Para líderes empresarias del país las diferencias de salarios, cargas domésticas poco equilibradas y estereotipos son los principales obstáculos en el ascenso profesional de las mujeres.

Este es un fragmento del artículo que fue publicado en la revista de Forbes Colombia que circula este mes de diciembre.

“Todos los días a las 8 de la mañana en el ascensor del edificio donde trabajo somos 90 % mujeres. Sin embargo, mientras los pisos van subiendo, las mujeres van disminuyendo y, al llegar al último, donde están los puestos directivos, solo hay una o ninguna”. Así es como María Paula Duque, chief customer experience officer de Avianca Holdings, ejemplifica lo que para ella es la brecha que aún existe entre hombres y mujeres que ocupan cargos de poder en las organizaciones colombianas.

Y es que si bien las mujeres representan 43 % del personal de las organizaciones —según el Ranking PAR 2019, realizado por la consultora Aequales—, quienes están presentes en juntas directivas y ostentan cargos de primer nivel son solo 24,6 y 35,4 % respectivamente. A esto se suma la baja representación femenina a la cabeza de las empresas, pues solamente 27,2 % de las organizaciones tienen como líder a una mujer.

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Esta brecha laboral es prueba del fenómeno de ‘techo de cristal’ en torno al ascenso profesional de las mujeres, pues la equidad de participación entre ambos géneros (49 %) se encuentra solo hasta el cuarto nivel organizacional, que corresponde a coordinadores y analistas. Ese techo, a decir de Ximena Cárdenas, managing director experis de ManpowerGroup, está constituido por sesgos sobre el rol que cada género debe y puede jugar en las organizaciones, los estereotipos preexistentes y la cultura de liderazgo masculino que aún se mantiene.

Sin embargo, cabe preguntarse si estas diferencias se agudizan por elementos como la culpa, sobre tener que elegir entre el desarrollo personal y el profesional, la alta carga de labores domésticas que continúan teniendo las mujeres y las pocas estrategias y políticas internas amigables con la población femenina que tienen las empresas.

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En Colombia, según datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) del Dane, las mujeres dedican en promedio 25 horas semanales a labores del hogar y del cuidado, mientras que los hombres solo invierten siete horas en estas actividades.

El mismo estudio determinó que en el país, las mujeres ganan hasta 17 % menos de lo que devengan mensualmente los hombres, y los datos del Ranking PAR dejan ver cómo el porcentaje de mujeres desciende conforme se avanza en la escala salarial de las empresas, representando solo 39,4 % de la primera escala salarial.

Para debatir al respecto, Forbes invitó a cuatro de las líderes empresariales más importantes del país: Sylvia Escovar, presidenta de Terpel; Astrid Álvarez, presidenta del Grupo Energía de Bogotá; María Lorena Gutiérrez, presidenta de Corficolombiana, y María Paula Duque, chief customer experience officer de Avianca Holdings.

¿Las empresas no están apostando a liderazgos femeninos?

María Paula Duque:

Creo que todas las empresas están ávidas de buscar mujeres que les ayuden a entender esa inmensa oportunidad de mercado que somos como población femenina. Pero al mismo tiempo creo que el hecho de que en el ambiente empresarial, nosotras tengamos cargas, estereotipos y hasta culpa hace más difícil que lleguemos más arriba en la pirámide. No es coincidencia que existan pocas empresas con CEO’s mujeres o que estas tengan más de 50 años de edad, es decir, cuando se dan la libertad de hacer su carrera porque ya tuvieron hijos y cumplieron con su obligación de ser desarrolladoras de su familia.

Astrid Álvarez:

Siento que hay un poco de ambos. Sí es cierto que el porcentaje de mujeres que ingresan a carreras técnicas o de ingeniería es más bajo respecto al de los hombres, pero también es cierto que muchas veces, las empresas no están abiertas a recibir perfiles femeninos en determinados cargos porque creen que las capacidades masculinas se adaptan más a sus necesidades. En el GEB derrumbamos ese mito y hemos abierto las puertas a mujeres desde la base de nuestra operación hasta en las direcciones financieras y operativas, áreas en las que antes no eran tenidas en cuenta.

María Lorena Gutiérrez:

Es cierto que una gran mayoría de empresas son lideradas por hombres y que se ha abierto la puerta a que cada vez más mujeres ejerzan puestos directivos, pero hay que seguir cambiando la cultura. Me motiva y me da esperanzas que con los años somos más las mujeres que lideramos las empresas más grandes del país.

Sylvia Escovar:

Según el estudio ‘Getting to Equal 2019’, la cultura corporativa paritaria es el mayor impulsor de la innovación dentro de las compañías. Se calcula que, en las empresas lideradas por mujeres, el porcentaje de ingresos correspondientes a productos y servicios innovadores es 36 % mayor. Por eso es difícil imaginar que exista un racional para esa apuesta.

Creo que son los estereotipos y paradigmas que traemos como sociedad los que nos impiden ver la realidad. Es fundamental que desde todos los sectores incentivemos la participación de las mujeres en los cargos directivos, porque una mujer que logra insertarse en el mercado laboral y que llega a desarrollar su potencial profesional es una ciudadana que contribuye al crecimiento de la economía.