Forbes presenta un análisis de la construcción, comercio, agro e industria sobre cómo están preparadas

La economía colombiana creció 1,1 % en el primer trimestre para su serie original y 0,4 % desestacionalizada, si se le compara con el mismo periodo del año anterior y pese a que el impacto de la pandemia le llegó en la segunda mitad de marzo.

Con un segundo trimestre de al menos dos meses completos de confinamiento, la reapertura parcial y progresiva del aparato productivo le daría aire para que, una vez restablecida por completo la actividad y bajo lo que llaman ahora “la nueva normalidad”, el país inicie su recuperación en la segunda mitad del año.

Descargue la revista de Forbes Colombia en junio

Sin embargo, en el total del año se espera que el país se contraiga por lo menos 5,5 % según los cálculos del Ministerio de Hacienda y contando con el que, según el ministro Alberto Carrasquilla, sería el peor trimestre en la historia del país: el periodo entre abril y junio.

Pero todavía “hay una incertidumbre muy grande ahora en términos de crecimiento porque hay varios fenómenos que todavía no sabemos muy bien cómo van a funcionar”, señala José Ignacio López, director de investigaciones económicas de Corficolombiana.

¿Quién va a pagar el gasto del Estado?

El economista añade que el primero de estos factores es “el éxito o no de la reapertura progresiva del país, hasta ahora vemos cómo otros países se han venido reabriendo y todavía es muy temprano para saber si realmente vamos a tener una aceleración en el número de contagios una vez que la economía empiece a reactivarse y que esto nos fuerce a tomar nuevamente medidas de restricción”.

También debe tenerse en cuenta la disciplina social y la capacidad de cada colombiano de mantener las medidas de protección tanto en su vida laboral como en la social. En tercer lugar, está el comportamiento de los precios del petróleo.

“Si tenemos un escenario más positivo para los precios del petróleo y demanda mundial por una reapertura también exitosa en las economías desarrolladas, pues no se podría descartar que en el segundo semestre tuviéramos una recuperación importante y que al final del año la caída en el PIB no fuera tan negativa”, señala José Ignacio López.

En efecto, el BBVA Research advierte que los indicadores de demanda de energía y de consumo demuestran que el mayor choque para la economía, desde el lado de la oferta, habría estado entre la última semana de marzo y la primera mitad de abril, después de la cual inició la reapertura gradual de algunos negocios.

El que tomará más tiempo en recuperarse será el consumo, afectado por el menor ingreso de los colombianos que es a su vez producto de los despidos o el cese de actividades en el caso de los informales, así como de los menores ingresos de las empresas.

De ese modo, dicho equipo de investigación y análisis económico espera una recuperación limitada para este año, que lleve a una contracción del PIB de 3 % para el total del año. Por el contrario, para Mauricio Santamaría, presidente de Anif, la recuperación no sería explosiva pero tampoco lenta. “Para el tercer trimestre ya vemos una recuperación, una actividad vigorosa y creciendo más de 3 % no lo veremos sino hasta mediados de 2021”, señala.

Para Santamaría, además, “la economía había arrancado muy bien, menos mercado laboral que en febrero fue bastante regular, pero todo venía creciendo muy bien y llegó la crisis, eso es triste porque iba a ser un gran año. El Gobierno ha hecho bien en meterle liquidez a la economía, pero por la situación fiscal ha sido poco y ya ha pasado mucho tiempo”.

Además, una de las debilidades estructurales del país podría ser en este momento una fortaleza que le ayude a una mejor recuperación frente a muchos otros en el mundo: la informalidad laboral.
Aunque fueron los primeros en verse afectados y están en el sector de los más vulnerables y quienes recibieron un choque mayor según los diferentes estudios que se han hecho sobre el golpe que recibió la fuerza laboral en el país, los informales pueden tener una mayor flexibilidad para reinsertarse en el aparato producto con la reapertura.

Javier Mejía, asociado posdoctoral en la división de Ciencias Sociales de la Universidad de Nueva York— Abu Dhabi, explica que, en países como Estados Unidos, su mayor formalidad y especialización en el servicio o bien prestado es ahora un inconveniente pues les permite una rápida transformación para cubrir otro sector de la demanda.

El país tiene, además, al menos cuatro sectores que podrían reactivarse más rápidamente o con mayor impulso a medida que levanten los confinamientos y la actividad productiva retorne a una relativa normalidad.

Construcción

EFE / Carlos Ortega

En el caso de construcción, el sector podría verse favorecido por una base baja de comparación estadística una vez se empiece a recuperar. Pero también se enfrentará a nuevos retos.
Carolina Monzón, jefe de análisis económico de Itaú, señala que “la construcción, aunque representa 6 % del valor agregado de la economía y ya tenía un desempeño algo desfavorable desde el año pasado, es muy importante desde el punto de vista del empleo y de las obras civiles y creemos que se va a reactivar también de forma gradual, pero tiene este inconveniente que no traía una dinámica tan positiva desde 2019”.

