Durante el periodo de cuarentena en todo el mundo se ha disparado el uso de plataformas digitales de servicios financieros. Este es el panorama.

Por: Tarek El Sherif*

La inesperada arremetida del coronavirus y las medidas de aislamiento implementadas por decenas de países para contener su expansión han disparado el descubrimiento y el uso de plataformas digitales de servicios financieros alrededor del mundo, muchas de ellas ofrecidas por compañías fintech que ya venían ganando terreno en sus respectivos mercados. 

En Europa el uso de apps fintech ha crecido 72 % durante el aislamiento. En India una fintech reporta un crecimiento de 234 % en pagos electrónicos de servicios públicos a través de su plataforma. Y en México, por mencionar un ejemplo más, las aplicaciones fintech crecieron en en un 50 % en usuarios activos mensualmente.

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En todos los casos, la acelerada adopción de servicios financieros digitales hace parte de una suerte de revolución copernicana en el sistema financiero, en la que progresivamente las personas, las mipymes y las organizaciones más grandes, comienzan a ver cómo las entidades financieras tradicionales dejan de ser el centro que rige el universo financiero. 

Se trata de un cambio profundo, que como la mayoría de cambios paradigmáticos viene tomando forma desde hace unos años. La irrupción de las fintech, solo en Colombia ya se contaban 200 de ellas en 2019, ha detonado un proceso de realineación entre los jugadores del sistema financiero, que como conjunto es ahora más diverso, especializado y accesible en su oferta.

Habrá por supuesto quienes digan que las entidades financieras tradicionales siguen siendo el núcleo alrededor del cual orbitan el resto de jugadores. Y tal vez, por un tiempo, estén en lo cierto. Este no es tanto un proceso de sustitución como es un proceso en el que las fuerzas comienzan a reorganizarse. Y por fin lo hacen en favor de quienes más lo necesitan: los usuarios.

Para ellos, esta reorganización impulsada por el despegue de las fintech les va a permitir ver que el universo es más grande de lo que pensaban. Y que los productos financieros no son exclusivos de los bancos, que hasta hace poco eran como la única estrella en una noche oscura.

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En este nuevo universo, más segmentos de personas encuentran opciones de acceso a productos y servicios financieros diseñados específicamente para sus necesidades; más mipymes encuentran aliados que se pueden adaptar a su ciclos de negocio; y más organizaciones encuentra la agilidad que siempre las esquiva en procesos puntuales.

En este nuevo universo, producto de las colisiones, las trayectorias y las fuerzas que rigen a cada uno de los jugadores, los bancos y las fintech tienen el escenario perfecto para seguir acercándose.

Por una parte, a través de las capacidades tecnológicas y de análisis de datos que las fintech pueden aportar para impulsar la experiencia digital a la que aspiran los bancos. Y por otra, a través de un acuerdo en favor de la transparencia y la rectitud que todas las entidades financieras deben tener ante al consumidor financiero.

Porque en este nuevo universo, en el que además de tener más opciones las personas pueden compararlas con un par de clics, ellas vuelven a tener el control. Y ese, al final, es el cambio de paradigma más grande de esta revolución copernicana en el sector financiero: son los usuarios quienes están en el centro de este universo.

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LinkedIn: Tarek El Sherif
*El autor es cofundador y CEO de Zinobe, fintech colombiana enfocada en impulsar la inclusión financiera en el país, ampliando el acceso a servicios financieros 100 % digitales.

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