Ser un 'remoter' no es tener grandes vacaciones prolongadas. Sí, puedes elegir viajar a lugares hermosos. Sí, puedes ver el mundo. Pero también tienes que trabajar.
Trabajar 100% en línea y viajar por todo el mundo … suena totalmente increíble y, gracias a la pandemia, es más posible que nunca. Pero, ¿cuál es la realidad detrás del glamour? Y, si tiene responsabilidades, ¿qué tan práctico es? Aquí, voy a hablar de los altibajos de ser un trabajador 100% remoto y las estrategias más efectivas para comenzar a hacerlo.
Hace 20 años, lo llamaban ‘teletrabajo’. Hace diez años, Lea Woodward acuñó el término “independencia de ubicación” para describir el estilo de vida. Tim Ferriss lo llevó a una nueva audiencia en The 4-Hour Work Week, calificando a las personas que habían diseñado sus vidas en torno a la libertad como ‘Los nuevos ricos’. Luego, la terminología pasó a un término muy popular en la primera década de los 2000: el nómada digital.
No obstante, hoy en día debido al COVID cada vez empezamos oír que las empresas se autodenominan “remote-first” o “remote-friendly”, volviendo de esta forma a los que trabajamos descentralizadamente en “remoters”.
En un mundo cada vez más descentralizado donde los precios de los vuelos están cayendo y la tecnología se desarrolla a un ritmo vertiginoso, trabajar en línea desde cualquier parte del mundo nunca ha sido tan accesible para tanta gente.
Para los atados al escritorio, los insatisfechos y los aventureros, parece el paraíso. Pero, ¿qué significa realmente ser un remoter?, ¿De qué se trata y para quién es adecuado? Y, si quieres convertirte en uno, ¿cómo lo haces?
Las concepciones erróneas comunes
Con el ‘glamour’ digno de Instagram de los viajes globales como un estilo de vida a tiempo completo, el movimiento remoter ha atraído mucha atención de los medios y, sin embargo, todavía existen algunos conceptos erróneos sobre lo que realmente es el estilo de vida.
Ser un ‘remoter’ no es tener grandes vacaciones prolongadas. Sí, puedes elegir viajar a lugares hermosos. Sí, puedes ver el mundo. Pero también tienes que trabajar. Moverse como un mochilero (es decir, cada pocos días) mientras tratas de mantener un horario de trabajo razonable es casi imposible, y si tiene un negocio en línea o se trabaja con una empresa digital, definitivamente es más probable que te encuentren mirando tu laptop en un café o un espacio de coworking que meditando en la cima de una montaña.
Lo grandioso
El dinero dura mucho más. Si estás iniciando un negocio y deseas mantener los costos bajos, mudarse a un país o ciudad con un costo de vida bajo es una excelente manera de hacerlo. No solo esto, sino mudar tus oficinas a internet harán que ahorres miles de dólares en contratos de arriendo y todo lo que mantener un espacio físico conlleva.
De hecho, otra ventaja gigantesca es que los costos de vida bajan esencialmente. No hay costos de transporte, ni de comidas por fuera y lo mejor es que todo este es tiempo que puedes usar para ser productivo.
La realidad
En última instancia, la flexibilidad y la libertad de la vida es lo que persiguen la mayoría de los remoters. Siempre que haya una conexión a Internet decente, se pueden diseñar nuestros movimientos en torno a lo que funcione para nosotros, ya sea perseguir el verano en todo el mundo o adaptarse a los eventos de la vida que le importan, donde sea que se encuentren.
Sin embargo, lo que sí es cierto es que es necesario tener un esquema de trabajo y una rutina estable que nos permita plantear objetivos cuantificables para poder crecer nuestro negocio. Es por esto que independiente de si estamos trabajando desde la playa o las montañas el día a día siempre va a constar de una rutina constante y eficiente que nos permita organizarnos con nuestros equipos para alcanzar los resultados señalados.
Contacto
LinkedIn: Santiago Aparicio
*El autor es cofundador de Fitpal,y TOP.
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