Jimmy García es el creador del Centro de Innovación del Pacífico y la Escuela de Robótica del Chocó, que está impulsando la formación de talentos y la creación de startups en el Pacífico colombiano.
En una casa de paredes coloridas, muy cerca de la zona más transitada de Quibdó, hay un cúmulo de herramientas regadas en mesas, un tablero con dibujos de prototipos acompañados de la frase ‘sin sacrificio no hay victoria’ y cajas que contienen algo inusual: kits de robótica.
El profesor Jimmy García tuvo un kit de robótica en sus manos por primera vez enseñando informática en colegios de Medellín, lo que lo motivó a dinamizar sus clases con nuevas ideas. En 2016, decidió volver a su ciudad natal, la capital de Chocó, para dar origen a una escuela de robótica, de la que han salido prototipos de basureros y semáforos inteligentes.
“Siempre estoy en constante aprendizaje, desde joven me gusta conocer de diversas áreas, civilizaciones antiguas, el reino animal y por supuesto las nuevas tecnologías. Es la manera de mantenerme vigente y tener una lectura lo más clara de hacía donde va el mundo”, dice García a Forbes, tras varios meses en los que su principal desafío ha sido llevar a la virtualidad la mayoría de los talleres que antes eran presenciales con el obstáculo del poco acceso a internet de calidad en esta zona de Colombia.
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Son 135 estudiantes en Quibdó, Buenaventura y Tumaco los que hacen parte de esta iniciativa, que también ha llegado a colegios. El impacto ha sido tanto, que varias ONG’s han contratado a la escuela para que adelante programas y se ganaron la posibilidad de representar a Colombia en el Mundial de Robótica en China en 2019, así como varios cupos para talleres con la Nasa en los Estados Unidos.
Desde ahí también reciben donaciones de personas u organizaciones que apadrinan a algunos de los estudiantes para que puedan ser parte de los talleres y obtener los implementos. A la fecha 1.200 niños y jóvenes de tres de los cuatro departamentos del Pacífico colombiano se han formado en estos programas.

“En la Escuela de Robótica del Chocó nos preocupamos por desarrollar en nuestros estudiantes habilidades para el presente y el futuro, por eso trabajamos en desarrollar el pensamiento crítico y lógico desde la programación”, comenta Jimmy, sumando que la formación incluye además “habilidades como el trabajo colaborativo, la comunicación asertiva, la empatía, el respeto por las ideas de los demás y ver a las necesidades o problemas como oportunidades para innovar”.
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Para el presidente de Innpulsa, Ignacio Gaitán, que ha tenido la oportunidad de observar lo que hacen, este es un “emprendimiento social que tiene gran impacto en el país” porque “forma a niños y jóvenes en tecnología, ingeniería, ciencia y matemáticas para que puedan generar soluciones problemáticas a su entorno”.
En la Escuela de Robótica del Chocó están creando una sombrilla más amplia denominada Centro de Innovación del Pacífico, una incubadora de soluciones tecnológicas y empresas de etapa temprana. Con el programa ‘Río Startups’ están acompañando a 20 emprendedoras, con el respaldo de la organización Manos Visibles.
Así mismo, en la Escuela de Robótica del Chocó quieren compartir su conocimiento y metodología con otras regiones de Colombia a través de una plataforma de robótica educativa de software y hardware, que Jimmy califica como “bien dinámica”.