La historia del adolescente que construye empresa en el sótano de sus papás ha sido más atractiva para la prensa, pero no es la real.
Todos los días oímos y vemos noticias que hablan de jóvenes que se hacen millonarios con una simple idea o un app. Estas, naturalmente son tremendamente mediáticas pues rompen con los tabúes de trabajo duro y persistencia, y nos abren la mente a la posibilidad de que tal vez hacernos ricos de manera casi instantánea es posible, incluso fácil en algunos casos.
Si no es así entonces, (se preguntarán) ¿Por qué jóvenes de 20 años lo están haciendo todos los días?, o al menos así nos lo ha hecho creer la mayoría de medios de comunicación.
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Las grandes ideas vienen a cualquier edad, pero la realidad es que toma experiencia y en especial ejecución impecable el convertirlas en historias de éxito rotundo. Tomemos a Steve Jobs por ejemplo, quién tenía apenas 21 años cuando fundó Apple, pero cuando su primer producto estrella salió al mercado, (el iMac), tenía 43. Más aún, en el día que anunció al mundo el iPhone, tenía 52.
Dicho esto, olviden todo lo que han oído hablar a cerca de prodigios de 22 años de edad, sentados en sus oficinas de miles de empleados con comida gratis, jeans y hamacas, (muy populares de Silicon Valley de hecho), si queremos encontrar a la mayoría de los empresarios realmente exitosos, es necesario observar la data más de cerca.
Según un documento de trabajo del profesor del MIT Sloan, Pierre Azoulay, y el estudiante de doctorado Daniel Kim, la edad promedio de los emprendedores que iniciaron empresas y resultaron con un negocio exitoso y de gran escala es de 45 años. El equipo analizó los datos de los 2,7 millones de personas que fundaron negocios entre 2007-2014 y luego contrataron al menos a un empleado.
Junto con la edad promedio de los emprendedores, también aprendieron que aquellas nuevas empresas con el mayor crecimiento tenían una edad promedio de fundador de 45 años.
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Esto lo que significa técnicamente es que si tuviéramos dos ideas idénticas, una propuesta por una persona muy joven, otra propuesta por una persona de mediana edad y eso fuera la única información disponible para realizar una posible inversión, estaríamos mucho mejor apostando por una persona de mediana edad, estadísticamente hablando.

De hecho los datos son aún más impactantes pues como podemos ver en la gráfica, menos del 1 % de la muestra total de emprendedores tiene una edad promedio de 20 o menos años.
Esta es una gran lección tanto para fundadores como para inversionistas y fondos pues en este momento, algunas ideas que merecen financiación podrían no estar obteniendo atención alguna porque sus fundadores de 38 años están siendo etiquetados como descartados, producto de una noción errada.
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Ahora bien, esto no quiere decir que no haya algunos jóvenes que hayan creado “negocios muy sólidos y tremendamente exitosos, pero eso tampoco significa que no van a mejorar con la edad. Bill Gates y Jeff Bezos, por ejemplo, tuvieron más éxito a sus 50 años que a los 20, esto pues el crecimiento más acelerado en sus negocios ocurrió durante este momento.
Esto, en términos de inversión, significa que el mayor multiplicador para los accionistas en promedio tiene a los 45 años de un fundador, a diferencia del mito urbano inmortalizado por la prensa, pues en términos generales la historia del adolescente que construye una empresa de billones de dólares desde el sótano de sus papás, seguramente tendrá infinitamente más audiencia y atención que la del CEO de 45, quién ha forjado su éxito después de dos décadas de aprendizajes y probablemente varias quiebras.
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*El autor es cofundador de Fitpal, la plataforma que permite acceder a una oferta de más de 90.000 servicios deportivos (clases y gimnasios) en un solo lugar y por un costo fijo mensual.
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