La medida, que busca dinamizar el comercio en tres momentos específicos del año y beneficiar a familias con ingresos medios y bajos, dejó por fuera a las compras digitales y a los hogares menos acostumbrados a sacar la tarjeta

Desde que se debatía la llamada Ley de Crecimiento en el Congreso, la medida de los tres días sin IVA se convirtió en motivo de tire y afloje entre el Gobierno y los comercios electrónicos, que desde el proyecto fueron excluidos de este beneficio.

También se quedaron por fuera los pagos digitales, pues la ley establece que el descuento solo se hará efectivo con medios de pago electrónicos presenciales como las tarjetas débito o crédito.

Para María Fernanda Quiñones, presidente de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, la medida tiene poco sentido y así se lo hizo saber tanto al Gobierno como a los congresistas cuando el proyecto de ley se debatía.

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Quiñones explica que “esas tarjetas no están lo suficientemente penetradas en esa parte de la población pero digamos que lo estuvieran por temas como Familias en Acción, que son instrumentos de pago que en este segmento de la población no tienen una vocación transaccional, es decir que no son instrumentos de pago utilizados para hacer pagos, son instrumentos utilizados para sacar plata del cajero”.

La razón, señala la dirigente gremial, es que los lugares a los que este tipo de población acude para comprar, en su mayoría, no cuentan con terminales de pagos electrónicos. Es decir, funcionan con dinero en efectivo y no con datáfonos para pagos con tarjetas.

Además, para masificar este tipo de pagos es necesario un trabajo a dos frentes: implementar las terminales de pago en los comercios y ampliar el número de consumidores con tarjetas de pago utilizadas con mayor regularidad que únicamente para “sacar la plata del cajero”.

Pero “esa funcionalidad de madurez del sistema de pagos en el país todavía no es una realidad y mucho menos en esos estratos”, advierte Quiñones.

Y el comercio electrónico, que también funciona como incentivo para aumentar el uso de tarjetas prepago, de crédito o débito, se excluye de la medida.

En el momento del debate de la tributaria, se supo que las autoridades le argumentaron a los congresistas que no podían incluir los pagos digitales pues, a diferencia de los pagos con tarjetas o compras en tiendas presenciales, no se puede rastrear y verificar con exactitud.

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La respuesta, desde el lado del sistema financiero, es que este argumento es falso. Pues igual que cualquier operación presencial, al hacer una compra por internet la plataforma de pago envía el requerimiento de retiro de dinero al banco encargado, que verifica para aceptar o no el descuento desde la cuenta del cliente. Un proceso que dura segundos.

Hay un “pero” más en la medida: la mayoría de los artículos que se ven beneficiados por el descuento tributario son los que se llevan la mayor porción de las compras digitales, según la Cámara de Comercio Electrónico.

Es decir, que las masivas compras por internet de ropa, zapatos y accesorios no tendrán descuento, pese a que es un mercado creciente que necesita incentivos de un Gobierno que promueve la economía digital.

Por su parte, la Dian respondió que aún están definiendo la reglamentación de la medida, vía decretos, cuya evolución se irá comunicando.

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El Ministerio de Hacienda espera que, en su primer año de implementación, se dejen de recaudar 338 mil millones de pesos.

Además, el Ministerio argumenta que la medida está más diseñada para los hogares de clase media que tienen una mayor bancarización y un mayor gasto en el tipo de bienes beneficiados.