Juan Martín Caicedo, el presidente de la Cámara Colombiana de Infraestructura revela estudio sobre el impacto de ese sector en la economía.
Invertir 0,5 % del Producto Interno Bruto (PIB) en infraestructura de transporte durante los próximos 10 años aumentaría la tasa de crecimiento económico en 0,8 puntos porcentuales por año. Así quedó evidenciado en un reciente estudio elaborado por Fedesarrollo para la Cámara Colombiana de la Infraestructura.
Para llegar a esa conclusión, el centro de pensamiento cuantificó el costo asociado a 28 proyectos, identificados por la Cámara de la Infraestructura, en corredores terrestres, férreos, fluviales y aéreos. El valor proyectado de tan ambiciosa apuesta está estimado en unos $54 billones, a precio de 2019.
Del paquete de proyectos mencionados, 15 son de iniciativa pública y su financiación se daría con recursos del gobierno ($28,2 billones). Por su parte, los 13 proyectos restantes son de iniciativa privada y no tendrían fuentes públicas de financiamiento ($25,9 billones). Con base en esto fue, justamente, que se calculó el aumento de la tasa de crecimiento antes mencionada.
De acuerdo con Fedesarrollo, el tamaño del choque tendría su máximo en 2023 y 2024, cuando la inversión en infraestructura ascendería a 1,1 % del PIB en ambos años, con un efecto estimado en el crecimiento económico de 1,5 puntos porcentuales por año. Estos resultados no incluyen las ganancias en productividad y PIB potencial derivadas de una mayor capacidad y eficiencia de la infraestructura de transporte instalada, por lo que se pueden interpretar como una cota inferior a los impactos en materia de crecimiento.
Adicionalmente, el estudio determinó que el aumento de inversión en infraestructura se traducirá en generación de empleo. Las cifras son demoledoras: 159.000 plazas de trabajo directas al año, únicamente en la etapa de construcción. En otras palabras, lo anterior equivaldría a la creación de 1,5 millones de puestos de trabajo directos en toda la década. Ello sin tener en cuenta los empleos indirectos que se generarían durante el mismo periodo: cerca de un millón.
Por su parte, en lo que tiene que ver con la tasa de pobreza, Fedesarrollo determinó que el mayor crecimiento económico generaría una reducción de 0,5 puntos porcentuales en dicho indicador, lo que significa que cerca de 246.000 personas saldrían de esa condición, con un máximo de reducción de alrededor de 434.000 individuos entre 2022 y 2023.
Estos resultados reflejan la importancia de la inversión en infraestructura sobre la economía nacional, especialmente por su utilidad como una herramienta contracíclica en esta coyuntura. Al ser un sector con amplia presencia territorial, que puede operar en diversas locaciones geográficas e impactar una variedad de modos de transporte, se convierte en un motor fundamental para la generación de valor agregado y empleos en el corto plazo, dice Fedesarrollo en su investigación.
Lo anterior es especialmente importante de cara a la actualidad económica del país, en donde el crecimiento ya se está impactado negativamente por cuenta de los efectos del Covid-19 y los bajos precios del petróleo. Así pues, la inversión en infraestructura será la aliada ideal para la reactivación del crecimiento, el aumento del empleo y la reducción de la pobreza.