El emprendedor colombiano Andrés Gutiérrez, cofundador de Tappsi, TPaga y Mi Megáfono, le pone un fuerte enfoque social a las compañías tecnológicas que lidera.
Sentado en un café en el Parque de la 93 de Bogotá, Andrés Gutiérrez hizo en 2012 algo que más que ganas, requería de sagacidad: dejar atrás su carrera como administrador de empresas que había tejido en un par de compañías y un fondo de capital de riesgo que había creado en una época en la que en el mercado colombiano este concepto, en los términos de hoy, era casi que escaso.
Con el ingeniero Juan Salcedo, revisaron cerca de diez ideas que tenían en conjunto para crear un nuevo negocio y se fueron por Tappsi, una aplicación de taxis que apareció cuando Uber todavía no había llegado al país. “Usted echa código y yo vendo”, fue el trato de Gutiérrez con Salcedo.
Andrés no sabía nada de la industria de taxis, pero llamó al taxista de confianza de su abuela para contarle la idea, aunque había varios problemas; el concepto de aplicación estaba en una etapa tan temprana que, de unos 200.000 conductores en Colombia, solo 1.000 tenían un teléfono inteligente. Ese taxista era cercano a otros 10 taxistas, con los que fueron creando una red.
En Tappsi buscaron a Claro para que les subsidiara 30 celulares, recibieron un capital de Innpulsa y emprendieron un trayecto que los llevó a ser la primera aplicación colombiana en tener 2 millones de descargas y a transportar 1,5 millones de colombianos al mes, siendo el segundo mayor transportador de gente en el país después de Avianca.
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Cuatro años después, los cofundadores de Tappsi estaban en Sao Paulo (Brasil) firmando una absorción por parte de la principal compañía de taxis de la región en ese entonces, Easy Taxi, la cual fue comprada por la española Cabify. Con una salida bajo el brazo, Andrés y su socio habían solucionado la mitad de un problema, porque al no existir pagos de un clic desde móviles, la mayoría de los pagos se hacía en efectivo.
Bancarizar a los taxistas, era una tarea titánica. “Intentamos bancarizarlos con bancos aliados, pero a los dos días nos devolvían el plástico porque no se lo recibían ni en la panadería ni en la pescadería”, recuerda Gutiérrez. “En el barrio Siloé de Cali no había un cajero porque donde están los cajeros no están los no bancarizados”.
Por eso, se crearon una billetera digital, a la que le hicieron un spin off antes del trato con Easy Taxi, llamada TPaga, con la que, por primera vez, un taxista estaba recibiendo el pago en su celular y pagando facturas sentado en su taxi. En 2017 fueron aceptados en la aceleradora YCombinator y decidieron dedicarle todo el producto a la billetera digital. Habían levantado US$2 millones, tres veces más lo de Tappsi y a la fecha han recaudado más de US$3,5 millones de inversonistas.
“Esto es super regulado, lo que exige a innovar a otro ritmo”, dice Gutiérrez sobre TPaga, la billetera digital con más de 200.000 usuarios que durante la pandemia pasó de procesar US$1.2 millones a US$2.6 millones al mes.
TPaga es la única billetera digital en Colombia que agrupa en un mismo ecosistema pagos con códigos QR, pago de facturas, recepción de giros internacionales, retiro de dinero e inversión en fondos de inversión colectiva.
Como si no quisiera quedarse quieto, como inversionista ángel, Andrés Gutiérrez participa en compañías como Muvo y EnLaU, además de ser mentor en la aceleradora Rockstart.
“Haber llevado a Tappsi y a Tpaga a los niveles internacionales que han llegado, son prueba de su calidad de emprendedor serial con pensamiento exponencial que hace uso de la tecnología para impactar positivamente a millones de latinoamericanos”, dice sobre Gutiérrez el CEO de HubBOG, René Rojas, quien ha sido mentor de algunas de sus compañías.
“Su sensibilidad por lo social y su claridad en la responsabilidad ambiental, que todos debemos tener al emprender, lo llevan por el camino del éxito en los emprendimientos por venir”, dijo Rojas.
En los últimos meses, Andrés Gutiérrez ha estado dedicando tiempo a su más reciente empresa: Mi Megáfono, que cofundó junto al periodista Luis Carlos Vélez y Camilo Nova de la fábrica de software Axiacore, que es una plataforma para permitir a pequeños empresarios pautar en medios masivos, según su presupuesto bolsillos.
“Ninguna startup habría podido jamás pautar en radio como lo estamos permitiendo”, expresa Gutiérrez. “Los anunciantes están dudando en poner su publicidad al lado de noticias falsas o de contenidos que incitan al odio, como puede ocurrir en Facebook y Youtube”.
Vélez lo buscó, preocupado por el declive de los ingresos en el modelo de negocio de la prensa, que cumple un rol esencial en la democracia y la economía. En esta iniciativa se han aliado con decenas de emisoras de radio en Colombia y Panamá, están trabajando en algoritmos de aprendizaje automático para mejorar la oferta y esperan llegar pronto a más países de América Latina, involucrando más medios de comunicación.
Él tiene un historial para ganar confianza de inversionistas, ejecutar e internacionalizarse, con el impacto social y la tarea de demostrar que podrá escalar como lo ha hecho antes.