Algunos ejercicios básicos para estimular el cerebro pueden ayudarnos a tener una mejor disposición al cambio, acá le contamos cuáles son.
La cuarentena ha hecho que tengamos que modificar la forma en la que trabajamos de un día para otro. Las reuniones, capacitaciones y grupos de trabajo se han mudado al mundo online. Nuestro lugar de trabajo y descanso se han fusionado y todo esto ha pasado tan rápido que apenas lo estamos acabando de entender.
Mucho hemos hablado de la velocidad del mundo, pero los hechos de las últimas semanas van más rápido que cualquier predicción y recordemos que la adaptación en los seres humanos depende de varios factores: psicológicos y neuronales, de allí que vemos personas que ágilmente siguieron con su labor sin mayor dificultad y otros que aún no le han cogido el hilo al asunto.
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Esto se debe a que al cerebro le encanta lo conocido y odia la incertidumbre, elemento al cual nos tenemos que enfrentar y acostumbrar por lo pronto.
La clave de la adaptación al cambio está en generar neuroplasticidad autoinducida que no es otra cosa que la capacidad del cerebro para ampliar sus redes neuronales y generar nuevas neuronas, que se ajusten a los retos que se estén viviendo, para lograr esto puede practicar el siguiente ejercicio y afrontar la adversidad con un cerebro mejor preparado:
- Enfóquese en lo importante: Una forma de incrementar el enfoque es practicando ejercicios de mindfulness, el centrar la atención en la respiración de manera consciente fortalece diferentes áreas del cerebro, estimula la creatividad, reduce el estrés negativo y con ello facilita la adaptación al cambio.
- Aprender a llevar su atención a lo realmente valioso no solo le permite cometer menos errores sino desarrollar la habilidad para filtrar información poco relevante, activando la atención selectiva que es la capacidad de distinguir y concentrarse en lo que estamos haciendo (un informe, una reunión, etc). Con ella bloqueamos o cerramos el acceso de aquello que es innecesario o debe ser ignorado. Esta capacidad protege a nuestro cerebro ante el riesgo de sufrir una sobrecarga.
- Sea constante con su cuidado: centre su atención en la respiración, puede elegir sentir el movimiento en el abdomen, la sensación en la nariz del aire entrando y saliendo o el movimiento rítmico en el pecho (suena más fácil de lo que es) mientras hace eso puede cerrar los ojos o bajar la mirada al suelo, así bloquea la mayor parte de estímulos, deja que los pensamientos pasen como si fueran hojas en un río y disfruta de la sensación de calma.
Hacer este ejercicio entre cinco y diez minutos diarios es suficiente para que en ocho semanas tenga un cerebro más flexible, creativo y enfocado.
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LinkedIn: Blanca Mery Sánchez
*La autora es máster en neurociencia aplicada al alto rendimiento y la felicidad y directora de la compañía Mente Sana
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