En ese sentido, José Ignacio López, destacó que el subsegmento de obras públicas será importante pues “las vías 4G que este año van a aportar entre siete y ocho billones de pesos en inversiones, emplean 72.000 personas, yo creo que en últimas un proyecto más ambicioso de las vías 4G podría liderar la recuperación en el corto y mediano plazo”.

Pero el sector de edificaciones también jugará su papel. Aunque este año ese subsector tendría una caída de entre 8 % y 11 % según Itaú, “a mediano plazo en el sector va a haber una reconfiguración importante, probablemente este choque podría implicar algún cambio en las densidades de las ciudades, hacer que la gente busque lugares más dispersos, con mayor espacio y esa reconfiguración abre unas nuevas oportunidades para un sector que claramente va a estar golpeado por esta coyuntura”, señala Monzón.

Andrés Leal, Founder de Colombia Proptech y CEO de Triarii, destaca que “desde el punto de vista de la reactivación, los desafíos se centran, primero, en el rediseño los espacios; segundo, en colectar data del comportamiento del cliente en su intención de compra para entender cómo puedo se puede redefinir el desarrollo del producto inmobiliario con lo que el cliente demanda hoy; y tercero, el papel que juega la banca en el proceso de compra”.

En el caso del subsector de edificaciones, las empresas tendrán que elevar sus inversiones en innovación y tecnología, lo que le permitirá mejorar la relación con sus clientes y recopilar más información de estos, para adaptar mejor su oferta.

Agricultura

Otro sector que será importante para el rebote de la economía colombiana será el de agricultura, que en el primer trimestre reportó un crecimiento de 6,8 % como consecuencia de la demanda de los colombianos y su actividad ininterrumpida durante la pandemia.

En el primer cuarto de año, las actividades de pesca y acuicultura crecieron 31,5 %, mientras que ganadería lo hizo 7,1 % y la silvicultura y extracción de madera se expandió 2,6 % según el Dane. La única actividad que decreció fue la caficultura, con una contracción de 13,9 %.

Este sector, que emplea a cerca de tres millones de personas, “no tiene una densidad muy grande de gente en un espacio físico entonces se presta a las medidas de distanciamiento social y claramente por la demanda de alimentos y aumento de precios que hemos visto, debería ser un sector que debería crecer, liderar la recuperación y ocupar más gente”, explica José Ignacio López.

Comercio

Foto: Andrés Rodríguez

Pese al choque que recibió por los confinamientos, el comercio también es uno de los sectores llamados a impulsar el rebote de la economía.

Mauricio Santamaría señala que, por ejemplo, en grandes y medianas superficies ha logrado un buen empuje durante los confinamientos, por ser los lugares a los que acuden los colombianos para abastecerse, incluso con los cambios de comportamiento que incluyen una menor frecuencia, pero mayores montos en las compras.

Carolina Monzón agrega que el comercio, responsable de 17 % del Producto Interno Bruto del país, podrá impulsar la actividad dependiendo de la evolución de las medidas del Gobierno y de la propia pandemia en la segunda mitad del año.

“En algún momento vamos a ver algo de moderación en el consumo, no vamos a volver a los niveles de consumo que habíamos visto en el principio del año, pero sí creemos que el comercio también es el reflejo del consumo interno de la economía, afortunadamente las plataformas digitales en estos momentos contribuyen a ese proceso, pero quedan grandes retos en adelante, dependiendo de cómo evolucione la cuarentena y cómo respondan los consumidores”.

Para Mauricio Santamaría, la reapertura del sector comercio puede llevar a un buen rebote de este y “en algún punto habrá que pensar en reactivar rápidamente restaurantes y peluquerías que la gente es la mayoría informal y lo necesitan”

En el lado externo, el sector dependerá de la recuperación de los socios comerciales del país y el comportamiento que tengan las compras mundiales ahora.

Por ejemplo, el secretario general de la Comunidad Andina ha advertido que esta pandemia ha llevado a lo que denomina un proceso de ‘desglobalización’, lo que impulsará, más bien, la creación de nuevas cadenas de valor y transacciones comerciales entre los integrantes de la región.

Industria

Esta misma capacidad de recuperar exportaciones o reemplazarlas, así como alcanzar nuevos mercados, le permitirá a la industria mejorar su papel en una recuperación de la economía a mediano plazo.

Al respecto, Mauricio Santamaría ha advertido que “no hemos sido los más competitivos y creo que parte de eso tiene que ver con que pese a la apertura de los 90 seguimos siendo un país muy cerrado, nos falta dar un paso grande y abrirnos un poco y tratar de volvernos más competitivos”.

