La Empresa Metro de Bogotá tomó punto por punto de las advertencias de la Contraloría General y reconoció que la complejidad del proyecto requiere de este tipo de auditorías

Un día después que se conociera el informe de auditoría de la Contraloría General al proyecto de la primera línea del Metro de Bogotá, la empresa que lleva el mismo nombre le respondió a la entidad de control cada una de sus advertencias.

El primer punto fue la falta de control de la Empresa Metro sobre los entregables del proyecto, que quedaron en manos de la Financiera de Desarrollo Nacional.

Al respecto, el gerente del Metro Andrés Uribe respondió que la entidad tiene toda la razón y que por eso adelantan un proyecto de fortalecimiento institucional que le permita solucionar esta y otras situaciones similares.

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En segundo lugar, la Contraloría advirtió un posible detrimento patrimonial pues se había contratado dos veces el Estudio de Impacto Ambiental y Social que debe tener todo proyecto de esta magnitud.

Uribe respondió que en efecto se contrataron dos estudios. El primero, siguiendo los estándares nacionales y el segundo con los requisitos de la banca multilateral que también financia el proyecto y que son más exigentes.

Ahora la Contraloría tendrá que determinar si efectivamente la existencia de dos estudios con el mismo fin pero diferentes requisitos, representan un detrimento patrimonial para Colombia y, de ser así, quiénes son sus responsables.

También del lado financiero, la Contraloría le advirtió a la Empresa Metro que no puede utilizar los rendimientos financieros de la cuenta del proyecto para las obras menores del mismo, pues por ley estas deben girarse a la Dirección del Tesoro Nacional.

Sin embargo, el gerente del Metro explicó que en realidad será el concesionario del proyecto el que constituya un patrimonio autónomo al que irán todos los recursos de financiación del proyecto, lo que daría por ejecutado el presupuesto de la Empresa Metro con todo y rendimientos.

De dónde los recursos

Para la Contraloría también es cuestionable que al Amigable Componedor se le entreguen recursos mensualmente, aunque no se generen conflictos entre las partes interesadas en el proyecto y se le deberían asignar más funciones, que justifiquen este giro de recursos, como la entrega de informes periódicos.

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En este punto, la Empresa Metro también le dio la razón a la Contraloría y señaló que entre su plan de mejoramiento efectivamente está la exigencia de otras acciones para el necesario Amigable Componedor, como visitas permanentes y la entrega de informes.

Por otro lado, la Contraloría cuestionó que no es claro de dónde saldrán los recursos para obras complementarias o no previstas que deban ejecutarse dentro del proyecto de la primera línea del metro, como un puente de acceso.

Al respecto, la empresa respondió que cuando sea el momento de responder por estas obras, buscará la financiación para ejecutarlas.

Finalmente, en cuanto a la ausencia de un estudio técnico que justifique que se dividan los ingresos por publicidad en 40 % para el concesionario y 60 % para la Empresa Metro, esta señaló que dicha división se hizo para que el privado cubra los gastos de mantenimiento y seguridad de los paraderos y que la proporción asignada al Estado es superior a la recibida en algunos aeropuertos operados bajo concesión.