Esta es la tercera entrega de una mini serie de cinco artículos que le enseñarán al detalle los ingredientes para construir un negocio exitoso.

Una de las metáforas que se usan con más frecuencia para asociar el proceso de formar una nueva empresa es el famoso “te tiras de un acantilado y montas tu avión en el camino hacia abajo”. Si no se resuelve el problema correcto en el momento correcto, ese es el final, y llegará muy rápido.

De hecho la mortalidad pone las prioridades en un claro enfoque y es por esto que es necesario contar con algo más que con una gran visión para aumentar nuestra probabilidad de éxito.

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En anteriores partes de esta serie vimos algunos de los componentes que pueden ayudarnos en nuestro camino para abatir las probabilidades en nuestra contra, y esta no es la excepción. En esta parte examinaré uno de los componentes más obvios pero tal vez de los que menos se habla a la hora de llevar una idea del papel a un negocio real: la frecuencia de consumo.

Cuando se está escalando un negocio, inevitablemente se rompen un montón de cosas y tal vez uno de los retos más grandes es que es imposible trabajar en todas a la vez. Es necesario clasificar y establecer un set de prioridades. De hecho si lo vemos de una manera práctica como responsables, fundadores o gerentes, estamos arreglando constantemente las cosas que harán que nuestros inversores tengan un mayor multiplicador de su dinero para que por consiguiente nuestra capacidad de conseguir capital nuevo aumente considerablemente junto con el valor de nuestra empresa.

Entendiendo que el crecimiento finalmente se compone de nada distinto a la frecuencia de consumo que tengamos de nuestra solución multiplicada por el número de usuarios activos, es fácil ver porqué una mayor frecuencia de consumo no solo potencia nuestro crecimiento sino que también nos permite obtener una retroalimentación más constante de nuestros usuarios.

Podemos aprender mucho más un producto al contar con usuarios que lo consumen varias veces al día que una o dos al mes.

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Dicho esto, el valor de tener un producto que resuelva realmente un problema para las personas se multiplica exponencialmente si este problema es recurrente. A mayor recurrencia, mayor es nuestro crecimiento en ventas y por ende podremos apalancar nuestro crecimiento no solo sobre un gran producto sino sobre el reiterado consumo de nuestros usuarios actuales.

Para terminar, vale la pena tener en cuenta que el consolidar un hábito de consumo con mayor frecuencia no solo aumenta el valor medio de la vida de nuestros usuarios sino que nos abre las puertas a experimentar con nuevas fuentes de revenue derivadas del famoso cross-selling, o venta cruzada por sus siglas en inglés.

Este es un elemento que las marcas de consumo masivo más grandes del mundo tienen plenamente identificado y que lo usan para aumentar sus portafolios de soluciones de manera horizontal.

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LinkedIn: Santiago Aparicio
*El autor es cofundador de Fitpal,la plataforma que permite acceder a una oferta de más de 90.000 servicios deportivos (clases y gimnasios) en un solo lugar y por un costo fijo mensual.

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