Ser el nuevo o el más pequeño puede resultar beneficioso si sabe aprovecharlo. Acá le contamos algunos de los tips más eficientes para hacerlo.

Antes de entrar en el mundo del emprendimiento siempre me pregunté por qué las grandes revoluciones en las industrias más grandes no son realizadas mayormente por las empresas más importantes del sector respectivo.

Para ejemplificar este cuestionamiento podríamos analizar cómo Airbnb revolucionó el sector turismo a nivel mundial de una manera que ninguna cadena hotelera lo ha hecho. Así mismo Tesla es la compañía más grande de vehículos eléctricos en Estados Unidos sin tener experiencia previa fabricando vehículos y lográndolo en menos de 15 años. 

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Ejemplos como estos encontramos en el mundo en todas las grandes industrias, como logística, transporte, entretenimiento, música, retail y hasta en el sector financiero con la revolución de las fintech que se está viviendo en el mundo.

En Colombia, con un ecosistema de emprendimiento que aún es pequeño y joven, ya tenemos varios casos de startups que han revolucionado mercados enormes dominados por empresas tradicionales, y que lo han logrado con un presupuesto escaso y sin ningún tipo de experiencia.

Un ejemplo de esto son Rappi, Tappsi o Merqueo, se volvieron empresas usadas masivamente y de manera recurrente por los usuarios resolviendo problemáticas en mercados inmensos y con empresas tradicionales consolidadas a quienes les quitaron parte del mercado; y así mismo podrían encontrarse startups intentando revolucionar la mayoría de mercados grandes.

Pero ¿cómo un equipo sin experiencia, pequeño y con menor presupuesto puede tener ventaja sobre las grandes empresas? Suena ilógico inicialmente, sin embargo después de haber estado vinculado con procesos de desarrollo de nuevos productos y servicios en los dos lados (startups y empresas grandes) me he convencido de la gran ventaja que termina siendo el hecho de ser mil veces más pequeño en todos los sentidos.

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Ventajas de no tener experiencia

  • No se tiene miedo a la hora de probar nuevas cosas, ni mucho menos se da por hecho nada. Se aprende de cero o con muy poco conocimiento y eso lleva a muchas veces encontrar formas más eficientes y nuevas de hacer las cosas que generalmente las industrias muy establecidas jamás cuestionaban.
  • En ese mismo sentido, generalmente cuando tenemos menos conocimiento sobre alguna industria es posible que se piense que llevar a cabo el proyecto es menos difícil de lo que terminaría siendo, y eso llena al emprendedor de más optimismo y confianza. Claro, en el camino todos nos estrellamos, pero entre más camino se ha avanzado es más difícil dejarlo.

Ventajas de ser pequeño

  • Las empresas en etapa temprana no son realmente empresas, son proyectos o experimentos en busca de un modelo de negocio con el que se pueda construir una empresa que genera dinero. En este sentido ser pequeño ayuda a ser más ágil en este proceso, a tomar decisiones, y sobretodo a experimentar y aprender más eficientemente.
  • Ser pequeño implica generalmente que los empleados son los mismos emprendedores y dolientes reales de los resultados del potencial negocio, y esto se convierte en un incentivo determinante para sacar adelante el trabajo duro y difícil pues su ganancia será proporcional al éxito.
  • La facilidad en la ejecución o en la implementación de cualquier decisión se convierte en la mayor ventaja competitiva. La velocidad al ser pequeño es decisiva pues no se tiene que contar con muchas fases, aprobaciones ni instancias, lo que sí pasa en mayor medida en una empresa grande.

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Menor presupuesto como ventaja

  • Generalmente esta idea no es tan popular entre emprendedores, pues es realmente difícil y desgastante no tener los recursos necesarios para sacar adelante un proyecto. Sin embargo, tener presupuesto limitado puede convertirse en una ventaja en los primeros días de un proyecto, pues el emprendedor debe ser recursivo, proactivo y muy cuidadoso en el gasto y con esto cada experimento fallido deja mayor aprendizaje, es más eficiente y se hacen experimentos más cortos y controlados.
  • Lo salarios inicialmente serán malos o inexistentes, por esa razón con las personas que se cuente en los primeros días serán personas apasionadas por la idea y por el potencial del proyecto, pues por salario casi que cualquier opción termina siendo más atractiva.
  • Se busca la rentabilidad (o estar más cerca) de manera más urgente.

Como conclusión, en muchos casos, sorpresivamente para algunos, en el mundo del emprendimiento termina siendo una ventaja competitiva tener menos experiencia, ser más pequeño y contar con menos presupuesto que grandes empresas ya posicionadas en la industria.

Seguramente no serán todos los casos en los cuales el pequeño termine ganador, pero resulta interesante cómo lo que claramente parecería una desventaja enorme termina no siéndolo, y en muchos aspectos podría realmente terminar siendo una ventaja competitiva.

Contacto:
LinkedIn: Felipe Santamaría
*El autor es Cofundador y Managing Director Rockstart Latam, la aceleradora internacional de startups más grande en Colombia. Ha sido emprendedor, mentor e inversionista en múltiples emprendimientos de la región. 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.