El ser innovador paga. Los emprendimientos innovadores crecen 88% más que los emprendimientos no innovadores.

Por: Isabela Echeverry*

El pasado 9 de julio se publicaron los resultados del GEM Colombia, el estudio de percepciones y motivaciones de la población adulta donde a junio de 2019 participaron 150.000 adultos de 50 países, 2.109 de ellos en Colombia.  Como siempre, el reporte hace un llamado a los desarrolladores de ecosistemas para cerrar brechas en política pública e industria de soporte al emprendimiento en el país. Este año, la fuga en las 5 etapas de la tubería empresarial nos deja en niveles inferiores al 2015, ya que de un 61% de adultos que “acepta el emprendimiento” como “elección deseable”, sólo nace el 15% de estas empresas y sólo el 4,3% se establecen por encima de 3,5 años.

Desde el 2013 Colombia avanzó en la dirección correcta al empezar a diferenciar y a potencializar los emprendedores por oportunidad (aquellos que identifican una oportunidad en el mercado) versus los de necesidad (emprenden por escasez laboral). Pero para para impactar la permanencia empresarial de Colombia por encima de los 3,5 años, ya la cuestión va más allá de identificar una oportunidad, y es emprender con un modelo de negocio innovador y escalable.

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Para una muestra reciente de lo que sucede en el país, de las 1.600 aplicaciones que llegaron al programa Acelera Región de iNNpulsa Colombia con el liderazgo metodológico de la Cámara de Comercio de Cali, al cierre de su convocatoria el pasado mes de junio, el 53,7% de los registrados se lanzó a emprender porque identificó una oportunidad de negocio, 41,8%, emprendió para ser su propio jefe y un 4.5% lo hizo por necesidad. Sin embargo, sólo el 21% de los emprendimientos de oportunidad son innovadores y escalables, es decir, son los que tienen el potencial de sobrevivir por encima de los 3,5 años.

Lo bueno; esos “top of the class” están presentes en las 8 regiones de Colombia así que la centralización de hace unos años se ha reducido. Lo malo; aún tenemos unos emprendimientos con modelos de negocio débiles y poco innovadores. Por un lado, el 72% de los aplicantes emprendió con un modelo de negocio que no se diferencia de su competencia a nivel local, y por el otro, sólo el 28% tiene un modelo de negocio con el que puede competir y escalar en el mercado regional y nacional. 

El ser innovador paga. Los emprendimientos innovadores crecen 88% más que los emprendimientos no innovadores. Más allá de seguir movilizando la política pública, y ofrecer programas que no diferencien el segmento emprendedor, las entidades de apoyo debemos ser los guías y “coaches” que retan a los emprendedores a renunciar a modelos de negocio poco sofisticados y escalables. Pero es el emprendedor quién debe tener la valentía para desapegarse emocionalmente de negocios insostenibles y así invertir su tiempo y recursos en proyectos que no sólo trasciendan los 3,5 años sino que marquen una diferencia para el país.

Contacto:

Isabela Echeverry*

*La autora es politóloga con énfasis en Relaciones Internacionales de Saint Anselm College en New Hampshire, USA. Magister en Asuntos Internacionales, con un enfoque en Desarrollo Económico y Político del School of International and Public Affairs de Columbia University en Nueva York. Se ha desempeñado en cargos ejecutivos y gerenciales en los sectores público, privado y en entidades sin fines de lucro y actualmente es la Directora de Emprendimiento e Innovación de la Cámara de Comercio de Cali. Su propósito superior es promover la estrategia para el crecimiento e innovación del Valle del Cauca.​

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.