En 2019 los fondos de capital destinaron más de US $4.600 millones al desarrollo de empresas tecnológicas latinoamericanas. Le contamos cómo aprovechar esos recursos.
Para la mayoría de las organizaciones y en especial para los nuevos emprendimientos, el capital de riesgo representa una alternativa fundamental para el crecimiento del negocio. Los apoya en etapas tempranas y sirve como una guía para el desarrollo y la toma de decisiones que permiten el cumplimiento de los planes de mediano y largo plazo, ya sea a través de la expansión del negocio actual, la generación de nuevas líneas productivas o la mejora en la estructura de capital.
Historia y evolución de los fondos de capital de riesgo
Quizás uno de los casos de emprendimiento más reconocidos en la historia y que nos pueden ayudar a comprender lo que significa su alcance, fueron las expediciones de Cristóbal Colón, financiadas en gran parte por los reyes católicos entre 1492 y 1502. El descubrimiento de América cambió el destino de Europa, y con el controversial retorno que produjo este emprendimiento, en forma de remesas de oro y plata; España se convirtió en una potencial mundial para el momento.
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Con muy pocas excepciones, durante la primera mitad del siglo XX, el capital de riesgo provenía de individuos y familias adineradas, tales como J.P Morgan. Cuenta la historia que el 4 de septiembre de 1882, este último, recibió en sus oficinas, ubicadas en la esquina de las calles Broad y Wall de Nueva York, a un joven llamado Thomas Alva Edison, quien le presentó un emprendimiento que consistía en encender mediante la generación de electricidad una lámpara. Fue tal el impacto de este invento que J.P Morgan después de una seria de inversiones adquirió la empresa de Edison, y años más tarde dió origen a la General Electric Company.
Luego de unos años la naciente y próspera empresa, reemplazó el modelo de corriente continua ideado por Edison, por la de corriente alterna desarrollada por Nikola Tesla, un ingenioso extrabajador de la misma compañía original de Edison y con quien sostuvo una feroz disputa por qué idea era más adoptada por la industria.
Gracias al olfato y visión de J.P. Morgan, Estados Unidos adoptó masivamente este modelo de generación de energía, que masificó el uso de la electricidad y transformó la forma de vivir en el mundo.
Los anteriores son dos ejemplos claves de cómo la combinación de capital y emprendimiento pueden generar las condiciones perfectas para desarrollar ideas que tienen el poder de transformar la forma como vivimos. Hoy, los fondos de inversión son una industria en EE. UU de más de 18 trillones de dólares y de la que 90 millones de estadounidenses actúan como inversionistas y han sido participes del éxito detrás de muchas de las marcas que usamos día a día tales como: Microsoft, Apple, Facebook, Instagram Whatsapp, Slack, Mercado Libre o Rappi entre otras.
Antes de la llegada del Covid-19, Latinoamérica pasaba por una época dorada de las inversiones del capital de riesgo. Según el informe anual de la Asociación de Inversiones de Capital Privado en la región (LAVCA), las inversiones de este tipo prácticamente se han duplicado anualmente desde 2016. En 2019 los fondos de capital destinaron más de US $4.600 millones al desarrollo de empresas tecnológicas latinoamericanas. Brasil fue el destino más atractivo ya que concentró más de la mitad de todo el valor. En tanto que Colombia representó casi el 24 % de las inversiones, México por su parte, ocupó la tercera posición, con una participación del 14 %.
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Emprendimiento y acceso a capital de riesgo
La mayoría de los emprendedores, en algún momento de nuestro camino entendemos que más allá de la pasión, las ideas y el talento se requiere de capital para materializar la visión de nuestras compañías y finalmente construir valor. Generalmente el siguiente paso es contactar a nuestro banco, del cual somos rechazados rápidamente, aunque si contamos con suerte nos siembran la idea de los fondos de capital de riesgo como una alternativa de financiamiento para nuestro startup.
