Las calificadoras han advertido que el país necesitará un plan para pagar la deuda una vez se supere la emergencia e inicie la recuperación económica.
En 2019, antes de la pandemia y la guerra de precios del petróleo, Colombia había reportado una deuda de 51,2 % de su PIB, entre interna y externa, que ya había prendido las alarmas por ser más alta que la de sus pares de calificación crediticia. Además, se esperaba que en este nuevo año tuviera un déficit fiscal de 2,2 % y uno de cuenta corriente alrededor de 4,5 %. Ambos choques modificaron todas las proyecciones y nos dejarán también nuevas cuentas por pagar.
¿Vientos de reforma tributaria para enfrentar los efectos de la crisis?
Ahora, la preocupación ya no es que las calificadoras le quiten el grado de inversión a Colombia pues se sabe que la deuda seguirá aumentando y estaría entre 58 % y 60 % del PIB nacional. El nuevo consenso es que la emergencia debe ser atendida y que luego, cuando las aguas se calmen, el país tendrá que plantear un plan para reducir su deuda y déficits de modo que más adelante pueda recuperar el grado de inversión.
Aunque se sabe que el Gobierno sigue modificando sus cálculos sobre la contracción que tendría el PIB este año, al cierre de esta edición la cifra oficial seguía siendo de 5,5 %, un golpe que le permitió al Comité de la Regla Fiscal invocar su artículo sexto y ampliar el déficit fiscal permitido del 2,2 % inicial hasta 6,1 %, equivalente a cerca de 61 billones de pesos.
Ante la avalancha de nuevos gastos —que incluyen inyecciones de recursos para el sistema de salud, aumentar las transferencias de recursos a población que ya se beneficiaba de los programas estatales y los nuevos pagos por el Ingreso Solidario y la compensación del IVA, garantías para los créditos de las empresas y el subsidio a su nómina—, el Gobierno empezó por aplicar su creatividad para conseguir recursos sin aumentar la deuda con otros actores. El Fondo de Mitigación de la Emergencia (FOME), que empezó con los 15 billones de pesos obtenidos del Fonpet y el Fondo de Ahorro y Estabilización, ya tiene una disponibilidad de 25 billones de pesos de los cuales le quedan 10 billones de pesos para ejecutar.
Más adelante, el país obtuvo recursos de entidades multilaterales que ya suman desembolsos por 1.060 millones de dólares, según la Dirección del Tesoro Nacional. De hecho, este viernes, el Banco Mundial aprobó un préstamo por 700 millones de dólares para que el país afronte el coronavirus.
Así le cambiaron las cuentas al Gobierno este año por el coronavirus
Pero tanto los recursos que el Gobierno se auto prestó para iniciar el FOME, como los Títulos de Solidaridad que los bancos fueron obligados a comprarle mediante el Banrepública por nueve billones, los préstamos de los multilaterales y las colocaciones de títulos de deuda en el mercado local y extranjero tendrán que pagarlos los colombianos.
En efecto, las calificadoras han advertido que el país necesitará un plan para pagar la deuda una vez se supere la emergencia e inicie la recuperación económica y el Gobierno, que había prometido no hacer más reformas tributarias después de su Ley de Crecimiento de 2019, ahora ha mencionado que, aunque este no será el año, en 2021 el país sí tendrá que pensar en una nueva reforma.
También se necesitará ahorro. Este podría venir de la mano no solo de las medidas de austeridad en los gastos públicos y la eficiencia que se logre en la ejecución presupuestal, sino de otras reformas, como la del sistema pensional que se había anunciado y que, al eliminar los subsidios a las pensiones más altas, le podría generar ahorro al Gobierno para los próximos años, entre otras medidas que evalúa el Gobierno.