Virgilio Barco y Santiago Álvarez, socios de Alive Ventures, contaron a Forbes que están en búsqueda de compañías innovadoras que ofrezcan soluciones a poblaciones de bajos ingresos.
Acceder a recursos para hacer crecer una empresa es uno de los mayores obstáculos de los emprendedores cuando inician una compañía, así que se crea mucha expectativa cuando aparece un nuevo actor que podría llegar a ser el tan esperado inversionista.
Acumen Latam Impact Ventures (Alive Ventures), con sede en Bogotá, completó hace poco el recaudo de US$28 millones para su nuevo fondo Acumen Latin America Early Growth Fund (Aleg), que serán orientados a compañías innovadoras que se encuentran en etapa de crecimiento, que se enfocan en generar impacto y abordar los desafíos que enfrentan las comunidades de bajos ingresos en toda la región, particularmente en Colombia y Perú.
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“Vimos como hay muchas empresas con enorme impacto social con equipos emprendedores extraordinarios y perspectivas de mercado muy interesante”, le dijo a Forbes Virgilio Barco, cofundador y socio director de Alive Ventures. “Nuestro propósito es doble, el retorno a inversionistas de capital, pero también la misión de apoyar empresas que están llevando servicios y productos a poblaciones de bajos ingresos”.
Acumen, una organización global que apoya a empresas de alto impacto social, es el principal patrocinador del nuevo fondo. Sin embargo, llama la atención que, a diferencia de la generalidad en la industria del Venture Capital (o capital de riesgo), que tiene que acudir a grandes nombres de Silicon Valley, en Alive consiguieron que un tercio de sus inversionistas, fueran colombianos.
Figuran entre los inversionistas Bancoldex, Mercantil Colpatria, Fundación Bancolombia, Fundación Sura, Fundación WWB, el IDB Lab, el DGGF y la Fundación MacArthur.
“Es uno de los factores que nos sentimos orgullosos, fue un reto complejo que tomó bastante tiempo y demandó mucha paciencia, nos tocó sobreponer muchas barreras”, expresó a Forbes Santiago Álvarez, cofundador y socio director de Alive, quien cuenta que en julio de 2018 levantaron su primer capital.
Las inversiones se harán en modelos de negocio “Innovadores, probados, escalables y resilientes” en sectores como agronegocios, acceso a la energía, educación y acceso al empleo formal. En el portafolio del fondo ya están la edtech Crehana (Perú), Suncolombia (Colombia), Phoenix Foods (Perú) y Levee (Brasil). Con ellas, calculan haber impactado 2.619.360 vidas hasta mediados de 2020.
Cuando se refieren a impacto, cuenta Barco, adoptan un marco conceptual de Acumen en el que se entiende cómo se están transformando vidas, a qué poblaciones están llegando, cómo están mejorando sus ingresos y cómo han mejorado en dimensiones específicas y medibles de calidad de vida. “Las consideraciones de sostenibilidad y medio ambiente también son críticas”, agrega.
De acuerdo con Álverez, la búsqueda de posibles compañías para su portafolio, se da en un “ejercicio muy juicioso”, de conectar con actores locales que trabajen en las diferentes verticales, entidades de Gobierno y agremiaciones. “Nos diferencia de cualquier otro fondo las variables de la población que se ve beneficiada por parte de la empresa en sus condiciones de vida”, indica. “Ponemos la equidad de género como algo fundamental”.
Jacqueline Novogratz, fundadora y CEO de Acumen, manifestó que con esta apuesta expanden su apoyo en América Latina, al desarrollo de nuevos modelos de negocios centrados en el bienestar de las comunidades de bajos ingresos y el medio ambiente.
Alive Ventures quiere “proporcionar retornos atractivos ajustados al riesgo para sus inversores; construir una comunidad vibrante de inversionistas con ideas y valores afines que realmente se preocupen por el impacto, hacer las cosas diferente; la creación de valor para todos los actores involucrados en cada una de las cadenas de valor en donde invierte; y fortalecer el ecosistema de inversión de impacto en América Latina mediante la colaboración y el intercambio de conocimiento”.