No es suficiente con entender que el mundo es diferente. Los gerentes deben transformar su actitud para tomar acciones y enfrentar los cambios.

Una de las frases que comúnmente escuchamos por estos días, frase por demás abrumadoramente cierta, es que el mundo cambió. Pero no sólo cambió a raíz de la crisis derivada de la pandemia de la Covid-19: ya venía cambiando en los últimos años, a un ritmo cada vez más acelerado; lo que hizo la pandemia fue agudizar la transformación e intensificar su ritmo.

Por ese hecho, hace algunos años comenzó a utilizarse, en el contexto del liderazgo estratégico organizacional, el término VUCA. Esta sigla, acuñada de cuatro palabras en inglés (volatile, uncertain, complex, ambiguous) quiere decir que el ritmo de cambio es tal, que el mundo actual se ha tornado volátil, incierto, complejo y ambiguo.

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Es necesario examinar cada uno de los componentes:

  • Volátil: se refiere a la característica constante del cambio y a su rapidez.
  • Incierto: el hecho de que haya cambios constantes y rápidos hace mucho más difícil predecir o inclusive entender lo que va a suceder en el futuro.
  • Complejo: cada vez hay más y más variados factores en acción que afectan el mundo y sus efectos no siempre son conocidos o previsibles.
  • Ambiguo: por la rapidez y complejidad de los cambios, no es fácil tener una idea clara o una interpretación precisa acerca de lo que sucede. 

Ahora bien, claramente no es suficiente con entender que el mundo es diferente hoy. En particular, en el ámbito de los negocios, es necesario transformar nuestra actitud para tomar acciones y enfrentar los cambios. Es aquí cuando entra en acción el espíritu innovador que deben tener los Gerentes 4.0.

Aunque tiende a pensarse en la innovación como el acto de crear algo enteramente nuevo, el autor Marcos Cristal propone una mirada diferente: “En general lo nuevo no es absolutamente nuevo, sino una nueva combinación, conexión, entre al menos dos elementos ya existentes que aparentemente no iban juntos”. En el mismo contexto de innovación, el autor nos habla de asumir una actitud exploradora, tener coraje, lanzar y poner a prueba nuevas  ideas, cruzar un umbral: en síntesis, atreverse a pensar y hacer cosas diferentes, de manera diferente.

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Evitar caer en un estado de parálisis generado por la incertidumbre es clave en la actitud proclive a la innovación, lo que el profesor de estrategia y autor, Nathan Furr, denomina “incertidumbre improductiva”. Ante ella, contrapone tres ideas:

  • Mantener la mente abierta a todas las opciones, presentes y futuras: Significa forzarnos a considerar posibilidades más allá de nuestras circunstancias inmediatas.
  • Mirar las alternativas en términos de probabilidades y no de resultados binarios: Esto es, evitar pensar en resultados extremos o escenarios de todo o nada, y evaluar las salidas dependiendo de su probabilidad.
  • Recordar que siempre existen posibilidades: Aún en los momentos más difíciles y en las situaciones más complejas, es posible encontrar salidas.    La innovación significa entonces, primero que todo, asumir una actitud distinta y nueva ante los cambios y las adversidades, dotándonos de una disposición positiva a explorar, examinar, considerar y, por supuesto, actuar.  

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LinkedIn: Eduardo Muñoz Gómez
*El autor es Magister en Economía, Director MBA – Executive MBA, PRIME Business School, de la Universidad Sergio Arboleda.