Abrieron su canal propio de comercio electrónico e introdujeron nuevos platos de precios más accesibles a los de antes.

Una de esas cadenas de restaurantes que llegó a refrescar la escena gastronómica en Bogotá es Poke, que además de posicionarse en la ciudad, tenía todo un plan de expansión que le había permitido abrir sus puertas en Medellín y Barranquilla, pero llegó la pandemia.

Camilo Obregón e Isabella Fernández, que fundaron Poke en 2016, tomando atributos del plato típico de Hawái, como todos los empresarios, experimentaron una fuerte incertidumbre y un desplome en sus ventas con los bloqueos y las medidas de contención, pero con un plan de adaptación, están llegando a niveles de facturación del 70% que tenían en febrero antes de que todo explotara.

“Es un momento de muchísimas oportunidades en el que la recursividad ha sido muy importante para agregar ventas y agregar valor, estamos haciendo nuestra propia plataforma de comercio electrónico, ventas por Whatsapp y productos que se adaptan más al bolsillo de los colombianos”, dijo Fernández a Forbes.  “Es un concepto más elevado que la comida rápida, no cruzamos la línea de ser un restaurante formal para tener precios más accesibles”.

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Camilo cuenta que, iniciaron con un menú bastante sencillo y con el concepto de personalización. Fueron al principio cinco platos y han ido agregando más cosas en un proceso de escucha a los clientes. “Es entendiendo lo que nos piden”. Para dar más variedad han incluido productos cocidos, cerdo desmechado, camarones salteados, apanados, diferentes opciones para dar más variedad al cliente.

Se trata de un plato saludable y balanceado, de preparación rápida, en promedio 8 minutos, y servido en un bowl.

Tienen 17 puntos de venta en Cajicá, Bogotá y Medellín y entre las medidas para mitigar el impacto económico de este año, decidieron cerrar el que habían abierto en Barranquilla. En 2018 también abrieron su primera cocina oculta y hoy tienen 5 cocinas ocultas en Bogotá y Medellín.

Una de las formas que más los ha dado a conocer, es su presencia en Rappi, plataforma con la que tienen exclusividad, aunque ahora también tienen canal propio y su visión a futuro es fortalecer el canal presencial. “Creemos mucho en ser una marca híbrida”, dice Isabella. “Acá hay platos desde vegetarianos, hasta con ingredientes y carga calórica”.

Isabella y Camilo hacen parte de la red de emprendedores Endeavor desde 2018, luego de pasar por un panel internacional de selección en Buenos Aires. “Para entrar hicimos todo un proceso de preparación que duró un año, recibiendo retroalimentación de mentores y de consultores, trabajando con las tareas y fuimos estructurando el modelo de negocio, que nos permitiera escalabilidad y alto impacto”, refiere Obregón.

Este año van a decrecer 17% y van a facturar la mitad de lo que tenían proyectado para 2020, teniendo en cuenta que tenían programadas seis aperturas que quedaron en pausa hasta 2021. Isabella explica que lograron negociar con arrendadores para reducir los gastos fijos.

“Este ha sido un tiempo muy difícil para la industria, más que reinventar era adaptarse y sacar lo mejor de cada situación, en vez de tomar decisiones tardadas, esperamos que la reactivación del sector se haga para seguir creando valor”, señala Camilo.

Paralelamente, desde el año pasado, eliminaron el 80% del plástico que se usaba en la cadena de valor. “Es un tema de coherencia, porque el plástico termina en los océanos y allá está nuestra materia prima”, indica Obregón, al explicar que hay un desabastecimiento de empaques de papel Kraft que los ha puesto en la difícil decisión de volver a usar plástico, pero que apenas haya disponibilidad de empaques, volverán a retomar sus iniciativas de sostenibilidad.