¿Qué hay detrás de aquellos 'gurús' que dicen haber descubierto la receta del éxito financiero y quieren que usted se sume a su curso? ¿Cuál es su similitud con un socialista?
Llevo meses fascinado con la figura del gurú financiero. Es un tipo de personaje que siempre ha existido, pero que parece haber proliferado recientemente.
El gurú financiero, aunque viene en varias versiones (el del trading, el del negocio multinivel, el de las criptomonedas), tiene una identidad bastante clara. Se trata de alguien que dice haber descubierto la receta para el éxito financiero y está dispuesto a compartirla con quien quiera adquirir su curso o participar de su esquema de inversión.
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Este personaje, que basa su existencia en resaltar uno de los fundamentos del imaginario capitalista, la opulencia, comparte, paradójicamente, los elementos esenciales del activista radical de izquierda. Sí, lo que estoy diciendo es que el personaje del Lamborghini y las gafas oscuras que promete a cualquiera hacerse millonario es, esencialmente, igual al personaje que suele liderar la protesta social con arengas que resaltan la grandeza del pueblo y condenan la existencia misma de millonarios.
Permítanme explicar por qué estos dos tipos de personajes son esencialmente iguales.
Para empezar, todo buen gurú financiero parte de definir el sistema existente como naturalmente injusto. Suele describir a las personas como esclavas de su trabajo; un trabajo donde su jefe es un holgazán que no tiene mayor mérito para gozar de dicha posición. Los slogans de “sé tu propio jefe” o “adquiere independencia financiera” son los mantras del gurú financiero.
Similarmente, todo buen activista de izquierda acoge la idea de la lucha de clases. Ésta, en su versión más sencilla, describe cómo los trabajadores generan un valor del que los capitalistas se apropian injustamente. Por esto, el activista invita a transformar el sistema y liberar al trabajador de su opresor.
Luego de definir cuán injusto es el sistema, todo buen gurú financiero pasa a plantear la posibilidad de un mundo mejor. El gurú habla de un mundo en el que las personas pueden tener altos ingresos, disfrutando de mucho tiempo libre y ningún tipo de estrés. Así mismo, el activista de izquierda habla de un mundo lleno de derechos, uno donde las carencias no existen y la vida es agradable y plena.
Curiosamente, a la hora de hablar cómo se llega a este mundo mejor, tanto el gurú financiero como el activista de izquierda suelen ser bastante más breves y vagos. Y a pesar de su brevedad y vaguedad, ambos son enfáticos en que se trata de estrategias sencillas con minúsculos costos o daños colaterales.
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El gurú financiero habla del poder de los ingresos pasivos y las redes sociales para multiplicar el dinero exponencialmente. El activista de izquierda habla de cómo mejorar las condiciones de vida de las masas es trivial porque el gobierno no tiene verdaderas restricciones presupuestales o porque puede subir los impuestos o aumentar los sueldos sin ningún tipo de perjuicio.
Finalmente, durante todo este proceso, tanto el gurú como el activista presentan “evidencia” de la viabilidad de sus ideas. Esta evidencia describe mundos maravillosos en contextos lejanos al de las audiencias que los escuchan. Por ejemplo, el gurú habla de las fortunas hechas en el mercado bursátil por personas que ahora pasan sus días en una playa en Bali; hablan de los momentos en los que la cotización de Bitcoin se ha duplicado; nunca mencionan los periodos en los que su precio se desplomó, mucho menos la simple regularidad empírica de que la inmensa mayoría de personas que hacen trading activo tienen pérdidas sistemáticamente.
De la misma manera, el activista de izquierda habla de los éxitos del socialismo nórdico: hablan del acceso gratuito a educación, salud, vivienda, etc. Sin embargo, suelen omitir la insatisfacción en estos países alrededor de las rigideces de los mercados de trabajo y vivienda o las preocupaciones acerca de la viabilidad financiera del sistema de seguridad en el largo plazo. Más preocupante aún, el activista de izquierda suele hacerse el de la vista gorda con las decenas de experiencias fracasadas de sistemas similares en el mundo en desarrollo.
Bueno, pero ¿Cómo se puede explicar esto? ¿Cómo es posible que personajes que parecen encarnar ideologías diametralmente opuestas tengan un discurso idéntico en la práctica?
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En mi opinión, la razón es que ambas ideologías tienen el mismo mercado y ofrecen, básicamente, el mismo producto. Tanto el activista de izquierda como el gurú financiero les hablan a personas que se sienten defraudadas por el sistema, a personas que sufren y quieren una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Estas personas quieren esperanza y esto es lo que ambas ideologías ofrecen.
Es por esto que este tipo de personajes proliferan en momentos de crisis. Cuanto más sufra la gente, mayor será la demanda por las ideas que ofrecen. No es entonces difícil entender cómo, en medio de la peor crisis económica de la historia reciente y luego de décadas de aumento en la desigualdad en el mundo desarrollado, ambos personajes se han multiplicado.
El gurú financiero y el activista de izquierda son un producto de nuestra era, una era donde las personas tienen un mayor anhelo por ideas esperanzadoras que por ideas realistas.
Contacto
LinkedIn: Javier Mejía Cubillos
*El autor es Asociado postdoctoral en la división de Ciencias Sociales de la Universidad de Nueva York- Abu Dhabi. Ph.D. en Economía de la Universidad de Los Andes. Investigador de la Universidad de Burdeos e investigador visitante en la Universidad de Standford.
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