“No se trata de crear soluciones geniales e innovadoras, se trata de cómo se usan y cómo les ayuda a las personas”, dice Sameer Sharma, director global de ciudades inteligentes y transporte de Intel.
Una cámara ubicada en la más congestionada de las autopistas podría hacer mucho más que tomar foto multas. Podría, en tiempo real, volcar en la nube, con capacidad de cómputo, un análisis detallado sobre el tráfico para tomar mejores decisiones, pero, además, advertir sobre el accidente que acaba de suceder o los espacios de parqueo libre.
“Las ciudades no deben esperar a tener Edge AI o conexiones 5G, que en algún momento se volverán tecnologías críticas, porque hay suficientes opciones sobre la mesa, hay soluciones”, le dijo en entrevista a Forbes Sameer Sharma, director global de ciudades inteligentes y transporte de Intel. “Hay que planificarlo, cada ciudad y cada país tiene necesidades únicas y las prioridades cambian”.
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Para Sharma, que es consultado por autoridades del mundo entero para ver cómo volver inteligentes sus ciudades, hay tres prioridades que se comparten en todos lados. Son ellas la movilidad, la seguridad pública y la sostenibilidad medioambiental.
A todos estos problemas, hay una palabra que une a firmas tan diferentes como Intel, Cisco, IBM, Siemens y Qualcomm: datos.

“La gente está exigiendo un cambio, quieren tener un aire más limpio para respirar, no quieren perder cuatro horas diarias transportándose en el tráfico de Río, Bogotá o Los Ángeles. Recolectar, analizar y gestionar datos tiene un impacto muy inmediato en la calidad de vida de las personas”, explica Sharma. “No se trata de crear soluciones geniales e innovadoras, se trata de cómo se usan y cómo les ayuda a las personas”.
Un caso inmediato que ubica en los últimos meses es la aplicación del internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), para atender la emergencia sanitaria del COVID-19. Por todos lados se ubican cámaras térmicas midiendo la temperatura de las personas, aplicaciones rastreando contactos y en unas pocas ciudades, como Medellín, se han explorado pilotos de robots haciendo entrega de comida para evitar contacto.
“Debería haber un balance entre respetar la privacidad individual y al mimo tiempo brindar datos suficientes para comprender lo que está sucediendo en una ciudad”, comenta Sharma. “Se necesitan datos para diseñar carreteras y dar suficiente espacio para la gente que quiere moverse en bicicleta. Los datos se han usado en el pasado, pero el COVID-19 ha acelerado esa intersección de datos de salud públicos y privados para ayudar en la reapertura de las ciudades”.
En el marco de ese concepto de ciudades inteligentes, con las adquisiciones de las compañías Mobileye y Moovit, Intel quiere poner en las calles algo que suena muy futurista: los robotaxis. Sharma -que ha trabajado durante años con Moovit, porque Intel ya había invertido en ella antes de adquirirla- indica que esto se trata de una gran apuesta de movilidad como servicio y transporte público como servicio, y que son acciones integradas a la gran estrategia de Internet de las Cosas de la compañía.
En este caso, Mobileye, con su tecnología de asistencia de conducción autónoma, podrá utilizar el gran conjunto de datos de transporte patentado de Moovit para optimizar las tecnologías predictivas basadas en la demanda del cliente y los patrones de tráfico, así como aprovechar el repositorio de datos de tránsito de Moovit de más de 7.500 agencias y operadores clave de tránsito, y mejorar al consumidor experiencia para más de 800 millones de usuarios en todo el mundo.