'Obligarse' a tener espacios de sano placer con las personas que quiere o practicando un pasatiempo o deporte puede hacer la diferencia.

Esta crisis que se ha venido desarrollando con base a la rápida propagación del coronavirus definitivamente a dejado más desempleo y problemas financieros que muertes. Es claro que la emergencia sanitaria es una prioridad para todos los gobiernos pero hay un factor con el que muchas veces es infinitamente más difícil lidiar: la ansiedad que viene acompañada de la incertidumbre.

¿Que va a pasar con mi trabajo?, ¿Con mis ingresos?, ¿Con mi familia?, ¿Con mis deudas y responsabilidades?.

Lea también: El reto de mantener la empatía y la productividad en épocas de crisis

Definitivamente no soy ningún gurú ni vengo a darles la receta para ser felices el resto de sus vidas, pero lo que les puedo ofrecer es mi experiencia como emprendedor en un espacio tan incierto, competido y cambiante como lo es la tecnología. Dicho de otra forma, al emprender la incertidumbre y el miedo a perderlo todo es un sentimiento que me acompaña todas las mañanas, y esto en definitiva no es una casualidad.

A medida que me he puesto en contacto con más fundadores con el paso de los años me he dado cuenta de que este un patrón constante en la vida de todos ellos, puesto que al tratar de cambiar el status quo de las cosas siempre existe una posibilidad de fallo del 90 % o más.

En definitiva la diferencia es que estas personas no logran eliminar la incertidumbre de sus vidas, simplemente lo canalizan y lo aceptan como algo que no pueden controlar. En otras palabras el riesgo siempre va a ser real pero el miedo y la ansiedad son opcionales. Cuando me refiero a controlar la ansiedad y vivir un poco más felices me refiero específicamente a estar en paz. De hecho me atrevería a definir la felicidad como paz en movimiento.

Dicho esto, es necesario aprender a identificar conscientemente momentos de paz durante el día. Esto para mi no ha sido tan complejo como aprender a canalizar mi energía o meditar. De hecho mi manera de interpretarlo es mucho más sencilla: La mente se calla durante los momentos de mayor placer.

Lea también: Cómo activar la creatividad y adaptarse a la nueva normalidad

Durante sus momentos de mayor placer, ya sea que estemos haciendo ejercicio, oyendo música, riéndonos con un amigo o mirando una increíble puesta de sol, la mente se calma. Se calma, y esa voz en nuestra cabeza se calla. Se alcanza una sensación de asombro, que algunos incluso llaman belleza, felicidad o alegría.

La gran enseñanza acá es que estos momentos deben estar en nuestra agenda todos los días. Si se tiene una hora y un lugar específico al igual que una reunión mucho mejor. No estoy decidiendo que la mente sea nuestro enemigo. De hecho todo lo opuesto, es una herramienta muy útil. Pero en algún momento, se volvió incontrolable. La mente se convirtió en nuestro amo más que en un sirviente.

Nuestra mente evolucionó para ser paranoica, temerosa y enojada. Los humanos son las criaturas más paranoicas y enojadas que jamás hayan caminado sobre la tierra. Somos depredadores principales que dominaron la cadena alimenticia al subyugar o domesticar a todas las demás especies en este planeta. Lo hicimos a través del miedo, la violencia y, por supuesto, la cooperación.

Todos comportamientos que siguen presente en nuestro día a día muchas veces en nuestras empresas y en nuestros hogares. Pero nunca hacemos nada al respecto porque nos sentimos víctimas de nuestro propio entorno.

Lea también: El impacto de la salud mental en la productividad

Ahora bien, no escribo estas palabras para justificar ningún tipo de comportamiento sino para que en el momento en que sientan que sus vidas, sus finanzas o sus relaciones estén en riesgo, entiendan que lo que deben hacer es romper el ciclo insertando una serie de comportamientos repetitivos y positivos todos los días. Algunos de mis favoritos son los siguientes:

  • Agendar 10 minutos para hablar por teléfono con mi mamá, papá o hermanos.
  • Darse un momento en el día para disfrutar de un placer mundano, una copa de vino, 30 minutos de guitarra o incluso cocinar un plato extravagante.
  • Dar consejo a alguien que lo necesite o premiar un comportamiento de alguien cercano a nosotros. Se asombraran de lo gratificante que es dar en vez de recibir.

Para finalizar uno de mis consejos favoritos es agendar estos elementos en momentos inesperados del día. De esta forma no nos condicionamos a tener que poder disfrutar solo los fines de semana o en momentos de no trabajo.

Cocinar una pasta hecha en casa un lunes con una copa de vino al almuerzo o agendar una llamada con un ser querido a las 10 a.m. de un miércoles pueden arreglar un día entero. La clave es agendar todos los días un momento de paz, para acordarnos de lo que realmente vale que es disfrutar el presente y aceptar la incertidumbre como una constante más en nuestro diario vivir.

Contacto
LinkedIn: Santiago Aparicio
*El autor es cofundador de Fitpal,la plataforma que permite acceder a una oferta de más de 90.000 servicios deportivos (clases y gimnasios) en un solo lugar y por un costo fijo mensual.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.