"Este momento demanda tomar decisiones, soportadas en los hechos y que permitan optimizar, agilizar y reforzar el manejo de la ciberseguridad empresarial", expresa Ricardo Villadiego, CEO y cofundador de Lumu Technologies.

Las empresas históricamente invierten millones de dólares en su presupuesto de ciberseguridad; pero este no necesariamente es un indicador de efectividad en su gestión. Incluso, cuando les preguntamos a ellos si sus organizaciones están comprometidas, su respuesta es difusa. Pueden ustedes imaginarse, ¿cómo se habrán incremento los riesgos en redes y sistemas con la delicada situación que estamos viviendo con el COVID-19 y su cuarentena?

Hoy, las organizaciones requieren saber más que nunca dónde necesitan priorizar sus inversiones en seguridad tecnológica, dónde tienen el rendimiento más bajo de las tecnologías y en dónde se encuentran las oportunidades para ser más eficientes. En la actualidad, los equipos de seguridad de las empresas reciben más 3.000 notificaciones de alertas diarias y esto los lleva a usar un 15% de su tiempo disponible en determinar cuáles requieren ser atendidas de manera urgente.   

Los efectos económicos del coronavirus deben incentivar a los CISOs (Chief Security Officer) para ser extremadamente hábiles en sus decisiones y enfocarse en hacer más eficiente la implementación de cada recurso. En Lumu Technologies, creemos que la ciberseguridad requiere renovarse y adaptarse de manera inmediata a la nueva realidad. Hoy se hace evidente que la necesidad por una mayor visibilidad de los compromisos no solo sea imperativa, sino también urgente.

El modelo Continuous Compromise Assessment™ (Evaluación Continua de Compromiso) de Lumu Technologies, recolecta y analiza metadatos de la red de una organización, con esta información se interpretan y se miden los niveles de compromiso durante todo el ciclo de retroalimentación y optimizando la operación al establecer un punto de partida para la efectividad de los sistemas de seguridad y emplear así, el mejor presupuesto hacia una simplificación de la estructura. De esta manera las empresas pueden saber dónde se necesita realizar inversiones adicionales, dónde se presenta un rendimiento más bajo de las tecnologías y dónde se encuentran las oportunidades para ser más eficiente.

El nivel de exigencia que tienen las organizaciones con el manejo de su seguridad informática es mayúsculo; hasta ahora solo hemos visto una pequeña muestra de la presión que podría generarse en su operación. Este momento demanda tomar decisiones, soportadas en los hechos y que permitan optimizar, agilizar y reforzar el manejo de la ciberseguridad empresarial.

Por: Ricardo Villadiego*
LinkedIn: Ricardo Villadiego*
Twitter: @rvilladiego

*El autor es CEO y cofundador de Lumu, una empresa de ciberseguridad enfocada en ayudar a organizaciones empresariales a identificar amenazas y aislar instancias confirmadas de compromiso.

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