Pese a la creciente necesidad de internet ante la crisis del Covid-19, aún quedan desafíos por resolver en esta materia para estar realmente conectados.

Por: Daniel Losada

En las últimas décadas analistas, académicos y expertos de la industria TIC habían anunciado que el mundo cambiaría cada vez más rápidamente, y en los últimos años habían resaltado los crecientes desafíos en una era conocida como la de la Cuarta Revolución Industrial. Pero aún quedaban industrias y líderes escépticos, que no veían la inminencia de la disrupción digital ni la necesidad de transformarse y estar más y mejor conectados.

El nuevo coronavirus sacudió el mundo como lo conocíamos, aceleró todas las dinámicas y nos puso a todos a ser ‘más digitales’ y estar más ‘online’ que antes, y a cambiar la manera como vivimos y trabajamos.

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Internet ya había conectado a personas, empresas y gobiernos alrededor del mundo, pero ahora, cuando se prevé que muchas actividades presenciales deberán hacerse desde las casas, cuando los viajes de trabajo y turismo serán restringidos por unos meses en todo el planeta, cuando la educación, la salud y los negocios acelerarán su virtualización, la conectividad es más importante que nunca.

Pero el planeta aún tiene desafíos para que todos estemos realmente conectados. Pese a que más de 400 cables submarinos y hay más de 5 millones de torres celulares alrededor del mundo, aún hay 3.200 millones (41 %) de los habitantes del planeta no tienen acceso a Internet, y esto significa, para empresas y gobiernos, millones de ciudadanos que no tienen acceso a información, educación y servicios en línea.

Además, cientos de miles de empresas no pueden insertarse en la economía digital, y muchas tienen un alcance geográfico limitado a las grandes ciudades de sus países.

Acelerando en la carrera por conectarlos a todos

¿Cómo acelerar la llegada de Internet, de conectividad con alta disponibilidad y seguridad a todas partes y llevar sus beneficios a los ciudadanos y a toda clase de empresas y organizaciones? Aunque en temas tecnológicos no suele haber una respuesta única, aquí es probable que sí: Internet satelital.

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A diferencia de la fibra óptica y otras tecnologías terrestres, y de la conexión móvil celular, la tecnología satelital no tiene sus límites geográficos ni técnicos: desde el espacio, barreras infranqueables para la fibra y la señal móvil, como por ejemplo la Cordillera de los Andes o la selva del Amazonas, son solo accidentes geográficos comunes.

Es claro que, cuando Hughes inventó, hace 3 décadas, la tecnología VSAT (Very Small Aperture Terminal), que permitió transmitir la señal de Internet entre un satélite y la Tierra, había otros obstáculos que frenaron su masificación. Por ejemplo, la menor velocidad y los altos costos –que limitaron su uso inicialmente a gobiernos y grandes empresas–, y la dependencia de las condiciones climáticas, tanto para la calidad de la señal como para la durabilidad de las antenas puestas en tierra.

Pero hoy, todas estas limitaciones fueron superadas. Tecnologías y servicios de Internet satelital han tenido una notable evolución, con sistemas satelitales de última generación como el JUPITER System –que hoy conecta a más de 1,4 millones de suscriptores empresariales y personales en Estados Unidos y en países de América Latina como Colombia–, y también con equipos en tierra, como antenas,receptores y enrutadores, mucho más asequibles, fáciles de instalar y usar, y resistentes a la inclemencia del tiempo.

Ahora, incluso Internet satelital más que la competencia de las redes terrestres y móviles, es, en la mayoría de los sectores y los países, el complemento clave de infraestructura de comunicaciones para muchas industrias, que con las modernas soluciones satelitales pueden por fin llegar a lugares remotos con servicios de alta calidad y de banda ancha real, a los que no llegan cables ni señales celulares actualmente.

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Del sector Defensa a todas las industrias y empresas

Un usuario natural de Internet satelital ha sido el sector Defensa. Los militares necesitan operar en redes confiables, seguras y de alto rendimiento aunque se encuentren en movimiento o en lugares de difícil acceso. Y, lo más importante, sin interrupciones, con continuidad de servicio garantizada, para proteger la vida de sus integrantes.

Más allá de la conectividad básica a Internet, las tecnologías satelitales de banda ancha se están desplegando en muchas industrias verticales que van más allá de Gobierno y Defensa: redes de misión crítica para servicios como seguridad pública, salud pública y educación, interconexión de datos para operadores móviles y de Internet (‘backhaul’).

En todas las industrias, y sin importar si se trata de grandes o pequeñas organizaciones, las necesidades que suple Internet satelital son similares: acceso a Internet con buena velocidad, con alta calidad de servicio y el soporte a la movilidad en áreas remotas o poco desarrolladas, donde la conectividad es inexistente o limitada.

Algunos ejemplos actuales en el mundo son los de estaciones de gasolina en parajes remotos que pueden hacer inventarios en línea o recibir pagos electrónicos; aerolíneas que ofrecen acceso a Internet en vuelo a sus pasajeros –en más de 300 aviones en el mundo–; grandes comercios que necesitan extender su red de almacenes –Costco y otras compañías Fortune 500 , por ejemplo, conecta muchas de sus miles de tiendas en Estados Unidos con tecnología satelital–, pero también comercios pequeños que quieren conquistar lugares ‘desconectados’, esto si hablamos de consumo masivo.

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Pero también encontramos ejemplos en empresas mineras que necesitan conectividad en sus minas para su operación y, de paso, para mantener a sus empleados conectados con sus familias; operadores móviles que extienden su servicio celular a lugares antes descartados; compañías logísticas y de seguridad que enfrentan los retos de desplegar sus servicios y su personal sin límites geográficos; empresas marítimas de carga y pasajeros que requieren conectividad constante; centros de salud e instituciones educativas situados en lugares remotos o vulnerables; pequeñas empresas pesqueras que deben llegar mar adentro y mantenerse conectadas; gobiernos nacionales y territoriales que se preparan para enfrentar de mejor manera desastres naturales y emergencias.

En tiempos convulsionados como el que vivimos, el pesimismo puede apoderarse de la mente de empresarios y líderes. No obstante, es también el momento de pensar en lo que podemos aprender y hacer mejor, y para los negocios seguramente la enseñanza es que la conectividad es el presente que les asegura seguir creciendo para el futuro, y que la tecnología satelital es la respuesta moderna para el actual reto y los que vienen.

Es una realidad que premonitoria que Colombia y la región cuentan con la misma calidad de señal y de servicio que Estados Unidos y los países más avanzados digitalmente, lo que se logre con ella depende de la imaginación y capacidad de cada empresario y gobierno.

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LinkedIn: Daniel Losada*
*El autor es vicepresidente internacional de Ventas, Hughes.

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