El economista agrega que, por ejemplo, el país no fue capaz de reemplazar sus exportaciones a Venezuela, mercado que le representaba ventas por cerca de 8.000 millones de dólares anuales en especial en bienes industriales manufacturados y alimentos.

Por su parte, José Ignacio López señala que “la industria que hoy ocupa a 2,6 millones de personas, es decir 12 % de los ocupados, es un sector que va a estar llamado a impulsar el crecimiento del país en la medida que vamos a tener una reconfiguración de la cadena global de valores, lo cual podría hacer pensar que vamos a tener más producción industrial a nivel regional, es decir en los países andinos e incluso en todo el continente y ese sería un importante sector para la recuperación a mediano plazo”.
Para lograrlo, según Mauricio Santamaría será necesaria también una discusión sobre “qué tipo de innovación queremos y cómo la vamos a lograr”.

Por otro lado, Carolina Monzón, destaca que “vamos a tener que estar muy pendientes de algunos sectores que son importantes en el empleo como la industria; comercio; servicios, que en este momento están bastante afectados; el sector minero también tiene grandes complicaciones, pero no tiene un uso de capital humano tan fuerte como el comercio o los servicios”.

De allí la importancia en la efectividad de los subsidios a la nómina que el Gobierno anunció como un pago de 40 % del salario mínimo legal para cada empleado de aquellas empresas que demuestren una pérdida de mínimo 20 % de su facturación por la crisis.

El desempeño de estos meses para la industria también dependerá de la efectividad y los resultados de su reactivación en abril. Según Investigaciones Económicas de Grupo Bancolombia, “abril sería el mes de mayor deterioro en la dinámica de la actividad productiva, como resultado de la vigencia del aislamiento preventivo a lo largo de todo el mes. Así pues, el resultado debería revelar contracciones mucho más considerables en los subsectores productores de bienes no esenciales y una fuerte disminución en sus ventas en el comercio”.

Los rezagados

Sin embargo, no todos los sectores económicos se podrán reactivar en el corto plazo y su recuperación dependerá, además de la confianza de los consumidores. Un ejemplo son el turismo y las actividades de recreación y entretenimiento.

En el lado del turismo, la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato) calculó 50.000 millones de pesos en ingresos que no se recibieron en el primer trimestre, las empresas del sector reportan que ya no tienen flujo de caja y la caída en sus ventas alcanza 70 %.

Además, en una encuesta de la asociación, 28 % de las empresas reportaron tener a sus empleados con suspensión de contratos y otro 52 % mandó a vacaciones anticipadas a sus empleados.
Por otro lado, 32 % de las empresas considera que no podrá reiniciar sus actividades sino hasta 2021. Apenas 14 % cree que podría iniciar este mes 13 % espera regresar en julio.

Mauricio Santamaría señala al respecto que “Turismo fue un sector muy exitoso gracias a los esfuerzos de los gobiernos desde el 2000 y los últimos años estábamos teniendo ingresos importantes pero el golpe que le ha dado el tema de salud pública ha sido muy fuerte y dudo que se recupere rápidamente porque tiene muchas partes en la cadena y todos estos sectores van a tardar bastante en recuperarse, habrá una apertura gradual que debe empezar lo más pronto posible”.

Los restaurantes también hacen parte de este segmento en el que, si bien las plataformas de pedidos de domicilios han ayudado a reducir el golpe, se ha pedido al Gobierno que habilite algún tipo adicional de apertura, como los take-out, con protocolos como mantener la distancia entre los clientes que llegan por su compra o instalar sillas y mesas fuera del establecimiento para la espera de estos.
Sobre esta idea, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, ha señalado en sesiones del Congreso que la idea le suena.

Otro caso es la industria del espectáculo, los conciertos y los bares que, por definición, requieren de la aglomeración de personas y que además de ayudas para mantenerse a flote mientras logran volver a abrir, después necesitarán campañas de confianza para que los clientes retornen con medidas de bioseguridad.

José Ignacio López advirtió que los sectores y trabajadores más vulnerables están en los “hoteles y restaurantes, entretenimiento”, entre otros sectores. Para Investigaciones Económicas de Corficolombiana, se podrían crear “ayudas adicionales para alguno de estos sectores, en particular para las empresas más pequeñas por ejemplo en comercio o entretenimiento que son sectores que están experimentando una contracción fuerte pero que obviamente mañana se van a recuperar”.

En ese sentido, el grupo sugiere subsidios a la nómina más altos que el propuesto por el Gobierno, enfocados únicamente para las empresas más pequeñas, mientras que a las medianas se les podrían condonar créditos si cumplen ciertas condiciones. “Esas son medidas que se podrían tomar, obviamente tienen un costo fiscal adicional y habría que mirar cuál podría ser la fuente de recursos para esas políticas”, concluye López.