Llegar a Y Combinator es hasta cinco veces más difícil que entrar a una universidad de élite del mundo. Pero un jugador latinoamericano es la llave para lograrlo.
Hoy en día se habla constantemente de las mejores incubadoras del mundo. Lugares donde compañías de billones de dólares nacen, se forman y cambian industrias enteras en el transcurso de muy pocos años. Lugares como Y Combinator y 500 startups donde expertos guían a miles de compañías a través de sus programas específicamente diseñados para lograr una cosa: crecer y hacerlo exponencialmente.
Suena como algo difícil de alcanzar, y en realidad lo es. Solo los mejores tienen acceso a estos prestigiosos programas en donde menos del 1 % de los que se presentan son aceptados. Este año por ejemplo, a Y Combinator, se presentaron más de 15 mil startups de todos los países del mundo de las cuales fueron seleccionadas menos de 200 para hacer parte del programa de invierno de 2020.
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Ahora bien, esto es sin tener en cuenta el hecho de que los aplicantes cada vez son mucho más todos los años, por lo cual en términos generales es al menos cinco veces más difícil que pertenecer a la élite universitaria global. No obstante esto no es para que se desanimen sino para que entiendan la rigurosidad con la que las incubadoras más prestigiosas del mundo incurren en la distribución de sus fondos de capital.
A pesar de que suena desalentador, (dada la baja probabilidad estadística de entrar), la buena noticia es que normalmente las incubadoras toman sus decisiones basadas en premisas básicas de negocio que constan de normalmente tres pasos que no cuestan absolutamente nada para el founder de realizar: un formulario, (que se llena online desde cualquier parte del mundo), un corto video de menos de un minuto en donde los founder hacen su pitch, y finalmente una entrevista en caso de ser preseleccionados dentro del proceso.
Dicho esto, hasta hace poco esto era algo que pasaba exclusivamente en Silicon Valley. No obstante, hoy todos los aspirantes latinoamericanos tienen acceso a un nuevo jugador de talla mundial: Latitud. En mi concepto el punto de partida para el viaje de cualquier emprendedor en América Latina. De hecho fue él nuestro en Ontop, (hoy operando en más de 150 países y parte de YC, en parte gracias la mentoría recibida por esta increíble red).
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Latitud es una incubadora que invita a los mejores pensadores y emprendedores de América Latina a construir la próxima generación de empresas tecnológicas de clase mundial. Construida específicamente de Latinoamérica para el mundo.
Lo interesante del approach es que constantemente se esfuerzan por disolver las fronteras entre los mejores fundadores en toda la región, elevando a todos los fundadores latinoamericanos en etapa inicial al escenario mundial desde el día cero. Su red no solo contempla a grandes fundadores como David Velez de Nubank sino a los mejores y más reconocidos fondos de venture capital de la región como Kaszek y Monashees.
En conclusión para este 2021 Latitud es un jugador que no podemos perder de vista y más aún para todos aquellos que están pensando en cómo empezar su viaje en el emprendimiento desde Latinoamérica con productos y servicios creados para el mundo entero.
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LinkedIn: Santiago Aparicio
*El autor es cofundador de Fitpal,y TOP.
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