A continuación, surgen una gran cantidad de preguntas y dudas que pasan por la mente del emprendedor por lo que quiero compartir las cuatro recomendaciones más importantes acerca de cómo manejamos este proceso en mi más reciente experiencia:
- Convicción y congruencia: Mi primera recomendación para quienes quieren levantar capital de fondos de capital de riesgo es que el equipo de fundadores y ejecutivo esté en la misma página del paso que van a dar y la responsabilidad que esto trae. Los fondos de capital de riesgos son vehículos transitorios de apalancamiento. Esto quiere decir que entran en una empresa apoyan su crecimiento pero en algún momento, generalmente entre 4 y 6 años, deben salir de la empresa. En ese sentido, no hay mejor socio para el emprendedor que entiende el reto que eso supone y que gran parte del trabajo en el proceso de creación de valor debe estar atado a encontrar la forma de generar liquidez para el fondo en el mediano o largo plazo.
- Equipo: En todas las etapas de una compañía el equipo es esencial. Los inversionistas saben que no existen emprendimientos perfectos y que el camino al éxito está lleno de aguas turbulentas, pero un buen equipo sabe navegar mejor en esas aguas. Asegurar que tienes un equipo sólido y comprometido con el largo plazo de la compañía va a ser fundamental en el camino que vas a emprender. En ese orden de ideas, es normal que encuentres cláusulas que asocien tu participación accionaria con la permanencia por un periodo de tiempo en la compañía.
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- Contacto y Relacionamiento: Cuando uno decide que el camino para el crecimiento que necesita la startup son los fondos de capital de riesgo, generalmente empieza a contactar cuanto fondo se encuentra en el camino. Mi recomendación es entender exactamente en qué etapa de emprendimiento estás. Los fondos de capital de riesgo hoy en día hacen un trabajo muy bueno en detallar las industrias en que invierte, la etapa de emprendimiento, el tamaño de inversiones. En otras palabras, asegúrate que estás hablando con los fondos claves para tu negocio, y relacionarte con ellos. Si estás en el mismo ‘código postal de la inversión’, seguramente van a querer escuchar tu historia. Nada va a pasar en la primera o segunda interacción, pero el relacionamiento que generes con los fondos es el que les permite crear la convicción de que eres un buen negocio a invertir.
- Crecimiento y Resultado: El proceso no termina cuando el fondo desembolsa la inversión que ha hecho en tu compañía. De hecho, ese es el comienzo. El fondo creyó en tu modelo de negocio y ahora es el momento de asegurar que el equipo de fundadores y ejecutivo ejecuta el plan para buscar el crecimiento y resultado que necesitas para incrementar el valor en la compañía y finalmente la tesis de inversión se haga realidad. Las compañías que no crecen tienden a morir un poco y en una compañía que está invertida por un fondo de capital de riesgo esto genera presiones negativas que es mejor anticipar asegurando que a todo nivel se maneja una actitud altamente enfocada en el crecimiento y resultado de la empresa.
Conclusiones
Algunas personas son muy buenas para idear e iniciar proyectos y empresas, pero no siempre tienen las mismas habilidades o cuentan con el músculo financiero para administrarlas y hacerlas crecer. Para crear empresas, hace falta mucho más que tener una visión o una idea por más buena que sea. La ejecución es clave y esta incluye hacer llegar este producto o servicio a la mayor cantidad de personas posibles en su determinada industria.
Los fondos de capital de riesgo o VCs (por su traducción al inglés Venture Capital Fund) definitivamente son una herramienta útil y necesaria, pero es importante tener en cuenta el compromiso que estamos tomando y la disciplina que se necesita para crear ese valor a los inversionistas y a nosotros mismos como fundadores del emprendimiento. ¿Es fácil? No, pero en mi opinión, nada de lo que vale la pena realmente lo es.
Contacto
LinkedIn: Ricardo Villadiego*
Twitter: @rvilladiego
*El autor es CEO y cofundador de Lumu, una empresa de ciberseguridad enfocada en ayudar a organizaciones empresariales a identificar amenazas y aislar instancias confirmadas de compromiso.
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