Lo cierto es que las inversiones milagrosas no existen. Acá algunas de las razones sobre por qué no creer en estas propuestas, incluso si vienen de alguien cercano.

En más de una ocasión, buenos amigos han pedido mi opinión acerca de oportunidades de inversión donde les prometen rentabilidades que rondan el 8 % mensual.  Normalmente, estas oportunidades son ofrecidas por un amigo o familiar de alguien muy cercano a ellos.

Esta persona suele ser joven, dice ser brillante y llevar “mucho tiempo” manejando este tipo de inversiones; aunque en todos los casos que yo conozco, nunca se trata de alguien con experiencia real en el sistema financiero internacional. Es decir, nunca es alguien que haya manejado portafolios en un banco de inversión o una firma de capital privado de escala global.

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Mi opinión al respecto siempre es la misma. Pienso que, con toda seguridad, esas oportunidades se tratan de engaños o negocios ilícitos. Las razones para pensar esto son muchas. En otro momento me gustaría abordarlas en detalle. Por ahora, quisiera hablarles solo de una de ellas. La que yo considero la razón fundamental. Una rentabilidad del 8 % mensual es extrañísimamente alta.

Para entender por qué, empecemos por pensar que un estudio recientemente publicado en el Quarterly Journal of Economics toma datos de diferentes partes del mundo, cubriendo casi 150 años de historia, y encuentra que la rentabilidad real de los principales activos disponibles para invertir ha sido entre el 1 % y el 8 % anual (sí, anual, no mensual).

Esta cifra claramente se trata de un promedio en el tiempo, en los mercados, y en los individuos. Es decir, en el último siglo y medio ha habido algunos años con mayores rentabilidades que otros, algunos mercados con mayores rentabilidades que otros, y algunos inversionistas con mayores rentabilidades que otros. No obstante, ninguno de los valores extremos en ninguna de estas dimensiones se ha tan siquiera aproximado a una rentabilidad del 8 % mensual. Revisemos la cuestión en detalle.

Empecemos con la variación entre mercados. Lo primero a entender es que, entre los activos de mayor calidad, la rentabilidad es inversamente proporcional a la volatilidad y el riesgo. Activos más volátiles y riesgosos suelen traer mayores rentabilidades promedio. Es así cómo, la finca raíz (housing) y las acciones (equity), activos expuestos a mayor volatilidad y riesgo, han sido sistemáticamente más rentables que los títulos de deuda (bonds y bills) (véase figura 1).


Figura 1. Tasas promedio de retorno real anual para diferentes activos a nivel mundial. 1870-2015

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No obstante, incluso tomando las acciones y la finca raíz como referente de los activos más rentables (ellos, respectivamente, han rentado el 6,8 % y el 7,2 % promedio en el último siglo y medio), el rendimiento promedio de estas inversiones en los últimos 150 años no ha superado el 11 % anual. Esto, incluso en los países con mayor volatilidad (véase figura 2).

Figura 2. Relación rentabilidad y riesgo. Finca raíz y acciones. 1870-2017

Revisemos ahora la variación en el tiempo. En los últimos 150 años ha habido períodos extraordinarios para las inversiones. Las décadas de los 20s, los 60s, y los 80s del siglo XX, por ejemplo, fueron particularmente rentables, tanto para la finca raíz, como para las acciones. Sin embargo, en ningún año durante estas décadas, el retorno promedio mundial fue superior al 15 % anual. Y, aún más importante, estas rentabilidades extraordinarias siempre dieron paso a posteriores periodos de rentabilidades inferiores al promedio (véase figura 3).

Figura 3. Evolución de la tasa de retorno real anual para la finca raíz y las acciones a nivel mundial. 1870-2015

Finalmente, pensemos en la variación entre inversionistas. Por supuesto que algunos inversionistas han tenido un desempeño mucho mejor que el promedio. ¿Pero qué tan mejor ha sido este desempeño? Como punto de referencia, tomemos a Warren Buffett, uno de los inversionistas más famosos de los últimos 50 años, y una de las personas más ricas del mundo en la actualidad.

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Según CNBC, el retorno de las inversiones de Warren Buffett desde los 60s es alrededor del 22 % al año. Esto es extraordinario. Estamos hablando de una cifra de más del doble de la del mercado año tras año.

Apenas un puñado de inversionistas en el mundo han tenido rentabilidades más altas por periodos de tiempo tan largos. Quizá el campeón en este frente sea Jim Simons, quien fue uno de los precursores en el uso intensivo de datos y modelos matemáticos en el mercado financiero. El retorno del portafolio de Simons se estima en 66 % al año. Esto es tres veces la rentabilidad de Buffet. No obstante, incluso Simons se queda bastante por debajo de la rentabilidad que les prometen a mis amigos.

Démosle entonces algo de perspectiva a la cifra del 8 % de retorno mensual. Ésta, al componerse mensualmente, equivale a una rentabilidad de 151,8 % anual. Es decir, estamos hablando de una rentabilidad más de 20 veces superior al promedio internacional de los últimos 150 años, 10 veces superior al promedio internacional en el mejor año de este periodo, 13 veces superior al retorno del mercado más rentable durante este periodo, y más de 2 veces superior al retorno promedio del inversionista más exitoso de los últimos 50 años.

Así las cosas, los muchachos que le está ofreciendo las oportunidades de negocio a mis amigos, básicamente, prometen hacer algo que no ha sucedido en el mundo en los últimos 150 años.

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Por tanto, solo en dos contextos puntuales la promesa que ellos hacen tienen sentido. Primero, si el dinero es invertido en actividades ilícitas como la extorsión, el secuestro, o el tráfico de drogas. En estas actividades, la violencia permite limitar la competencia y maximizar la extracción de beneficios. El segundo contexto en el que aquella promesa de rentabilidad es factible es si se trata de esquemas Ponzi (es decir, pirámides).

En este contexto, a las primeras personas que ingresan al esquema se les paga con los aportes de una base creciente de personas que ingresan posteriormente. Así, en el corto plazo, mientras la base de personas que aportan aumente, pues es posible que los primeros reciban cifras de las magnitudes mencionadas. No obstante, como todos saben, esto no es sostenible en el tiempo.

En conclusión, quien sea que le prometa a usted una oportunidad de negocio que rente el 8 % mensual no espera nada diferente a hacerle daño a usted o alguna otra persona.

Contacto
LinkedIn: Javier Mejía Cubillos
*El autor es Asociado postdoctoral en la división de Ciencias Sociales de la Universidad de Nueva York- Abu Dhabi. Ph.D. en Economía de la Universidad de Los Andes. Investigador de la Universidad de Burdeos e investigador visitante en la Universidad de Standford.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.