra a Forbes

Pensando cómo podría permitir a aceleradoras y mentores apoyar a compañías que no necesitan capital tener socios sin necesidad de invertir, se sumergió en un modelo que puede servir a compañías que no tengan la escala para crecer exponencialmente o levantar altas sumas de capital. 

Se trata del modelo de ventas-compartidas convertibles, o convertible revshare, que ayuda a emprendedores de forma sistemática, con apoyo estratégico, no a cambio de acciones de la compañía sino a cambio de un porcentaje cercano al 3% del incremento, que este soporte de asesoría, tiempo o dinero, genere en las ventas.  

Son además convertibles porque si la compañía decide crecer logrando determinado nivel de ventas agregadas o recibiendo cierta cantidad de financiamiento, pueden convertirse en acciones. 

Con esta propuesta se presentó en un blog y en cuestión de dos semanas lo habían contactado más de 400 personas interesadas. Con el paso de los días encontró al cofundador de lo que sería la nueva aceleradora, el empresario argentino Diego Noriega. 

Con más de dos décadas emprendiendo, Noriega se sintió en soledad hace unos años cuando la plataforma de clasificados que cofundó, Alamaula, fue vendida a eBay. “Debía sentirme que había logrado algo que quisiera cualquier emprendedor, pero me sentía re-infeliz. Tenía millones de dólares, pero me sentía vacío”, le comentó a Forbes

Diego Noriega, cofundador de Torrenegra Accelerator, habla, mientras al fondo lo escucha su socio, Alexander Torrenegra. Foto: Torrenegra Accelerator.

En ese proceso se dio cuenta que lo que realmente quería era trabajar con emprendedores y en algún lado escribió que quería potenciar un millón de emprendedores en su vida. Cuando Alex le propuso ser parte de la aceleradora, lo hizo diciendo “queremos impactar un millón de emprendedores”, frase que retumbó en sus oídos y en su mente, porque lo había visto antes. Por ello la conexión “fue inmediata”. 

Estaban de acuerdo con la cultura emprendedora y con que “es incorrecto” el mensaje que se envía a la sociedad de que solo existen las inversiones multimillonarias y los unicornios.

“Bien que todo eso exista, pero qué sucede con la enorme cantidad de microempresas, empresas medianas que creen que no son emprendedoras. Empiezan a tener la idea de que si no logran inversiones su negocio no vale”, señala Noriega. 

Con esos criterios se idearon un sistema pensado como un acompañamiento a largo plazo con el que según consideran, están reinventando la mentoría. 

De Torrenegra Accelerator, a cuatro meses de haber arrancado operaciones, hacen parte 65 emprendedores de tres países (Colombia, Argentina y Venezuela), así como más de 100 mentores en cinco países. En el sistema de ventas compartidas del 3% de los ingresos, los mentores se quedan con el 1%. 

La visión es tan global, que en seis meses quieren estar en el sudeste de Asia. Reciben emprendedores de todos los sectores, que escogen tras evaluar con 20 factores de clasificación, entre ellos el financiamiento propio a la bootstrapping, el conocimiento en tecnología y la presencia de mujeres en el equipo.

Para Alex, uno de los errores en las economías emergentes es que se presiona a los emprendedores para que aprendan a manejar vehículos de Fórmula 1, cuando lo que quizás necesitan es aprender a conducir un carro particular. 

La cofundadora de la plataforma de financiamiento colectivo Vaki, la brasileña Raissa Joao, sostiene que aunque ha sido parte de varias aceleradoras, a diferencia de otras donde la intensidad del proceso se enfoca en el pitch ante inversionistas, en Torrenegra Accelerator ha podido acceder a mentorías más adaptadas a sus necesidades.

“Se sienten parte de la empresa buscando soluciones a los problemas que tenemos”, puntualizó.

En la aceleradora están también empresas emergentes como Volariu, que conecta a usuarios con viajeros expertos; VoiceFeeling, que tiene un modelo de entrenamiento para el sector de procesos de negocios (BPO); Nua Technology, que está procesando cerca de 100 mil llamadas mensuales con un bot que automatiza el servicio al cliente; Easy Line, que se prepara para lanzar un servicio que aborda la espera en filas y la insurtech Softseguros, que es una herramienta corporativa para agencias de seguros.