Superar el 2020 no era la meta. Los años que vienen traerán mayores retos en materia de liderazgo. Le contamos por qué y cómo superarlos.
Si pensaste que con la pandemia “coronaste la meta” y llegaste al nivel de liderazgo deseado, te invito a que desalojes de ti ese pensamiento, pues se interpondrá en lo que aún necesitas aprender. Si bien es cierto que el 2020 puso a prueba a los líderes, el 2021 seguirá enfrentándolos a desarrollar habilidades diferentes y por ende nuevas, a las que ya usan en su estilo de dirigir.
La Cuarta Revolución Industrial aterrizó con todo incluyendo el nuevo liderazgo 4.0. Este estilo que llega para quedarse estará acompañado de múltiples factores como: adaptación al escenario VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ágil) en los negocios y en los proyectos, decisiones continuamente impopulares que afectarán el ambiente de trabajo, desafíos cambiantes que pondrán a prueba la flexibilidad y la recursividad de los equipos y un trabajo inter-equipo “a prueba de balas”.
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De otra parte, la presencia aún intensa del Covid-19 implicará en materia personal un 2021 con incertidumbre laboral por el alto nivel de desempleo, cargas laborales más exigentes por fusiones de áreas y equipos y preocupaciones familiares derivadas del teletrabajo, de la reducción de los ingresos y de la salud. A todo lo anterior, se suma lidiar con la cotidianidad del trabajo mismo. En resumen, el panorama seguirá será exigente, movido, cambiante y novedoso.
Desde esta nueva perspectiva, ¿qué tiene que ver ser longánime con el liderazgo?
La longanimidad es un estilo de SER que afecta el HACER. Y si el liderazgo es la capacidad para construir y mantener equipos altamente productivos, la fórmula de la longanimidad desarrolla líderes que son capaces de:
- Ser resilientes, pero no por su capacidad para sobreponerse de adversidades sino por su habilidad para comprender que lo normal es que el camino es irregular y con imprevistos, por lo que la mejor manera de recorrerlo es aceptar, disfrutar y saber gestionar su diversidad.
- Tener “perrenque” (fuerza interior) es decir contar con una mezcla de persistencia, firmeza de carácter, orientación a resultados y resistencia para lograr las metas a pesar de los obstáculos, rompiendo paradigmas.
- Contar con voluntad de empatía conocida como la capacidad para “jugársela por el otro” en pro de que ese otro saque su “casta” y con inmensa pasión desarrolle sus talentos en el trabajo encomendado.
- Ser compasivo, lo que significa ser benevolente con uno mismo y con los demás, especialmente frente a los errores y circunstancias donde juzgar sin fundamento no es la opción.
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El liderazgo 4.0 tendrá – más que nunca – efectos sobre los resultados financieros pues el desempeño de los líderes a través de su estilo de dirección afecta los indicadores del negocio. Trabajar en tener Líderes que logren resultados extra – ordinarios sin dejar de ser buenas personas, se convierte en un issue clave para el futuro.
Con este desafío por delante, la longanimidad se apoya en competencias 100 % desarrollables que ayudan al líder a pasar a “otro nivel” el del liderazgo 4.0 donde el líder debe entender que ya no brilla con luz propia, sino con el reflejo del brillo de los demás, cuando estos celebran sus logros extra – ordinarios, gracias a la manera como han sido dirigidos.
Contacto:
LinkedIn: María Paulina Bayona
Twitter: @PolillaBayona
*La autora es mentora personal y organizacional en Change Masterly.
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