Todo indica que, entre las universidades que hagan inmersión en el futuro tecnológico y las que no, se está formando una inmensa brecha que amenaza la continuidad de las últimas.

Si hay un lugar que recibe a miles de personas diariamente y que quedó expuesto ante la propagación del coronavirus, es un campus universitario. Algunos analistas futuristas están pronosticando alianzas entre las ‘big tech’ con los centros de educación superior, como por ejemplo Google con MIT o Apple con Stanford, para alterar la accesibilidad y el valor de la educación superior después de todo esto.

Este fenómeno, prevén académicos como Scott Galloway, obligará a muchas universidades a cerrar y a las que permanezcan, tendrían cuerpos estudiantiles muy reducidos.

Pero antes que una pandemia, un campus inundado en un 95%, que suspendió las actividades y dejó millonarias pérdidas a la Universidad de la Sabana de Colombia, hizo que desde abril de 2011, esa institución planeara una digitalización de sus operaciones que trascendiera ante restricciones de acceder a espacios físicos.

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Cuando apareció la pandemia del coronavirus que obligó a las universidades suspender sus operaciones, al día siguiente los estudiantes podían acceder al 95.5% de las clases, con asistencia de 97%, mientras que los funcionarios administrativos podían liquidar sus nóminas y procesos financieros.

“El rol de la tecnología se transformó en la educación superior, no solo en como funciona el negocio hoy, sino como se proyecta el negocio a futuro”, explica Carlos Martínez, CIO de la Universidad de la Sabana.

A través de los años se enfocaron en crear un campus digital y migrar a la nube para poder disponer de tecnología elástica en picos como las matrículas de enero y junio, que con modelos on-premise serían grandes inversiones y activos ‘improductivo’ el resto del año.

Para Martínez, fue clave la visión de la alta dirección de dar soluciones en tiempo real y generar ventajas competitivas. Para ese proceso escogieron la nube de Oracle, que según indica, les permite habilitar Big Data y modelos de chatbot “con un clic”.

“Volcarse en estos modelos no es nada fácil implica retos no solo en cómo me comporto sino en los procesos. El fabricante que no vea sus servicios como Plataformas como servicio (PaaS, por sus siglas en inglés) o Software como servicio (Saas, por sus siglas en inglés), no veo que tenga futuro en el mercado”, comenta.

“La transformación digital es un proceso digital serio, no es solo desplegar tecnología, sino cambios en funciones y en la forma como operamos”, añade.

Juan Manuel Mesa, gerente de Oracle para Colombia y Ecuador, dijo a Forbes que este proyecto de moverse a la nube le permitió a la universidad estar lista ante la contingencia, y adicionalmente, le ha generado un ahorro del 32% por año, cuando el ahorro estimado inicial era del 21%.

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“La adopción de un modelo en la nube se tradujo en diversos beneficios -económicos y productivos- para la institución. Y en lo referente a variabilizar el uso de la infraestructura, el modelo de la Universidad se volvió (aún más) óptimo, pues, pagar por demanda permitió reutilizar las capacidades en otros proyectos cuando no se estuvieran usando en determinadas funciones”, señaló Mesa.

De acuerdo con Marco Casarín, gerente de Microsoft en Colombia “hay una diferencia grande entre las organizaciones que tomaron en sus manos desde hace tiempo la transformación digital e invirtieron en generar propiedad intelectual sobre plataformas como las de la nube y las que no lo han hecho”. Así lo dijo en un episodio de #CharlasForbes sobre repensar operaciones con transformación digital.

Por su parte el gerente de IBM para Colombia, Venezuela y región Caribe, Patricio Espinosa, explicó en el mismo espacio que “se está acelerando la transformación digital, la excusa ya no es la tecnología, todos los fabricantes hemos hecho un buen trabajo en diseñar soluciones que son asequibles y tremendamente fáciles de usar, el desafío es la parte cultural”.

Todo indica que, entre las universidades que hagan inmersión en el futuro tecnológico y las que no, se está formando una inmensa brecha que amenaza la continuidad de las últimas.